Vienen por todo: clásicos de fútbol entrerriano, sin mate

Vienen por todo: clásicos de fútbol entrerriano, sin mate
24 julio, 2017 por Redacción La tinta

La medida, contra-popular y anti-tradición, la tomó la policía local. Por «prevención», en la localidad de Crespo a los clásicos partidos les quitan parte de su alma. De la pelea al ritmo de Rocky -que se viralizó recientemente en las redes- a la prohibición del ingreso con mate a las canchas. «Cargar el equipo de mate era parte de uno, del bolso. En cada tribuna, entre jarros de cerveza y semillas de girasol, siempre rodaba un mate. Hasta este fin de semana».

Por Anibal Abt para La tinta

Crespo, ciudad de unos veinte mil habitantes que supieron poblar alemanes del Volga, se ubica a unos cuarenta kilómetros de Paraná. Como en todos los poblados de alrededores, el mate acompaña siempre: sea la mesa que sea, o en el piso cuando los sillones plegables se abren para “ver quien pasa” por el frente de alguna casa.

Para los treintañeros, en la Capital Nacional de la Avicultura es común escuchar que sus madres les contaban que, si no tomaban los primeros amargos apenas se desperezaban, deambulaban todo el día “con dolor de cabeza”.

En la cancha, los que tradicionalmente concurrían temprano, sean colaboradores de los clubes, periodistas o los destinados a matar el tiempo allí, cargaron siempre sus equipos de mate. Las artesanías de cuero en la que cabían el termo, el mate y la yerbera eran parte del equipaje en cada peregrinar. Sea en Estrada y Pringles, donde el humilde Sarmiento logró gestar con orgullo su salón multifunción pegado al terreno de juegos; en “la avenida”, donde Unión sacó pecho organizando el mundial de fútbol para amputados; o en el “Eduardo Stieben Wirtz”, donde este domingo la Asociación Deportiva y Cultural recibió a Sarmiento por la Liga de Fútbol de Paraná Campaña.

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Los momentos para compartir no suelen abundar en determinados tipos de personalidades. No hacen falta. Tampoco muchos elementos que logren calentar el cuerpo y matar el tiempo. Cargar “el equipo” de mate era parte de uno, del ‘bolso’. En cada tribuna, entre jarros de cerveza y las semillas de girasol, siempre rodaba un mate.

Hasta este fin de semana. Porque se vienen multiplicando incidentes en diversos escenarios (la liga de los videos virtuales captó uno reciente en la localidad de Viale, cuando el ocurrente manipulador de una trompeta en el mismo escenario hizo sonar la canción de ‘Rocky’) y parece que “algo había que hacer”.

Unos días antes del partido, dirigentes de los dos clubes, rojos y celestes, aceptaron la propuesta de la policía crespense: prohibir el ingreso con equipos de mate al partido en el que habrá quince policías, incluidos agentes de Infantería.

Un corte a la cultura, un quiebre a la tradición. En este caso entrerriana. Aunque haya circunstancias que se repitan por todos lados en los espectáculos deportivos: la falta de políticas de prevención, trabajos a largo plazo. También resulta difícil tal exigencia a ese nivel.

La novedosa medida cuenta “a favor” con un antecedente de la zona, cuando en abril de 2017 un hincha de Atlético Hasenkamp, disconforme con el arbitraje, sacrificó su ‘porongo’ para hacerle ver al juez sus equivocaciones. Que no le haya acertado al objetivo, es otra historia. Igual que el hecho que el destinatario final haya sido su propio DT. Su equipo perdió la chance de jugar una final por el ascenso al Federal B, que finalmente conseguiría su rival de esa tarde: Arsenal de Viale.

El comisario Tovani (con T), subjefe de la comisaría, es quien lo explicó ante la prensa, advirtiendo que “se irá implementando en todos los clásicos que haiga (sic)”.

Es sencillo imaginarse que la norma tendrá algún hueco y aparecerá más de una ‘lengua verde’. Pero también en las particulares ciudades de la liga del oeste de Entre Ríos en las que rueda la pelota, con particulares escenarios y, siempre, con el mate ‘pegau’.

Me alarmó charlar estos días con el periodista local José Luis Dalinger. En el último Unión – Cultural, el clásico con más historia de Crespo, sembró un antecedente que tal vez (ojalá) los agentes de azul dejaron pasar.

En ese partido también hubo incidentes, y desde afuera volaron hielos y… bolsitas de girasol tostado. Tal vez, a esta hora, la cultura de pelarlos con dos suaves mordiscos para que la cáscara caiga sola, sea la última trinchera en las gradas crespenses.

* Por Patricio Vicio para La tinta.

Palabras claves: Entre Ríos

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