Llamada de una madre a Santiago
«Mi hijo mayor vive en el medio del campo y es medio hipón. Tiene una rasta que le pasa la cintura, siembra y cosecha verduras orgánicas, toca un poco la guitarra, ama sus perros y sus gallinas, recibe a todo el mundo en su casa y es buen anfitrión. Arregla todo lo que se rompe y tiene un estanque donde cría pececitos de colores. Trabaja muchísimo y mientras trabaja se lo ve siempre pensativo.
Se llama Santiago y cuando pienso en él y me pregunto dónde andará, siempre tengo una respuesta y si no lo llamo por teléfono y empiezo como siempre: «No quiero jorobarte, Santi, es solo un minuto». Y enseguida escucho su carcajada gigante y su «no me jorobás, máaaaa». Y entonces ya puedo cortar porque ya se que está bien.
Desearía poder abrazar a una mamá de un Santiago que ya no puede hacer eso, o prestarle al mío por un ratito para que pueda preguntarle a su Santi cómo está.
Texto: Marcela Arceo