Vía libre para que las petroleras definan el precio de los combustibles
La liberalización de los precios de los combustibles estaba prevista para enero de 2018 pero finalmente el acuerdo regulatorio entre el gobierno y las empresas petroleras quedará suspendido a partir del 1ro de octubre. Se prevén aumentos de entre el 7 y el 12%.
Por Notas
El gobierno confía en que la suba de precios aguante hasta después de las elecciones de octubre, pero lo cierto es que este lunes el Ministerio de Energía e Hidrocarburos, a cargo de Juan José Aranguren, puso fin a una política de 16 años de regulación de precios -que intentaba proteger la producción local- para acoplarlo a los precios internacionales de los hidrocarburos.
A principios de año Aranguren y las petroleras firmaron un “Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina” mediante el cual se estipulaba el aumento trimestral de los precios de combustible (en base a la evolución del precio del barril y la devaluación). Si el precio internacional del barril superaba un límite (por arriba del precio sostén fijado de la producción petrolera del país) durante 10 días seguidos, ese acuerdo se caía.
Este lunes fue ese décimo día. El gobierno, entonces, decidió no “renovar” el acuerdo ni aumentar el combustible como estaba previsto trimestralmente (el próximo aumento tocaba el 1ro de octubre). De esta manera, le dejó a las petroleras (principalmente YPF, PAE, Shell y Pampa Energía del empresario Marcelo Mindlin, amigo de Macri) que determinen ellas el aumento, después de octubre.
El precio sostén por barril establecido en el acuerdo rubricado planteaba un valor de 55 dólares el crudo “Medanito”, de la cuenca neuquina y de 47 dólares para el “Escalante”, del Golfo de San Jorge (Chubut y Santa Cruz). A nivel internacional, el precio del petróleo estaba alrededor de los 50 dólares el barril. Ahora subió y está cerca de los 60 dólares, volviendo a niveles de 2015.
Esta liberalización de los precios estaba originalmente prevista para enero de 2018, pero como se cayó el acuerdo al subir el precio del barril, Aranguren decidió “adelantar” el proceso de convergencia con los precios internacionales que ya tenían en mente.
Para el mes que viene se esperaba un 6% de aumento, aunque ahora dependerá de las empresas petroleras y de los precios internacionales. Distintos referentes del sector estiman que será de entre un 7 y un 12% y que se efectivizará pasadas las elecciones.
De más está decir que el impacto de la decisión no será sólo en cuanto a un retroceso en soberanía energética, sino que pegará de lleno en los costos de vida, al influir el precio de los combustibles de forma directa en todos los sectores de la economía.
*Por Notas