Niños yemenitas, una herida abierta
El periódico Israel Hayom reveló que Tel Aviv realizó experimentos con los niños yemenitas extraviados y sin la autorización o el conocimiento de sus familiares.
La desaparición de niños yemenitas que migraron a Israel es una herida abierta con tormentosas protestas, comités, nombramientos y con promesas a las familias para hacer frente a uno de los temas dolorosos que el estado ha estado arrastrando desde sus primeros años hasta hoy.
A lo largo de los años, se han nombrado tres comités para investigar el asunto: el Comité Bahlul-Minkovski (1967), el Comité Shalgi (1988) y el Comité Estatal de Investigación Kahane-Kedmi, nombrado en enero de 1995. Todos los comités determinaron que no se secuestraron niños. Sin embargo, el Comité Kahan-Kedmi señaló docenas de casos en los que no había pruebas de que los niños murieran y para ellos plantearon la posibilidad de “entrega para adopción”.
El periódico Israel Hayom informó que obtuvo fotos inéditas que muestran de manera clara experimentos realizados en los niños después de su traslado a los territorios palestinos ocupados. Además, el diario informó que cuatro menores fallecieron mientras recibían un tratamiento experimental.
Por ejemplo, en una de las imágenes -en la que los niños son fotografiados desnudos- se escribe un “bazo” en la zona del abdomen de un niño, como parte de lo que parece ser un intento de aprender sobre el cuerpo humano. Estas fotografías serán presentadas durante la discusión por el MK Nurit Koren, presidente del Comité Especial sobre la Desaparición de Niños Yemenitas, de Medio Oriente y Balcanes.
Otros protocolos de la Comisión Estatal de Investigación describieron cómo los médicos de cuatro bebés que estaban desnutridos realizaron tratamientos experimentales que incluyeron la introducción de proteína seca por infusión y causaron sus muertes.
En un testimonio ante la Comisión, el Dr. Mandel, director del Hospital Infantil en Rosh Ha’ayin, afirmó: “En un estudio, un médico famoso llamado Densha, de los Estados Unidos, visitó el campamento y dijo que pensaba que tenía sangre negra, y sabía que en los Estados Unidos, los negros estaban sufriendo de una enfermedad de la sangre llamada guadaña. Al principio, casi todos los niños tenían fiebre, malaria, y nos hicieron análisis de sangre (…) No había necesidad de pedir permiso a los padres… Querían saber lo que estaba pasando con los niños yemenitas… Se llevaron a niños que murieron por varias razones y examinaron sus arterias… Revisé sus corazones”.
El Dr. Mendel testificó que había registros precisos de los estudios, pero según rumores que llegaban a él, “alguien los destruyó después de siete años”.