¿Quién es Claudio Avruj?
Un Secretario de Derechos Humanos que desarticula sistemáticamente los programas de su propia secretaría. Claudio Avruj, el pichón de Beraja que todavía le cubre los trapos sucios a su mentor en la justicia, los medios y la colectividad judía. Del encubrimiento del atentado a la AMIA al vaciamiento de los programas de Derechos Humanos de la era Macri.
Por Jorge Elbaum para Nuestras Voces
El Secretario de Derechos Humanos de la Nación se ha encomendado a la tarea de vaciar, precarizar, invisibilizar y, si es posible, extinguir la totalidad de los programas instituidos en los últimos veinte años de democracia. Dichas actividades estaban destinadas a prevenir, capacitar, difundir, y asesorar en temáticas relacionadas con la discriminación, la violencia institucional y los crímenes de lesa humanidad. Los antecedentes biográficos, institucionales, empresariales, que posee Claudio Avruj, más el carácter de los funcionarios nombrados desde que asumió, explican con claridad el trasfondo del plan para anular el rol de la Secretaría. El resultado: víctimas y afectados sin atención, debates silenciados, causas judiciales paradas, acciones de prevención olvidadas y ausencia de acciones sobre nuevas violaciones a los DDHH.
Berajismo
Claudio Avruj no sería el funcionario que es hoy si no hubiera sido nombrado por Rubén Beraja, en 1997, como director ejecutivo de la DAIA. Venía de un paso por Centroamérica donde trabajó para una organización internacional (hoy vinculada a los sectores conservadores de la comunidad judía estadounidense). Su rol prioritario en la entidad ubicada en la calle Pasteur 633 consistió, entre otras funciones, en asistir al presidente de la entidad, denunciado años después como parte de un entramado destinado a encubrir el atentado a la AMIA. Beraja –al igual que el de muchos integrantes de la DAIA de entonces—se dedicaron a instalar pistas falsas, en connivencia con la SIDE menemista y el Juez Eduardo Galeano.
Los años en la DAIA le permitieron a Avruj, además, sumar un título universitario a sus arcas simbólicas: comenzó su Licenciatura en organización Institucional en la Universidad Hebrea Bar Ilán, ubicada en Boulogne Sur Mer y Perón. En su paso por los claustros, el alumno Avruj se había hecho conocido por solicitar a sus profesores aquiescencias temporales y clemencias de calificación: sus repetidas ausencias y su limitado apego al estudio no se reflejaban en su avance y aprobación de materias. Varios profesores entrevistados para esta investigación atribuyeron la rápida obtención de su titulo al hecho de que el dueño/presidente de la universidad era el propio Beraja.
Como Director Ejecutivo de la DAIA, Avruj fue financiado por la fundación “Creer y Crecer”, Think Tank coordinado por Rodríguez Larreta. Este vínculo subrepticio fue utilizado para poner a las oficinas de Pasteur 633 como centro impulsor de las dos candidaturas de Mauricio Macri a Jefe de Gobierno.
Una de ellas, quizás la más grosera, incluyó el armado de una “Mise-en-scène” de debate político pre-eleccionario, en abril de 2007, en la que participaron el propio Mauricio Macri y Daniel Filmus. En esa ocasión, la coordinación del evento estuvo a cargo del propio Claudio Avruj y los asistentes al mismo no pudieron disimular el escandaloso desbalance por el rol cumplido por el entonces director ejecutivo de la DAIA. Mediante estratagemas absolutamente incompatibles con el estatuto de la propia DAIA, que se declara(ba) “apartidaria”, organizó sistemáticas operaciones de prensa –en connivencia con los matutinos La Nación y Clarín— destinadas a convertir al peronismo y al resto de las fracciones ligadas al nacionalismo popular en versiones de claro cuño antisemita. Parte de esta difusión maliciosa incluyó la metódica difusión de tergiversaciones dirigidas hacia medios de comunicación internacionales y embajadas extranjeras donde sistemáticamente se sembraba la creencia de que el gobierno kirchnerista expresaba una clara impronta judeofóbica. Dicha siembra de falsedades fue canalizada posteriormente por los sectores berajistas y el candidato a diputado nacional Waldo Wolff, para orientar el caso de la denuncia y la muerte de fiscal Natalio Alberto Nisman, como el paradigma indudable de la persecución a una minoría.
