Escena de una muerte
El gesto fotográfico del congelado suspende a un hombre en lo que sería su caída de muerte, levemente desplazado hacia la izquierda del encuadre, con sus piernas flexionadas, su hombro izquierdo tirado hacia atrás y su mano diestra a punto de soltar el fusil. La parte delantera de su pie derecho esta despegada del piso, lo que da la sensación que una fuerza mayor detuvo su carrera. Quien aparece en la imagen es un miliciano de las fuerza republicas de España y ese sería el momento preciso de su muerte, el 5 de septiembre de 1936 a las 5 de la tarde en el cerro Muriano de Obejo en Córdoba (España). La mítica fotografía fue tomada por el gran Robert Capa y se publicó el 23 de septiembre, de ese mismo año, en la revista Vu de Francia y un año más tarde en la revista Life. El paso del tiempo la convertiría en un símbolo de la Guerra Civil Española.
Por Redacción La Tinta
Considerada una de las mejores fotografías de guerra, ha sido de objeto de análisis hasta el hartazgo para comprobar su veracidad o si en realidad fue una puesta en escena. La versión oficial cuenta que ese fue un día tranquilo en el frente de batalla, por lo que Capa decidió salir con un grupo de milicianos para realizar imágenes de lo que serían sus rutinas de combate. De repente fueron atacados sorpresivamente por las tropas del ejército nacional.
En la biografía oficial del fotógrafo, escrita por Richard Whelan, se reproduce una conversación en la que Capa cuenta acerca de ese instante y dice que se estaba divirtiendo, que los milicianos bajaban corriendo por la pradera y él les tomaba fotografías.
“La estábamos pasando bien. No había disparos. Bajaban corriendo por la ladera. Yo también corría. De repente, se convirtió en algo real. Al principio no oí el disparo”, afirmó
En esta versión, luego ampliada por Whelan y Cornell Capa (hermano de Robert) afirma que el protagonista de la imagen era Federico Borrel Garcia oriundo de Alcoy, que en ese momento tenía 25 años.
En 2008 se estrenó el documental “La sombra del iceberg”, dirigido por Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer, que a través de un minucioso y multidisciplinario análisis deja entrever la posibilidad de que fuese una escena armada.
En principio plantea el hermetismo que hay alrededor de la historia de la fotografía por parte de los herederos. Luego se basan que en la primera publicación de Vu la imagen aparece junto a otra fotografía de un miliciano ya en el piso, que para ese relato seria la secuencia. Pero una observación detallada se ve que no es la misma persona y por otro lado se duda si la cámara que utilizaba podría haber realizado tan rápidamente las dos tomas.
También consultan a un forense quien analiza la escena y plantea que en el caso que el tiro le hubiese dado en la cabeza, deberían verse daños evidentes. Además destaca que la mano derecha que sostiene el fusil no tiene la relajación muscular que tendría alguien que acaba de morir.
Luego tiran por tierra que el miliciano de la foto sea Borrel Garcia, que según los registro si murió ese día. Pero al consultar en los archivos, encuentran en un diario anarquista que un amigo le dedica un obituario en el que describe la situación de su muerte, y es muy diferente a la de la imagen.
En el exhaustivo examen, se tiene en cuenta el tiro de cámara que tenía la Leica III con el lente 35mm que usaba Capa. Se lo contrasta con un relato de él de los años 40 en el que afirma que se encontraba a unos 20 metros, en las pruebas que realizan los documentalistas, se comprueba que no pudo haber estado a más de 4 metros.
Por otro lado, se deja abierta la posibilidad de que fotografía la hubiese realizado Gerda Taro, la pareja del fotógrafo. Dado que en ese tiempo trabajan juntos y enviaban los rollos a Francia sin identificarlos con sus nombre.
El documental jamás pone en duda la capacidad como fotógrafo de Robert Capa, ni mucho menos quiere socavar la significación de esta imagen en particular, que fue una manera de graficar lo que sucedía en la Guerra Civil Española, en la matanza descarnada que realizaba el ejercito del dictador Franco. Fue una prueba de como el fascismo estaba avanzando en Europa.
Esta fotografía ejemplifica de la mejor manera la famosa frase de Capa “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, no estabas lo suficientemente cerca”, esa cercanía de la que habla no es solo física, sino la de comprometerse e involucrase con el tema que se está fotografiando.
*Por Redacción La Tinta / Fuentes: Fotoperiodismo, los fotógrafos de noticias mas importante del mundo, Reuel Golden y «La sombra del iceberg» (2008) – La Razon
