“Resistir como parte de un mosaico de la realidad”
Este miércoles de tarde en el predio recuperado de Bº Parque Las Rosas se realizó el 2do Encuentro de Trabajadores del Ambiente, organizado por la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), una de las ramas de la Confederación de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (CTEP). Y que contó con la palabra y el análisis del Dr. Gianni Tognoni.
Con un claro acento italiano, el Dr. Tognoni es uno de los mayores especialistas mundiales en políticas sanitarias. Epidemiólogo, sanitarista, Doctor en Filosofía y en Medicina, dirige un centro que realiza investigaciones independientes en Milán sobre la industria farmacéutica. En los ’70 mostró cuáles son los medicamentos que mejoran el pronóstico de las enfermedades y cuáles son sólo herramientas de mercado, y siguió propiciando legislaciones en todo el mundo tendientes a que la salud sea un derecho y no un capítulo del mercado. Tognoni es, además, secretario general del Tribunal Permanente de los Pueblos que condenó hace unos meses a Monsanto por Ecocidio.
El solcito del otoño nos acompaña durante toda la jornada. La consigna del encuentro es “Ecocidio: impacto de las políticas neoliberales en el ambiente y respuestas de los Agentes Ambientales de la Economía Popular”. Y es sobre estos ejes que accede a conversar con La tinta.
La Ecología dignifica
A lo largo de su exposición el Dr. Tognoni abordó la idea de “la Ecología como una vía para dignificar”. Cuando desde La tinta le consultamos sobre este punto, nos decía que muchas veces se entiende al concepto de Ecología como ese estado de conciencia en donde “las personas que están destruyendo el medio ambiente, de repente, perciben que ese medio ambiente es el lugar donde viven”. Y que esa idea liviana de ecología oculta todo su potencial transformador: “Se trata de transformar esa palabra, efectivamente, en un estilo de vida que permita a las personas que están en ese medio ambiente vivir con dignidad”.
Según su interpretación, “no hay un medio ambiente digno si no hay personas que viven en ese medio ambiente con dignidad, es decir con el respeto de todos sus derechos de vida”. En este punto se encarga de señalar que un medio ambiente digno no es solamente “tener un aire limpio, sino de tener un trabajo, una educación y una escuela, etc”. Porque se “puede vivir en un medio ambiente limpio pero estar contaminado por tanta violencia y tanta opresión”, afirma.
En ese sentido, y adentrándose en su línea de pensamiento, el Dr. Tognoni entiende que “la Ecología es el cruce donde se mide la capacidad de una sociedad de respetar, no solamente el equilibrio de las cosas, sino y por sobre todo, el equilibrio de las personas”.
Al colocar en el centro de su interpretación al equilibrio entre las personas, deja entrever la idea de que un medio ambiente sano y digno no puede ser para quienes pueden pagarlo: necesariamente tiene que ser para todos y todas. “Es un indicador de democracia. Un país que no tiene una Ecología humana, no es un país democrático” , sentencia.
Desarrollo para quiénes
Otro elemento nodal en el pensamiento del Dr. Tognoni, y que en la charla de hoy se encargó de profundizar, es la crítica al concepto mercantilista de Desarrollo. Según el intelectual, “en los últimos 20 años las medidas y los objetivos de desarrollo no han tenido más que como punto de referencia el destino de las personas” y que se valen sobre todo de indicadores económicos abstractos.
Entonces, esta idea de desarrollo, “que los economistas mismos reconocen que no es un valor en sí mismo”, no es otra cosa que “un artificio que se ha creado para garantizar los derechos de los que ganan más”. Una ilusión que permite consolidar las desigualdades.
Y continúa: “Desarrollo es una palabra trampa. Sustituye el respeto de una gradualidad de crecimiento colectivo, con el crecimiento de indicadores que han sido producidos por fórmulas matemáticas que no reflejan la realidad” .
Resistir, transformar, liberar
Retomando otra de las intervenciones de la mesa, le preguntamos al Dr. Tognoni sobre la idea del derecho a la resistencia y de su importancia en la vida de las sociedades: “Resistir ha sido desde siempre la motivación de todas las luchas de liberación que han producido los hechos más importantes de la historia”, afirma.
Pero no sólo resistir, sino poder animarse a soñar con mundos nuevos. Es fundamental que la resistencia sea acompañada de “un proyecto por el qué resistir”. En otras palabras: “Resistir nunca puede ser suficiente si uno no tiene un fuerte proyecto de futuro, que permita agregar fuerzas, ideas y valores, y que motive a mucha gente a cambiar la sociedad”.
En este punto, tanto la FACCyR como la CTEP tienen todo un camino recorrido: “Cartoneros, recicladores, carreros, pueden ser vistos como factores de resistencia. Frente a la marginación, a la expulsión de la sociedad, ellos inventan una manera para reciclar basura. Pero evidentemente el objetivo de ellos es hacer visible una derecho de autonomía y de libertad”, analiza el especialista italiano.
Y en esa resistencia creadora (“resistir sin innovar, no es liberación”, dice al pasar) remarca la importancia estratégica de la construcción multisectorial. “Cada uno tiene su autonomía, una estrategia de trabajo, una identidad. Si estas identidades se hacen aliadas ocurre lo que solamente ocurre en los movimientos de liberación: cuando hay un conjunto de tantos puntos de vista, se puede cambiar la realidad (que por definición no es unitaria)”.
*Por Redacción La tinta. Foto: Comunicación Rebelde.