Alerta: feministas trabajando

Alerta: feministas trabajando
3 agosto, 2017 por Redacción La tinta

En marzo de este año 4 mujeres crearon un grupo de Facebook en Córdoba al que llamaron “Feministas Trabajando (mujeres, trans, tortas)”. El grupo intentaba replicar un fenómeno similar en Buenos Aires que hoy se expande a lo largo y ancho del país. ¿Cuáles son sus fines? Conectar a mujeres y abrirles el camino para trabajos y oficios tradicionalmente ocupados por hombres, facilitar el acceso al mercado laboral y compartir experiencias autogestivas. En sólo 5 meses y algunos días, el grupo suma más de 13 mil integrantes.

Por Redacción La tinta

Nos contactamos con sus creadoras Julieta, Ayelén, Daniela, Elena y Sofía. Hoy son quienes administran el grupo y se ocupan de que las reglas y propósitos se respeten, por lo demás, son las impulsoras y canalizadoras de las ideas que allí surgen.

—¿Cómo surge la iniciativa de un grupo “Feministas Trabajando” para Córdoba? ¿Tiene alguna relación con los grupos en otras ciudades del país?

—El grupo nace como una réplica del Feministas Trabajando de Buenos Aires. Leímos una nota en un diario, nos enteramos de que existía, y no dudamos de crearlo en Córdoba. Cuando lo creamos pensamos en los oficios tradicionales estaban todos ocupados por hombres. Pensamos en la posibilidad de que quien te arregle las cosas en tu casa no sea un hombre cis, en que no sea un taxista con un discurso machista el que te lleve a x lugar. También pensamos en facilitar el acceso de muchas al mercado laboral, logrando de esta manera una igualdad real.

El grupo creció de forma impensada y muy rápido, tomando la forma de una bolsa de trabajo, creándose una red con los oficios y servicios que busques (cocinerxs, niñeras, peluqueras, tatuadores, etc) donde las que ya formábamos parte agregamos a quien pensábamos que le podría interesar el grupo. También en el grupo se informan de búsquedas laborales existentes en el mercado, o de cómo podemos arreglar nosotras cosas de nuestras casas, vehículos, etc.

Por el momento no creamos ningún vínculo con otros grupos de otras ciudades del país, pero si nos escribieron de otros pueblos de la provincia comentándonos de la posibilidad de replicarlo. Hoy también existe el grupo en el Valle de Punilla, en Villa María y en Río Cuarto.

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En el grupo se dan cotidianamente, discusiones que exceden a veces la temática para la que fue creado, y una de ellas tiene que ver con la discusión sobre los términos que usamos para nombrarnos, ¿por qué “feministas” trabajando, y no mujeres, cuando algunas integrantes del grupo no se identifican como tales?

—Si bien el grupo nació como mujeres trabajando, quienes lo comenzamos a habitar preferimos llamarlo Feministas Trabajando, y que lo integren no sólo mujeres cis, sino personas trans, lesbianas, o de identidades disidentes. De esta manera la bolsa de trabajo permite crear oportunidades laborales para quienes cuentan con dificultades a las horas de salir a buscar trabajo, al encontrarse fuera de la cis-hetero-norma.

En el grupo no se aceptan actitudes de discriminación de ningún tipo a nuestras identidades y sí tenemos como filtro la vinculación con el feminismo, desde el lugar que cada unx elija.

El énfasis en ‘feministas’ y no ‘mujeres’ exclusivamente, es porque también entendemos que las categorías de género binarias (hombre-mujer) no son determinantes ni taxativas (aunque el mundo se maneje así) y creemos que desde el lenguaje también aportamos a la deconstrucción del mundo machista patriarcal que vivimos, por eso preferimos reconocer que las identidades son amplias y diversas y no solo ‘mujeres’.

El concepto de “sororidad” surge bastante en las discusiones el grupo, y es un principio que se acuña como eje del grupo, ¿cómo lo interpretan ustedes? ¿Qué implicancias creen que tiene para el desarrollo del grupo? 


—El concepto de sororidad tiene muchas ramificaciones. En realidad viene de la palabra “sor”, que es la manera de nombrar a las mujeres dedicadas a la religión. Sin embargo, mucha gente interpreta la sororidad como una especie de solidaridad o empatía que deberíamos sentir las mujeres hacia las demás mujeres por el sólo hecho de serlo. Nosotras creemos que esto debería ampliarse en relación a las identidades que exceden el ser mujer. Asimismo, la generalización de que deberíamos generar un vínculo con todas las mujeres por el sólo hecho de serlo nos parece bastante esencialista, ya que el hecho de ser mujer no quita ciertas prácticas o actitudes que pueden ser machistas, patriarcales, violentas o homofóbicas.


¿Tienen ustedes como administradoras alguna instancia de discusión y planificación para la acción? ¿Hay algún intento de mediación política para las discusiones del grupo o éstas se desarrollan de manera más espontánea?

—Nosotras nos comunicamos, entre administradoras, vía whatsapp. Intentamos meternos lo menos posible las interacciones en el grupo. Solamente nos ocupamos de moderar las publicaciones que se hacen ya que al contar con más de 12 mil miembrxs muchas veces quienes se suman al grupo, no leen las reglas entonces publican cosas fuera de tema. Así es que regulamos las publicaciones para que no se pierda la finalidad del grupo, que es ser una bolsa de trabajo para feministas. Sólo nos encontramos con planificaciones un poco más detalladas a la hora de pensar las ferias y cómo mejorar la última edición para que cada vez salgan más interesantes.

—A principios de agosto, se desató una ola de sorteos y regalos que cada una de las integrantes aportó como gesto hacia el grupo, y algunos de estos sorteos tenían más de 2000 participantes. ¿Qué piensan del fenómeno de sorteos de la semana pasada? ¿Cómo surgió? ¿Se establecieron reglas o formatos? ¿Qué les dicen estas acciones sobre las integrantes del grupo?