Operaciones
Uno de los responsables de “operar” a los periodistas y diplomáticos extranjeros era el propio Claudio Avruj, con la colaboración del citado Alfredo Neuburger, quien se venía de desempeñar como asesor de Enrique Mathov, mientras éste último fue secretario de Seguridad del gobierno de la primera Alianza. Mathov fue condenado en mayo de 2016 a 4 años y 9 meses de prisión por su responsabilidad en los crímenes ejecutados por el gobierno de la primera Alianza, durante diciembre de 2001. Otro de los condenados en ese mismo juicio oral y público –en este caso a 4 años de prisión- fue el comisario Rubén Santos que un mes antes de esos episodios trágicos fue condecorado por la DAIA por “su compromiso con la comunidad judía de la argentina” en relación a la seguridad.
Los intrincados vínculos de la DAIA/AMIA con la Policía Federal y la Metropolitana remiten por un lado a la permanente necesidad de las instituciones judías de garantizarse la seguridad en los perímetros de sus escuelas, clubes y templos, hecho que motivó un circuito de financiamiento, desde estas últimas hacia las comisarías responsables de la seguridad. Esa circulación de dinero equívoco –cuyo movimiento inicial se remonta al año 1992, luego del atentado a la embajada de Israel, terminó sellando un imbricado pacto de protección (y silencio) compartido. Uno de los cicerones encargados de vehiculizar los acuerdos ha sido, desde mediados de los años ´90 hasta la actualidad, Claudio Avruj, quien se convirtió en el facilitador de la “visita” de los jefes policiales al edificio de Pasteur.
Uno de los últimos jefes de esa fuerza, hoy procesado y encarcelado por actos de corrupción es el comisario José Potocar, quien es acusado de manejar una “caja paralela” de fondos ilegales para “garantizar seguridad a comercios, instituciones y prostíbulos, gestionando “áreas liberadas” disponibles para justificar dichas recaudaciones. El oscuro vínculo entre la policía y la AMIA/DAIA ha sido motivo de una extraordinaria investigación periodística por parte de Miriam Lewin y Horacio Lutzky quienes develaron en su libro “Iosi, el espía arrepentido” los antecedentes de los entramados entre la calle Pasteur y las fuerzas de seguridad. Alfredo Neuburger, por su parte, colega y amigo de Avruj, asesor de al DAIA durante su dirección ejecutiva, y funcionario de Mathov durante el gobierno de la primera Alianza, queda desenmascarado en 2010 con la aparición de los wikileaks, en donde pone en evidencia su rol como informante clave ante la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. Una de sus cantinelas descargadas sobre los agentes del departamento de estado consistía en caracterizar a Néstor Kirchner como populista y antisemita.
Durante su gestión como director ejecutivo de la DAIA, Claudio Avruj fue uno de los impulsores del premio honorífico que también benefició al comisario Palacios. Dicha distinción se entregó a sabiendas que el comisario entorpeció allanamientos en las oficinas de Kenore Edul, pariente de Menem y vinculado a la denominada “Pista Siria”.
En la actualidad, bajo el más absoluto blindaje mediático, y la consabida protección silenciadora gestada desde la Secretaría de Derechos Humanos, se llevan a cabo dos juicios en Tribunales Orales Federales, que tienen a Rubén Beraja en el banquillo de los acusados. El primero de ellos corresponde a la causa del encubrimiento del atentado (donde está siendo juzgado conjuntamente con la plana mayor del menemismo, el entonces juez de la causa, los fiscales y el comisario que terminó siendo años después del atentado, el primer jefe de la policía metropolitana de Mauricio Macri, Jorge “Fino” Palacios.
Los nexos de este comisario con los servicios de inteligencia extranjeros quedaron al descubierto cuando el propio Macri informó en una reunión en 2010, realizada en la Sociedad Hebraica Argentina, que las embajadas de Israel y Estados Unidos lo recomendaron para ocupar el cargo: “La DEA, la CIA, la SIDE y el Mosad, todos recomendaron al Fino Palacios”, aseguró Macri. Una de las curiosidades del video es la presencia en primer plano del actual diputado Waldo Wolff quien un año después organizó una lista electoral al interior de la DAIA para “oponerse” a que el PRO se adueñara de la institución de la calle Pasteur. Su oponente en aquella oportunidad es el actual Secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, derrotado en la contienda comunitaria del año 2012.
