Barrio Maldonado: nos queremos libres y estamos en lucha

Barrio Maldonado: nos queremos libres y estamos en lucha
28 septiembre, 2017 por Redacción La tinta

La organización Libres en Lucha, es un espacio asambleario del Encuentro de Organizaciones, ubicado en barrio Maldonado, de la ciudad de Córdoba. Hace nueve años que participan del Encuentro Nacional de Mujeres, y despliegan diversas estrategias para poder ir, esté donde esté, convencidas de su potencia y construcción.

Por Redacción La tinta

Corría el año 2008. La organización territorial era todavía un sueño compuesto de algunos talleres de niños y niñas. Sólo algunas vecinas comenzaban a juntarse, tímidamente. Algunas compañeras feministas, del pequeño círculo que era la militancia cordobesa por entonces, nos habían contado del Encuentro Nacional de Mujeres. Las historias, las alegrías, las luchas, lo transformador. Ese año se haría en Córdoba, el encuentro número 23°. Después de dos días de talleres y discusiones, nos encontramos compartiendo la marcha más grande en la que hayamos estado jamás. Nos miramos sonriendo cómplices, tramando el viaje al próximo Encuentro, esa vez en Tucumán.

Fiestas, rifas, empanadas. Sesenta compañeras de distintas organizaciones cordobesas viajamos juntas a aprender, mirarnos en las otras, levantar nuestras banderas, hacer la olla y la asamblea en el colegio, reírnos, cantar y bailar, ocupar todos los espacios que quisiéramos, durante esos tres días de excepción.


Recién llegadas de Tucumán escribimos de un tirón: “Los Encuentros, por su magnitud y fuerza, no son sólo un montón de discusiones en distintos talleres. Los Encuentros son, sobre todo, la realización de un evento que pisa fuerte, donde se discute lo que este sistema intenta esconder. El Encuentro es color, alegría, lucha, fuerza. Es cuestionamiento al sistema capitalista y patriarcal. Es un espacio diverso, donde compartimos mujeres de todos los colores y tipos. Es esfuerzo previo para poder viajar. Es encuentro real con otras y con nosotras mismas”.


Todas, en esos maravillosos tres días de excepción, nos sentimos heroicas, fuertes, poderosas en colectivo, con la espalda más ancha para seguir resistiendo y luchando.

Pasaron los años y nos fuimos contagiando la magia de los Encuentros. No nos hizo falta mucho: convencer a la compañera de que está bueno, y en última instancia acudir al argumento de: “dale, de última es un viaje, conocés otro lugar”. Una vez allá el ENM hace su parte: contagia, enamora, embriaga.

Las mujeres de sectores populares tenemos que trabajar duramente en el año para ir a los Encuentros. Muchas veces no se comprende lo importante que es esta instancia para la lucha antipatriarcal, y entonces para recaudar plata nos quedamos un poco solas quienes estamos convencidas de que los ENM son nuestro espacio, y debemos defenderlos y construirlos. Igual, por supuesto, nada nos detiene. Estamos acostumbradas a remarla, sobre todo en espacios de género, así que los brazos los tenemos fuertes. Así, eso que puede parecer en principio un gran esfuerzo, lo transformamos en construcción colectiva, y de alguna manera habitamos los ENM desde mucho antes. Peñas donde bailamos y nos divertimos, viernes de empanadas y domingos de locro, fiestas que nos encuentran entre risas, rifas colectivas. Las estrategias son diversas, y las vamos decidiendo entre todas.

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ENM San Juan

Lo hacemos colectivamente en Libres en Lucha, y junto a las compañeras del Encuentro de Organizaciones y de espacios hermanos. Con todas esas mujeres nos reunimos en espacios de reflexión previos. Así, esta instancia de octubre nos sirve de trampolín para movilizarnos varios meses al año, para encontrarnos en una intimidad de esas que te mirás y te entendés, porque la lucha es la misma, porque sabemos de nuestras resistencias diarias. Vamos discutiendo, casi sin querer, en el amasado de los encuentros, todo eso que se pretende silenciar, o que no se escucha.

En cada Encuentro Nacional muchas mujeres nos despojamos de prejuicios y nos animamos a mirarnos en miles de espejos, que son todas esas otras mujeres que reflejan lo que me pasa a mi, o lo que no me pasa porque es distinto nuestro color de piel, nuestra cultura, nuestra clase social, nuestra identidad de géneros, y los miles de etcéteras que somos. No nos juzgamos, nos hermanamos en la lucha.


En San Juan, antes de salir a marchar, una compañera nos miró desde sus hondos ojos azules y nos dijo, más o menos así: “Salgamos a gritar por todo lo que nos atraviesa como mujeres, por todas las injusticias que soporta nuestro cuerpo, por todas las veces que nos sentimos inferiores y maltratadas. Salgamos a gritar que no queremos más eso y a sonreír y cantar por todo lo nuevo que estamos construyendo”. Algunas lloramos, otras comenzaron un fuerte: ¡ALERTA, ALERTA, ALERTA QUE CAMINA, AMÉRICA LATINA VA A SER TODA FEMINISTA!


En el Chaco ocurrirán cosas que conocemos: los sectores ligados a la Iglesia Católica nos repudiarán por abortistas, los medios masivos nos criminalizarán por alguna pintada, la ciudad estará forrada de carteles en contra nuestra, la policía tal vez aproveche para reprimir. A todo eso lo vemos cada año y no le tenemos miedo. Vamos a seguir encontrándonos, luchando, construyendo una voz colectiva que siga despertando a más y más mujeres cada vez, para denunciar todas juntas por todas las opresiones patriarcales que recaen sobre nuestros cuerpos.

Como decíamos en 2009: “Cada año se multiplican las experiencias de las mujeres que participan en los encuentros, y que llegan a sus lugares y las transmiten a otras: eso también se produce en y desde los encuentros, y no puede controlarse ni coartarse. Como citamos una y otra vez: algo cambia en cada mujer que participa”.

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ENM Mar del Plata

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Encuentro de Organizaciones, Encuentro Nacional de Mujeres

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