Las madres del Cordobazo
Las posibilidades de las mujeres en el 69 no eran las mismas que ahora. La brecha entre el mundo privado y el mundo público estaba más acentuada. La división del trabajo entre el hombre de la fábrica y la ama de casa era lo “normal”, lo “esperable”. El acceso a la universidad estaba más restringido para las mujeres.
Como mujeres de este tiempo nos toca reconocerles y reconocernos varias cosas. No solo a aquellas mujeres que fueron protagonistas como militantes activas, poniendo el cuerpo, el corazón y la razón para darlo vuelta todo convencidas de que un mundo sin opresión dependía de ellas. No solo a aquellas dispuestas a enfrentar lo que viniera, sin miedo al macho autoritario y que por ello las desaparecieron, las torturaron, las violaron, las humillaron y les robaron a sus hijos e hijas. Ellas, como parte del castigo también, fueron juzgadas severamente por la sociedad por haber dejado su “deber ser” como mujeres.
También reconocernos/reconocerles el protagonismo a aquellas que se quedaron en la casa, cuidando de los hijos e hijas, sosteniendo lo cotidianeidad. Guardando las apariencias para el afuera, esperando en silencio, con la angustia hecha piel, con la comida caliente, la puerta abierta para cuando lleguen.
Todas ellas parieron el Cordobazo, a sus hijos y a sus hijas. Caminaron por las calles. Algunas trabajaban en bancos, otras en fábricas de zapatos, muchas iban a la escuela, pocas a la universidad. Ellas también fueron protagonistas políticas.
Tiraron bolitas a los caballos de los militares para evitar que avanzaran por las calles, dieron vuelta automóviles, explotaron cuando se enteraron que las balas de plomo habían matado a un compañero. Armaron barricadas, tomaron fábricas, salieron a las calles, se organizaron junto a las manzaneras, cruzaron el río, corrieron, salieron, se unieron y vencieron a la dictadura. Pasos fuertes, enseñanzas potenciales. Huellas ya marcadas en las calles que nos indican que nosotras caminamos también por donde ellas estuvieron.
Las madres del Cordobazo son un símbolo de que las mujeres aún negadas, silenciadas, omitidas por el relato masculino de la Historia, somos protagonistas de la Historia.
A 48 años de aquel gran hecho histórico, que marcó un punto de inflexión en la historia de las luchas en Córdoba, agradecemos y homenajeamos a las nosotras de ese tiempo, las que parimos el mundo, las que garantizamos seguir siendo. Salud a todas las compañeras y madres del Cordobazo.