Un eslabón importante de la articulación del berajismo con lo que posteriormente devendría en macrismo ha sido la penalista Martha Nercellas, quien fuera en la década del ´90 abogada de la DAIA, asesora de Avruj y confidente del Fino Palacios. Nercellas fue imputada en septiembre de 2004 por participar con la colaboración de Jorge Fino Palacios de una grabación a un imputado –el policía bonaerense Bautista Alberto Huici—a quien pretendían inducir para que inculpe a otros policías bonaerenses. Palacios había sido pasado a retiro por orden de Néstor Kirchner, luego de hacerse pública una grabación que lo ligaba al vendedor de autos truchos Jorge Sagorsky. Curiosamente, uno de los integrantes del estudio jurídico de Martha Nercellas, Mariano Fridman, es quien se desempeña en la actualidad como Coordinador del Programa Verdad y Justicia, inserto dentro del secretaria.
Empresas
La segunda de las causas que Avruj intenta silenciar, con el objetivo de proteger a su mentor, se relaciona con el desfalco y la estafa generada por el Banco Mayo, presidida en los años ´90 por el propio Rubén Beraja, quien comandaba “mesas de dinero” operadas en “paraísos fiscales”. Curiosamente, en febrero de 2016, luego del escándalo internacional conocido como “Panamá Papers”, se difundió la existencia de una cuenta propiedad de Claudio Avruj, en un paraíso fiscal, que el funcionario atribuyó a una decisión administrativa de la institución B’nai B’rith (cuya traducción es “hijos del pacto”, en adelante BB, organización internacional dedicada a la lucha contra la judeofobia), relacionada con su paso por Venezuela en los años ´90, cuando desempeñó tareas como Directos Ejecutivo de esa entidad internacional cuya sede central se encuentra en Washington DC.
Según el Registro Público de Panamá, Kalushy fue creada el 27 de julio de 1992, la misma etapa en la que fueron abiertas las cuentas offshore administradas por el propio Beraja. Sin embargo, el comunicado difundido por el Secretario de Derechos Humanos fue titulado “Claudio Avruj nunca tuvo sociedades offshore”. En ese documento se consignó que “Avruj trabajó en Venezuela para la organización B’nai B’rith, institución que lo designó como su director internacional del distrito 23 área Caribe, en Panamá, entre los años 1992 y 1995” e indicó que “la organización constituyó a través de sus representantes la sociedad anónima Kalushy, a los efectos de cumplir con la normativa laboral local y permitirle a Avruj asentar su residencia en aquel país”. La respuesta de BB –anunciada días después de la afirmación del Secretario de Derechos Humanos– fue ofrecida por el vicepresidente del área de comunicaciones de dicha organización, Sharon Bender, quien afirmó que “La B’nai B’rith informa oficialmente que no estableció, ni autorizó la constitución de ninguna empresa en Panamá”. Remarcó –además— el accionar relacionado con los paraísos fiscales es contrario a los principios de la misma, “cuyas finanzas son enteramente transparentes”.
El oscurantismo mediático que se ha encargado de encubrir los permanentes escándalos de corrupción vinculados al macrismo ha permitido que esta información haya quedado en el olvido, sepultada por los diarios conflictos de intereses que han caracterizado a la actual gestión de “Cambiemos”.
En 2012 Claudio Avruj presentó su candidatura a la presidencia de la DAIA como representante del berajismo residual enfrentándose a Julio Schlosser y Waldo Wolff que expresaban –supuestamente– la corriente “centrista apartidaria” al interior de esa institución judía. La derrota de Rubén Beraja, y de su candidato Avruj, supuso un rápido realineamiento de fuerzas que incluyó la cooptación del propio vicepresidente electo de la DAIA, Waldo Wolff, que terminó traicionando su discurso apartidario, renunciando a su cargo recientemente electo dentro de la DAIA, al incorporándose a las listas legislativas bonaerenses, bajo el amparo de Jorge Macri.
Claudio Avruj aparece reiteradamente como una representación del Tartuffo de Moliere, quien expresa alternativamente aquello que distintos interlocutores quieren escuchar. Sus acontecimientos biográficos, sin embargo, mantienen una ordenada coherencia, sólo matizada por alocuciones edulcoradas con una pátina de amabilidad huidiza.
