La bicicleta financiera llegó al campo
Las bajas tasas de los préstamos en dólares que vienen ofreciendo los bancos se convirtieron en toda una sensación para el productor, que prefiere jugar a la especulación financiera en un contexto de elecciones, baja de retenciones a futuro y mejora de precios en los mercados.
Por Redacción La tinta
Con tasas entre el 3% al 4% a largo plazo o del 2% al 3% en el mediano, el campo se endeuda en dólares y no vende. El líquido de los préstamos se destina a la compra de agroquímicos, fertilizantes, semillas, entre otros. Hace un año, el costo de estos préstamos rondaba entre el 8% y el 10 por ciento, pero con el impulso del blanqueo, la liquidez en dólares de los bancos creció fuerte y motorizó una drástica baja en las tasas.
“Con una tasa tan baja conviene mucho vender más adelante y tomar el préstamo, lo que hace que muchos productores se financien en vez de comercializar en el mercado disponible”, sostuvo el analista Dante Romano.
La situación se demuestra en el caso del maíz. El cereal, al cierre del viernes, rondó los 135 dólares por tonelada, mientras que el precio de la cosecha nueva a diciembre es de 145 dólares. Si se toma el crédito al 3% anual (es decir 0,25% mensual) quiere decir que sobre los 10 dólares que ganaría el productor por entregarla a fin de año, sólo desembolsará 3 dólares por tonelada para saldar la deuda con el banco.
El caso de la soja meses atrás fue paradigmático. El poroto en junio cotizaba a 230 dolares contra un noviembre que pagaba 250 la tonelada. El margen de ganancia era de 20 dólares.
Además el campo espera la baja de las retenciones a la soja del 6% para el 2018, esto significa alrededor del 0,5 por ciento mensual. “Para nosotros es mucha plata, no hay en el mercado un tasa con éstos números y más en dólares”, afirmó Marcelo, productor de Pergamino.
En definitiva, en un escenario de precios por tonelada a la baja, sin gastos por afrontar de la campaña pasada y con un ciclo nuevo en el que los insumos fueron financiados a través de los bancos, el productor prefiere esperar a que vuelvan a subir los precios y en el caso de necesitar dinero, puede acudir fácilmente al sistema financiero.
*Por Redacción La tinta.
Fuente: Diario BAE
