Ser como Chávez
Nacido en el año 1954, en el estado de Barina, la vida de Hugo Rafael Chávez Frías condensa la vida de un pueblo. Hablar de él es preguntarse por lo que nos antecedió, por nosotros mismos, esta realidad y el tiempo que buscamos empujar. Es remontarse a la infancia, a una noche del 4 de febrero de 1992, cuando varias ciudades del país fueron escenario de combates.
Por Marco Teruggi para El Furgón
Así lo recuerda Kevin Rangel: esa noche tenía diez años, su casa estaba cerca de Fuerte Tiuna, en Caracas, epicentro de los acontecimientos. Se levantó con el estruendo de los fuegos, disparos, la toma que no pudo ser. No fue el único: a partir de ese día el país cambió. 21 años después, el 5 de marzo del 2013, la imagen fue nítida: Chávez se había transformado en el líder que la historia -es decir la gente- había creado durante largas décadas.
Por eso hablar de él es hablar de uno mismo. Recordar cómo todo cambió a partir del momento en el cual se eligió acompañarlo. La vida de millones de personas no sería la misma sin él. ¿Quién sería Kevin Rangel sin Hugo Chávez? ¿Qué pensaría, haría? Hoy es dirigente de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora. “Siempre hubo esa conexión espiritual con el Comandante como guía político, revolucionario, despertó en uno eso, como lo hizo en el pueblo venezolano con la esperanza de construir un modelo de justicia”, dice.
“Definiría a Chávez como el liderazgo histórico, el motor espiritual de la revolución, la mística del proceso, la estrategia y la táctica, una forma de hacer política con ética y moral. Para los pueblos en lucha es el referente histórico, el guía, el padre político de los pobres, él visibilizó, incorporó, le devolvió la política a la gente, reconstruyó el proyecto bolivariano”, asevera.
Con su muerte la etapa política cambió. Tanto a lo interno del proceso, como en la reorganización de la estrategia del enemigo. “Se abrió un nuevo ciclo de la revolución, donde muchas cosas cambiaron. En primer lugar, el liderazgo. Ha habido un vacío de liderazgo muy grande para el pueblo bolivariano que se acostumbró al liderazgo del Comandante Chávez, con quien se conectó en una relación afectiva, amorosa, y era el motor que movía la fuerza chavista para este proyecto. Además, se profundizaron las contradicciones del proyecto, se profundizó el reformismo, la corrupción. Son elementos que con Chávez existieron, pero que siempre hubo una fórmula para combatirlos, golpearlos. Era el hombre que le daba el giro al escenario de manera inmediata y golpeaba contundentemente, porque tenía además una referencia moral, ética, para golpear a los sectores corruptos, burócratas”, señala Kevin.
Chávez dejó una consigna medular antes de partir: ser como él. ¿Cómo lograrlo? “Asumiendo la política con ética, coherencia, moral, construyendo un espíritu profundamente democrático, estando conectados con la base, y asumiendo con entrega la construcción del proyecto bolivariano”, dice Rangel. Con un contraste, una crítica respecto a prácticas que se han multiplicado en la dirección: “Se ha impuesto una lógica de conducción donde se impone, se hace hegemónica una forma de dirigir que no escucha a la base, no consulta sobre las acciones y la táctica de la revolución bolivariana”.
¿Qué haría Chávez hoy? Es una pregunta que no puede tener respuesta segura, pero hacérsela -se trata de regresar a su forma de hacer política, de concebir la acción- puede arrojar algunos elementos para pensar cómo resolver la actual situación. Rangel asoma algunas ideas al respecto: “Lo primero que haría Chávez en este escenario sería apostar a la base para salir de la crisis económica, revolucionaria, darle un vuelco a todo, desde renovar el liderazgo, aperturar los espacios para el empoderamiento del pueblo, jugársela con las bases. Es con el pueblo que vamos a producir, a confrontar al enemigo de clase. Chávez ante estos escenarios se creció, y lo hizo con el pueblo”.
Chávez dejó claves estratégicas para pensar las formas de resistencia y de avance. Se trata de volver a él, leerlo, escuchar sus alocuciones, buscar en sus líneas, en sus actos. Lo que está juego es nuestra historia, las generaciones que nos antecedieron, quienes tienen las expectativas puestas en este movimiento histórico, tanto en Venezuela como en el mundo. La vida de Chávez condensa la vida de un pueblo. Seamos como él.
*Por Marco Teruggi para El Furgón.