El derrotero esquivo tiene mojones identificables de la época en que se desempeñaba como director adjunto de la DAIA: en ese lapso compartió la máxima responsabilidad de gestión con Alfredo Neuburger. En esa etapa Avruj lograba garantizarse adicionales de financiamiento mediante la obtención de “retornos” provenientes de la compañía NEXTEL, empresa que gestionaba una “flota” comunicacional referenciada como “DAIA”, que alcanzaba los mil aparatos en 2010. La desvinculación de la institución de la calle Pasteur incluyó una comisión investigadora conformada por integrantes de su Consejo Directivo, orientada a relevar sus manejos económico financieros como director ejecutivo. Entre las dimensiones investigadas –y no divulgadas para evitar el escándalo– figuraban la edición de materiales gráficos con sobreprecios, faltantes informáticos y “arreglos” de indemnizaciones con empleados a su cargo.
Uno de las personas que habitualmente eran contratadas por Avruj, Alex Kurland, solía cotizar sus trabajos de escenografía y dirección para eventos públicos con un porcentaje de retorno exigido por el Director Ejecutivo. En la actualidad, Kurland se desempeña como Director Nacional del Centro Cultural De La Memoria Haroldo Conti, se dedica a despedir integrantes de su área y fue caracterizado por Javier Margulis, otrora Director del área de teatro del Conti, como uno de los más perversos vaciadores de la ESMA. Margulis que fue despedido por la actual gestión describió pormenorizadamente los manejos incompatibles de Kurland al frente del Centro Cultural.
El 12 de septiembre de 2013, el entonces Jefe de Gobierno, Mauricio Macri visitó el edificio de la DAIA/AMIA para recordar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Fue acompañado por Claudio Avruj y al finalizar la actividad pronunció una frase que generó sorpresa e indignación entre sus anfitriones: “hay que terminar con el tema de la memoria… mirar para el futuro…dejar el pasado atrás”. La muletilla utilizada tiempo después en la campaña electoral nacional, para posicionarse desde un optimismo facilista, fue repudiada en la intimidad por los dirigentes, pero acordaron que la crítica no trascendiera más allá de los muros del edificio de Pasteur 633.
Poco tiempo después, fue el propio Avruj quien “operó” a medios comunitarios –desde su lugar de socio de la “Cadena de noticias judías Vis-a-vis” —, para evitar que las diatribas contra Jaime Durán Barba contaminaran a su jefe Mauricio Macri. En aquella ocasión, el consultor ecuatoriano, principal asesor de comunicación del entonces Jefe de Gobierno, afirmó ante la Revista Noticias, en su edición del 8 de noviembre de 2013, que “Hitler era un tipo espectacular”. Otro de los coherentes antecedentes de Avruj incluye el “silencio de radio”, decidido frente a las consultas relacionadas con la recepción en Casa Rosada, el 14 de julio de 2015, de representantes del partido Bandera Vecinal, de orientación neonazi, liderado por Alejandro Biondini, en una reunión de “Juventudes Políticas” convocada por la Jefatura de Ministros de la Nación.
La “cadena de noticias vis a vis” sobrevive de la pauta oficial de los gobernantes de cambiemos sin que ningún fiscal o juez advierta sobre la incompatibilidad de financiar el emprendimiento periodístico de un funcionario en actividad, con dineros públicos.
Desmemoria
En esa misma línea, Avruj aseveró el 25 de agosto de 2016 –en relación a la Shoá, el exterminio de judíos durante la segunda guerra mundial- que “nunca se determinó fehacientemente si (las víctimas) son 6 millones o 5 millones”. La “disputa por los números”, enunciada por Avruj, no se relaciona con una intencionalidad de verificación de datos históricas, sino que se encuentra abocada –como en el caso de Lopérfido y Gómez Centurión a minimizar los crímenes de lesa humanidad viabilizando un clima político-cultural dispuesto para finalizar los juicios contra los genocidas para lograr de esta manera las ansiadas prisiones domiciliarias e impulsar la “reconciliación” de la impunidad. Las declaraciones banalizadoras de este tipo son catalogadas en gran parte de los países europeos como “negacionistas” y suponen un delito penal.
En ese mismo sentido, Avruj vació el capítulo local de la Alianza Internacional por la rememoración de al Shoá (IHRA, por sus siglas en inglés), de la que es su coordinador en Argentina. Desde que asumió en 2015 expulsó ilegalmente a la totalidad de las organizaciones de la sociedad civil que no comulgaban con el ideario neoliberal y fascista que propone como su soporte ideológico. Entre ellas quedaron sin su sitial, el Centro para la Estudio e Investigación del Holocausto (CEIH), de la Universidad de Buenos Aires, la Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina (ICUF), y OFEC (Organización, Formación, Educación y Conocimiento).
