¡Córdoba va!
En el cuarto día de paro de trabajadores de transporte de Córdoba, lejos de encontrarse en una curva descendente del conflicto, distintos sectores sindicales han expresado su solidaridad y convocan a movilizarse este jueves por las calles de Córdoba. A la par, se fortalecen las posturas antiburocráticas.
Por José Fernández
A contrapelo de lo esperado por el Ejecutivo Municipal y el intendente radical Ramón Mestre; a contra mano de los pronósticos que anunciaban un rápido desgaste del conflicto a través de durísimos mensajes emitidos desde los medios hegemónicos de comunicación que reclamaban mano dura, represión y despidos; a pesar de las decenas de telegramas intimidatorios y de anuncios de posibles despidos; la unidad de los y las trabajadorxs puso en jaque a la estrategia planteada por la FETAP, UTA y la Intendencia.
En el transcurso del tercer día de paro total del transporte en Córdoba -que incluye a Autobuses Córdoba (AuCor), ERSA, Coniferal y Tamse-, la correlación de fuerza se fue inclinando para el lado de los laburantes.
Expresión de esto fue el fallido arribo del Secretario del Interior de UTA Nacional, Jorge Kiener, quien vino con un mensaje que no encontró eco entre los choferes y que se fue descepcionado por no haber logrado torcer el brazo a las delegadas y delegados. En su retirada, Kiener sólo atinó a lamentar por los medios que se trataba de un «paro político».
En un contexto de un sindicato intervenido desde septiembre del año pasado cuando el santafesino Luis Arcando quedó a cargo de la Regional Córdoba hasta que la asamblea nacional de UTA ratifique la destitución de la conducción desplazada y convoque a nuevas elecciones, la crisis dentro del gremio no encontró camino de resolución llevando a la vida interna del sindicato a una crisis de representación tan grande, que sólo el cuerpo de delegadxs en constante estado de asamblea de trabajadorxs tienen la verdadera representatividad para dialogar con las partes que representan al sector patronal .
Precisamente es esta situación la que utiliza el Ministerio de Trabajo para no reconocer a interlocutorxs más allá de la conducción interventora.
En paralelo, la patronal ha intentado quebrar el paro sacando unas pocas unidades a la calle, con empleados contratados o manejados por socios de la empresa, los cuales (frente a la resistencia de los colectiveros) debieron regresar con sus colectivos a la punta de línea sin haber logrado desencadenar una ruptura en la adhesión al paro.
Como si esto fuera poco, los medios de comunicación hegemónicos trabajaron arduamente para desgastar el conflicto y agudizar las contradicciones entre la sociedad y las trabajadoras. Y no conformes con ese rol, ubicaron su desempeño para transformarse en verdaderos jueces que no dudaron en llamar a reprimir e inclusive justificar despidos de quienes hacen huelga.
Pero toda la acción antihuelga no logró su cometido y luego de 72 horas de paro, luego de haber sido detenidos tres trabajadores, luego de emitir posturas intransigentes desde el poder, la unidad del movimiento obrero se está haciendo sentir. Más allá de las distintas consideraciones que podamos realizar sobre cada uno de los espacios sindicales, la unidad en la acción de la CGT, CTA, corrientes internas sindicales, cuerpos de delegados y/o asambleas antiburocráticas, movimientos sociales y de desocupados, se aprestan para realizar en el medio día de este jueves una gran demostración de fuerza, unidad y solidaridad con lxs trabajdorxs del transporte. Sobre el escenario conflictivo cordobés ya está planteada la posibilidad de la realización de un paro general a nivel provincial.
Pero en este complejo tablero aparece un factor no esperado y menos deseado por los gobiernos, empresarios y conducciones sindicales burocráticas que tan sensibles a los discursos del poder son. La irrupción de espacios antiburocráticos (definidos por su acción) fue el elemento desencadenante de este dominó que se extiende por todas las fábricas, escuelas, hospitales, oficinas, talleres, etc. Entusiasmando a la expresión/acción de más trabajadorxs por sus derechos y la necesidad de volver a discutir las paritarias 2017 y pensar en una superación del techo impuesto.
Esta Córdoba que hace un año y medio votaba con las dos manos por el proyecto liberal macrista dándole el triunfo con más del 70% de los votos, hoy se vuelve a poner en pie y lo hace apelando a lo mejor de la historia del sindicalismo cordobés que tiene entre sus glorias al Gringo Tosco y al Negro Atilio López entre otrxs, dato que no debe ser subestimado jamás y mucho menos cuando lxs laburantes salen y ocupan las calles.
* Por José Fernández / Fotografías Colectivo Manifiesto