Brasil: entre reformas, corrupción y lucha social
El viernes 30 de junio se desarrolló en Brasil una nueva huelga general en contra de la Reforma de la Ley Laboral. El paro nacional contra el gobierno de Michel Temer y las denuncias en su contra acorralan al mandatario. Rodrigo Maía podría ser su sucesor.
Por Gaston Ruffener para La tinta
Si ya es complejo construir una lectura de la realidad de un país que no sea el nuestro, más difícil aún es hacerlo sobre Brasil, donde las denuncias y acusaciones cruzadas son moneda corriente. Desde La Tinta dialogamos con comunicadores de Midia Ninja para intentar reconstruir los últimos sucesos del país vecino.
Empecemos por el principio. Michel Temer asumió la presidencia el 31 de agosto de 2016 luego de que Dilma Rousseff fuera apartada del cargo por el Impeachment que realizó el Senado de la Nación. Como vicepresidente y representante del partido PDSB aliado al Partido de los Trabajadores (PT), Temer encabezó el golpe blando perpetrado contra la mandataria elegida democráticamente. Dilma fue acusada de realizar “bicicleta fiscal” con fondos del Banco do Brasil para pagar la Bolsa Familia (programa social similar a la Asignación Universal por Hijo). Dicha maniobra fue denunciada como un “crimen de responsabilidad”.
Como dato de color, dos días después del apartamiento de Dilma, la bicicleta fiscal dejó de considerarse un crimen fiscal. Y llamativamente, el relator del proceso del impeachment en el Senado, Antonio Anastasia, cuando era gobernador de Minas Gerais, hizo la misma maniobra fiscal en el gobierno más de 80 veces.
Una vez que Dilma fue “quitada” de en medio, el PDSB se hizo con el poder: comenzó una larga lista de recortes, avanzó sobre los derechos sociales y reprimió en reiteradas ocasiones las protestas.
A pesar del apoyo constante de los medios hegemónicos, sobre todo de la Red Globo -tercer conglomerado de medios más grande del mundo-, la imagen de Michel Temer se fue desgastando. El mandatario y su círculo cercano son investigados por los grandes casos de corrupción vinculados al Lava Jato, un esquema de lavado de dinero sospechoso de mover más de 10.000 millones de reales brasileños.
En mayo, el empresario Joesley Batista, dueño del gigante cárnico JBS, difundió un audio en el que expuso al presidente Temer pidiendo pagar sobornos. Luego, el empresario acusaría al presidente de ser el jefe de una peligrosa organización criminal integrada por políticos, que le exigía permanentemente el pago de sobornos y de donaciones ilegales para campañas electorales a cambio de favores para sus empresas o para no dificultar sus negocios.
Ante estos hechos, el 26 de junio la Procuraduría General de la República (PGR) presentó una denuncia de corrupción contra el presidente Temer. Es la primera vez en la historia que un presidente es denunciado por la PGR. Temer tiene diez días hábiles para presentar su defensa y después el plenario de la Cámara de Diputados deberá votar para definir si acepta o no la denuncia del PGR. Se precisan 2/3 partes de los votos para que la denuncia sea aceptada. El gobierno demuestra confianza y se posiciona colocando que tiene certeza de que la denuncia va a ser archivada, pero no se sabe hasta dónde las cosas pueden cambiar en los próximos días.
En caso de que la denuncia sea aceptada, Temer será apartado del cargo por 180 días para que sea juzgado y asume la presidencia de la república el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maía.
Mientras tanto , el Supremo Tribunal Federal ordenó liberar a Aécio Neves, el diputado que fue detenido luego de ser filmado recibiendo un sobre de dinero para el presidente. Neves también fue expuesto por los dueños de JBS, que lo grabaron pidiendo dinero y finalmente también la entrega de una bolsa de dinero que estaría direccionada a él. En conclusión, al mismo tiempo que las denuncias aparecen y afectan a buena parte de la clase política brasilera, el STF toma medidas que protegen a estos políticos y colocan en duda la posibilidad de una verdadera punición de los responsables.
¿Por qué O Globo le soltó la mano a Temer?
En los últimos meses, los medios hegemónicos de Brasil y la región han dejado de prestar su apoyo al presidente Temer. Una de las hipótesis que sostiene Midia Ninja es que a causa de los recortes y la represión que creció durante su mandato, la imagen del mandatario está tan debilitada que no favorece que se encaren las reformas de las leyes laborales y jubilatorias.
Estos dos proyectos de reforma están generando una fuerte resistencia de los gremios y los movimientos sociales, hasta el punto de impulsar dos multitudinarias huelgas generales.
Al parecer, Temer ha dejado de servir para los objetivos de la oligarquía brasilera, por lo que estarían intentando apartarlo para que un nuevo personaje, Rodrigo Maía, con una imagen menos manchada encare estas reformas tan controversiales.
¿Quién es Rodrigo Maía? Es un joven político, hijo de un ex-prefecto de Rio de Janeiro. El es del DEM (Demócratas) antiguo PFL (partido ligado en sus raíces a los militares de la dictadura).
En este contexto, la movilización social en Brasil crece cada día más, en gran parte de la mano de los movimientos feministas, de la población negra y movimientos indígenas, que se suman a la necesaria renovación que están teniendo movimientos sociales más tradicionales como el MST (Movimento Dos Trabalhadores Sem Terra) y el MTST (Movimiento Dos Trabalhadores Sem Teto).
*Por Gaston Ruffener para La tinta