En esa misma línea de comportamiento, Avruj se llamó a silencio en relación a las afirmaciones del fiscal federal Gerardo Pollicita, quien el 10 de diciembre de 2016, se refirió al atentado a la AMIA como un acto terrorista cometido contra israelíes, negándole a los argentinos-judíos su identidad nacional. El apartado cronológico incluyó el silencio ante la banalización de la Shoá por parte del Ministro de Educación, Esteban Bullrich, quien definió a los nazis, el 26 de marzo de 2017, bucólicamente, como parte de una “dirigencia que no supo unir”.
La continuidad de su vínculo con Rubén Beraja queda en evidencia con el nombramiento, a principios de 2017, de Miguel Inchausti, quien desempeña la tarea de impedir que el Estado continúe con su rol de querellante en el juicio de encubrimiento del atentado, función para la cual fue necesario desautorizar a los abogados Mariana Stilman y Ezequiel Strajman, quienes se encargaban de llevar a cabo las tareas de investigación por parte del Estado en el juicio. Estos dos últimos abogados renunciaron en marzo de 2017 luego de denunciar en sendas cartas públicas al propio ministro, sin estar al corriente que el responsable prioritario de la operación de silenciamiento era, tras bambalinas, el propio Secretario de Derechos Humanos de la Nación quien se encuentra abocado a salvaguardar a Rubén Beraja y a Jorge “Fino” Palacios. Este último es se encuentra en el banquillo de los acusados del Tribunal Federal número 2 debido a que advirtió telefónicamente con anterioridad a Kenore Edull –pariente de la familia Menem– de un allanamiento que se iba a llevar a cabo a la mañana siguiente de su llamado. Edule era propietario de una empresa de volquetes. Uno de los cuales se encontraba en las inmediaciones de la calle Pasteur 633 el día que se produjo el atentado.
A pesar de que la acusación por encubrimiento contra Palacios ya estaba sustanciada en el año 2009, Macri continuó con su decisión de nominarlo como jefe de la fuerza, hecho sin duda atribuible a su nexo con las “escuchas ilegales”.
Palacios es –en la actualidad—el poseedor de uno de los silencios más gravosos e incómodos de la política argentina. Su empresa de seguridad era la encargada de viabilizar a través de órdenes judiciales falsas, las escuchas telefónicas a Sergio Burstein, familiar de una las víctimas de la DAIA. Curiosamente, dichas grabaciones ilegales gestionadas por Palacios y su empleado Ciro James eran trasferidas en el Barrio Parque de esta Capital, zona en la que habitaba por ese entonces el ingeniero Mauricio Macri.
El 17 de febrero de 2009, Avruj se comunicó telefónicamente con Sergio Burstein –en un claro formato de sutil “apriete”– para sugerirle que “finalice su discurso contra Palacios», porque éste había sido desechado como candidato a jefe de la policía. «No hagas ese discurso porque vas a quedar pedaleando en el aire”, le dijo textualmente. Meses después Macri designó a Palacios como jefe de la Policía Metropolitana el 2 de julio de 2009 y le aceptó su renuncia un mes y medio después el 25 de agosto por la presión pública generada en relación a las escuchas ilegales.
A fines de 2016, el vaciamiento de las causas vinculados a los derechos humanos sufre uno de sus capítulos más oprobiosos a través del abandono de la apelación –por parte del Estado—al sobreseimiento a los acusados de la apropiación ilegal de Papel Prensa durante la última dictadura miliar. Por ese mismo periodo, se lanzaba la candidatura a presidente de la AMIA –sita en la calle Pasteur—del Agustín Szbar, ex diputado radical y socio del estudio jurídico de Carlos Rosenkrantz. Apenas unos meses después, en mayo de 2017, fue el propio Avruj quien se convirtió en uno de los primeros defensores del malogrado dictamen del 2×1, impulsado por Rozenkrantz. En esa misma línea de legitimación, que pretende “empatar” el terrorismo de estado con las luchas sociales y políticas, se inscribe la recepción a los integrantes del Celtyv (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas), una asociación que defiende a los genocidas.