—Surgió de una publicación en la cual se agradecía la abundancia que había llegado a la vida de esta persona por la grupa, y decía que iba a agradecer en forma de un regalo a ser sorteado para devolverle a la grupa. Una segunda se copó a hacer lo mismo y una tercera y así. Al rato ya no todas agradecian específicamente la abundancia, sino que simplemente les parecía buena idea y aprovecharon para sumar sus emprendimientos. Además sirvieron como herramienta de difusión y promoción de los emprendimientos.

En estos días muchas personas se sumaron (a un ritmo mayor que el habitual) y se llegó a perder otras publicaciones, ahí fue cuando nos metimos a ordenar, pedir primero que se frenen y después poner un día al mes específico para los sorteos, para que la grupa se mantenga funcionando bien, de acuerdo al objetivo primero.

La realidad es que se creó como una ola muy grande y si bien la celebramos también entendemos la necesidad del equilibrio, no es necesario impedir los sorteos pero si moderarlos.

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El fenómeno no sólo se da en lo virtual, sino que a mediados de año, las compañeras se encontraron cara a cara en la primera feria feminista, que se volvió un espacio muy demandado entre feriantes y participantes. ¿Cómo surge la idea? ¿ Quiénes y de qué manera la organizan? ¿Cuántas feriantes participan? ¿qué cosas consideran que surgen en ese espacio tan particular?

—Respecto a las ferias, surgen de las conversaciones que se fueron dando dentro de la misma grupa; muchas ideas de encontrarse, armar un catálogo de las ofertas de trabajo, armar algo! Siempre que se dan espacios grupales online, se replican las ganas de vivirlos en la vida real. Se manifestaron intenciones de feria y nosotras la tomamos, le dimos fecha, lugar y un poquito de organización sobre cantidad de puestos y baños secos. El resto lo hizo cada feriante y cada persona que la difundió, que asistió y que apostó al espacio.

Estamos siempre abiertas a las sugerencias y a correcciones. Por ejemplo después de la segunda feria que hizo mucho frío, se propuso una feria bajo techo que se llevó adelante bajo el nombre de ‘Feria Clandestina’, porque se realizó en un galpón que no estaba habilitado. Ahí nosotras por ejemplo no participamos más que difundiéndola y asistiendo ese día. Lo lindo de la grupa es eso, que cada quien puede proponer y llevar a cabo, siempre hay otras personas interesadas apoyando.

Otro ejemplo de la organización es que solicitamos la colaboración de $30 por puesto para abonar el alquiler de los baños secos, y en la última feria de esa recolección sobraron $270 que se usaron para abonar la publicidad de facebook de esta tercer feria, a llevar adelante el 06 de agosto en Plaza Seca. La decisión de qué hacer con el dinero que había sobrado, la pusimos a discusión en la grupa, para que la opinión de la mayoría sea la que se realice.


Como bien decíamos este domingo 06 se realizará la tercer edición de la feria, desde las 14 hs. Contamos con 220 feriantes, de todos los rubros habidos y por haber, y con talleres a la gorra (de fotografía, origami, tango) también música y algunos shows de grupos musicales que tocarán a la gorra también.


¿Piensan ustedes que este fenómeno podría haber surgido en otro momento histórico en Argentina? ¿Cómo leen el contexto nacional, y cordobés, para las mujeres?

—Creemos que claramente el grupo es una cristalización urgente de una necesidad social de reivindicación del lugar de las mujeres y las personas disidentes. De la mano de la movida del “Ni una menos” y de otros impulsos que a lo largo del país comienzan a cuestionar el hetero-patriarcado surgen también iniciativas de este tipo, relacionadas con la solidaridad y la construcción colectiva de una lucha codo a codo.

A nivel nacional y cordobés, creemos que el contexto se presenta sumamente hostil para las mujeres e identidades disidentes. Las políticas de los gobiernos neoliberales que insisten en fomentar la individualidad, la propiedad privada y el enriquecimiento de pocas personas a costa del resto, sólo conllevan para las mujeres el detrimento de sus derechos y libertades. Tanto la feminización de la pobreza como la dificultad para acceder al mercado laboral y el recorte de políticas públicas que aborden de manera integral problemáticas como la interrupción voluntaria del embarazo, la violencia de género y la educación sexual integral, convierten a las mujeres y las identidades disidentes en las principales víctimas de la negligencia y mal accionar del estado.

—¿Ven ustedes alguna deconstrucción del concepto de “trabajo” en el grupo? ¿Cómo se abordan las estrategias, acciones y procesos en relación al trabajo por parte de las mujeres del grupo?

—Lo que notamos es que mientras que algunas personas ahí ya trabajaban de forma autogestiva, otras se animaron a emprender y vieron que la relación de dependencia no es el único camino y se independizaron o están en eso. Así también, como muchas personas nos contaron personalmente o en el grupo, se ha formado una red de profesionales y clientes que se fortalece a medida que crecemos horizontalmente, en lugar de simplemente meternos en el sistema vertical del mercado.

La otra – y ahí no es tanto trabajo sino más bien consumo – se generó en muchas, el hábito de comprar menos en super o shopping y antes buscar de alguien que hace, ya sea en feministas trabajando, o en otros espacios que apuestan a la autogestión.

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La solidaridad feminista nos obliga a unirnos frente a las lógicas capitalistas de consumo y producción. En un mundo patriarcal y hostil para las mujeres, y en épocas de crisis que nos pegan siempre más duro a nosotras, el encontrarse es una necesidad para las disidentes del machismo imperante.

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Feministas trabajando

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