Vaciamiento
Avruj es el encargado prioritario del vaciamiento de las actividades de Derechos Humanos orientadas a evitar nuevos sucesos criminales a futuro. Como parte de esa tarea se buscan minimizar fechas, desandar modelos de capacitación y desramar programas destinados a concientizar cobre vulnerabilidades y derechos. En ese plano, fue el propio Avruj quien se encargó de sugerir la supresión, en el calendario de 2017, del 24 de marzo como fecha de feriado inamovible, utilizando variados argumentos rayanos en el cinismo. La razón fundamental de la intentona fracasada por la oposición popular en las calles continúa con su programa, consistente en “desencarnar” fechas, minimizar acontecimientos trágicos y –sobre todo– quitarle, en un proceso continuo y constante, trascendencia a los crímenes dictatoriales.
Sus movimientos sinuosos, ajenos absolutamente a la tradición de los derechos humanos, más emparentados con las componendas comérciales, las operaciones de prensa y el tráfico de favores, le han generado varios escraches que los medios hegemónicos intentaron invisibilizar, pero que fueron ampliamente viralizados en las redes sociales. En noviembre de 2016, Avruj participó de un panel en el cineclub municipal Hugo del Carril de Córdoba, donde se le inquirió acerca del cumplimiento de las recomendaciones de la ONU, respecto a Milagro Sala. Cuando la investigadora en ciencias sociales Maristella Svampa afirmó que Milagro Sala era una presa política, y un asistente desplegó una bandera exigiendo la libertad de la jujeña, Avruj se retiró recogiendo insultos. Otra escena del mismo tenor se dio en La Rioja, cuando activistas recibieron a Avruj con consignas ligadas a la intentona suprema de legalizar el “2×1” a los genocidas. En otro de los escraches populares, personal y asistentes de la Biblioteca Nacional repudiaron su presencia reclamando por la libertad de Milagro Sala y reprochando su complicidad con la nueva ofensiva de instaurar la “Teoría de los dos demonios”. Quizás como respuesta desesperada a esta manifestación popular, una funcionaria de la secretaria de Avruj, la Directora Nacional de Formación Cívica, Romina Sarmiento, se dedicó frente a la vista de presentes y extraños a homenajear los derechos a la expresión ciudadana, mientras arrancaba carteles que reclamaban la libertad de Milagro Sala, situados al interior del predio de la ESMA.
Las agresiones reñidas con cánones básicos de respeto laboral se ven asiduamente vulnerados en sus dependencias: a fines del año pasado, uno de los integrantes de su jefatura de gabinete, Jorge Olivastri, agredió físicamente a una empleada, caricaturizándola posteriormente por el carácter trans de su identidad de género. Tiempo después, el 16 de junio de 2016, la secretaria a su cargo no se pronunció frente a los insultos de “Negros de mierda”, “Mogólicos”, y “Villeros” proferidos por Flavia Champa, secretaria de Sergio Kuschevatzky, director del Archivo Nacional de la Memoria, inserto en la secretaría DDHH.
Kuschevatzky, antes de ser director del Archivo, se desempeñaba como Director Ejecutivo de la Sociedad Hebraica Argentina, en el tiempo que Mauricio Macri defendía a Jorge Fino Palacios frente a la mirada atenta de otro de los dirigentes de Hebraica, el actual diputado Waldo Wolff. El modelo discriminatorio difundido y legitimado por el PRO es el que le permitió a Avruj –en nombre de sus particulares derechos humanos— avalar las declaraciones xenófobas del senador Miguel Angel Pichetto, enunciadas en noviembre de 2016.
La última de las acciones de Avruj fue garantizar la detención del líder de los pueblos originarios Facundo Jones Huala, que desde hace años resiste la ocupación de tierras mapuches, en la zona de Cushamen, escamoteadas por el magnate Benetton. La gestión de la detención se vehiculizó a través de quien es su socio comercial en la plataforma de noticias Vis-avis, Guillermo Yanco, quien se desempeña como pareja de la actual Ministra de Seguridad Patricia Bullrich Luro Pueyrredon. El encarcelamiento de Huala desencadenó, el 4 de junio de 2017, una feroz represión, con un saldo de cinco heridos, entre quienes se solidarizaron con el dirigente mapuche.
El currículum de Claudio Avruj tiene aún áreas grises por develar. Pero aparece como harto imposible encontrar en la una muestra de solidaridad, honradez, respeto a la diversidad, o simplemente el mínimo sentido de servicio público. La ceocracia funciona con el combustible del cinismo y la negación del otro. Desgraciadamente, como decía Ariel Delgado desde Radio Colonia, “habrá más información para este boletín”. Pero todos esos informes tendrán el color innoble de quienes usan el estado al servicio del interés de los poderosos.
*Por Jorge Elbaum para Nuestras Voces.