Sancor: el reflejo de una crisis
El gobierno sumó un nuevo caso testigo para su intención de flexibilizar y precarizar las condiciones de trabajo en la Argentina. Después de días de medidas de fuerza en Sancor, bajo la amenaza de quiebra por la crisis financiera que aqueja a la firma cooperativa, el gremio, los representantes de la empresa y el gobierno alcanzaron un acuerdo para que el Estado nacional aporte nuevamente fondos.
Por Mario Hernandez para Marcha
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, reveló que el acuerdo liberará fondos por 450 millones de pesos para Sancor, que incluye el compromiso de un nuevo convenio colectivo de trabajo en un plazo de 30 días que modificará particularmente los regímenes de licencias por mudanza, matrimonio, horas extras, accidentes y enfermedades inculpables, presentismo y asistencia, entre otros.
Además el gremio resigna cobrar 140 millones de pesos que adeudan las grandes empresas lecheras en concepto de bono extraordinario, de un pasivo total del sector que ascendería a los 800 millones.
Como una demostración de fuerza, más de 400 delegados y miembros de la Comisión directiva del gremio Atilra, habían votado por unanimidad un paro nacional por tiempo indeterminado de la industria lechera, a partir de las 0 horas del jueves. Lo hicieron en respuesta al fracaso de las negociaciones que se sucedieron el día martes, que se suponía serían claves para destrabar el conflicto que atraviesa la cooperativa SanCor que emplea a 4.400 trabajadores y trabajadoras.
Con la firma del acuerdo, Atilra anunció el inmediato levantamiento del paro acatado por el 100% de las y los trabajadores. Al menos 11 plantas de SanCor permanecieron paralizadas. Atilra -que enrola a 30.000 personas- logró frenar la operatoria en todas las plantas del país en solidaridad con la cooperativa láctea, mientras las cámaras empresariales Apymel y CIL cuestionaron la medida de fuerza.
Juez y parte
No obstante, el gobierno santafesino señaló que la demora en el acuerdo se debía a la traba del Vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, obsesionado con flexibilizar el convenio colectivo de los lecheros para beneficiar a Pampa Cheese, la planta exportadora que fundó una década atrás y presidió hasta un día antes de asumir en la Rosada. La compañía es pequeña pero tiene entre sus accionistas a otros dos poderosos funcionarios con injerencia sobre el sector: el también vicejefe Mario Quintana, a través del fondo Pegasus, y el secretario de Comercio Miguel Braun. Los dos se sentaban en el directorio de Pampa Cheese hasta el 9 de diciembre de 2015. En su lugar asumió Sebastián Caputo, hermano de Nicky y prolífico suscriptor de firmas offshore panameñas.
Las y los santafesinos más memoriosos no solo recuerdan a Pampa Cheese sino también la gestión de Lopetegui al frente del directorio del Milkaut, entre 2002 y 2003, y temen que su intención sea quebrar ahora, como entonces con aquélla, el modelo cooperativo de Sancor. Milkaut terminó malvendida a manos francesas en 2011, pero su declive previo y el debilitamiento de sus socios ya habían permitido a Pampa Cheese empezar a hacerse de materia prima más barata.
Héctor Ponce, secretario general de Atilra, destacó que el gremio accedió a reducir hasta un 70% el “aporte patronal mensual permanente” que brindan las empresas para la obra social, en función del panorama que atraviesa la lechería a nivel nacional, en especial el que recibe de SanCor, pero que las industrias exigían una mayor flexibilización: “Primero pidieron la firma de un convenio a la baja, flexibilizándolo para todos los trabajadores lecheros del país, y también, como condición de que el Gobierno cediera esa suma a SanCor, que no discutamos salarios por un año, entre otras cosas”, afirmó Ponce. Y graficó que “tienen un rehén que hoy es la cooperativa SanCor y quieren que los trabajadores paguen el rescate”, afirmó.
El pedido de reducción del “aporte solidario” también es un reclamo de Apymel, la asociación de pequeñas y medianas empresas lácteas que sostuvo que “Apymel y el CIL (Centro de la Industria Lechera) están de acuerdo en mantener el aporte solidario y subsidiario del 6,5% pero solicitan una baja del aporte extraordinario a un monto razonable entre 500 y 750 pesos por empleado y por mes”, aclara. Actualmente, este aporte asciende a 3.900 pesos.
Ponceaceptó la necesidad de discutir el convenio colectivo de trabajo, pero afirmó que eso se tiene que dar en la discusión paritaria, “no en el marco de una extorsión”. Añadió que desde que está al frente del gremio, “negociamos 15 acuerdos salariales y nunca hicimos un sólo paro”. Además, acusó al CIL, que incluye a la propia SanCor, de no hacer nada para salvarla sino que “muchos de sus miembros se aprovecharon de la situación”.
“Podrían haber armado algún esquema de ayuda como que sean las propias empresas nucleadas en las cámaras quienes le vendan, consiguiendo las garantías de cobro correspondientes, entre un 5% o 6% de su producción a SanCor para que vuelva a tener materia prima. Es algo que se puede hacer tranquilamente”, sostuvo.
También los trabajadores de la rama lácteos del Sindicato de Choferes de Camiones (Sichoca), que lideran Hugo y Pablo Moyano, cumplieron “la huelga general nacional”, en demanda de “la inmediata reactivación de Sancor y la preservación de la totalidad de las fuentes de trabajo”. Además, habían adelantado para la semana próxima “una movilización y acampe en la Plaza de Mayo”.
Pablo Moyano denunció ante la prensa que la firma comenzó a despedir en las plantas de Tucumán, Entre Ríos y Córdoba y que “la semana próxima se iniciarán en la de Buenos Aires”. Moyano comparó la situación de SanCor con la que en su momento atravesó la avícola Cresta Roja, en “la que quedaron finalmente en la calle mil trabajadores”, señaló.
Trabajadoras y trabajadores autoconvocados
El 27 de abril, 80 empleados de la planta ubicada sobre calle Pedro Víttori en la capital santafesina se autoconvocaron para montar un acampe y denunciaron que hacía más de un mes y medio que no percibían sus haberes. “En esta planta, trabajamos 80 personas. Hoy sólo producimos 16 productos de los 160 que elaborábamos y desde hace un mes y medio que no estamos cobrando el sueldo. No sabemos por qué el gobierno nacional no respetó el acuerdo que hizo con Sancor y nuestro gremio, donde se contemplaba una ayuda financiera para salir del ahogo”, dijo el delegado de Atilra Santa Fe, Cristian Alassia.
En la ciudad de Gálvez se instaló una carpa frente a la planta y se realizaron piquetes en las rutas de acceso a la ciudad.
El 28 de abril las y los empleados de las plantas de Centeno y Gálvez se manifestaron al mediodía en la ruta 34, y la autopista Rosario-Santa Fe, donde realizaron un corte parcial y una volanteada. El día anterior renunció el secretario general de Coronel Gálvez, Nicanor Villafañe, y comenzó el paro por tiempo indeterminado de las y los trabajadores de esa zona.
Por su parte, en una de las plantas de Sancor que fabrica quesos, ubicada en la localidad cordobesa de Balnearia, en el noroeste de esa provincia, se autoconvocaron en la puerta de la fábrica para demandar una respuesta a la crítica situación. Según denunciaron desde el miércoles 26 de abril no están trabajando en esa industria que fabrica exclusivamente quesos duros y semiduros y están demandado “que alguien del gremio o de la empresa se acerque para explicarnos cómo seguimos, si la planta se cierra o no, porque nadie sabe qué hacer”, manifestaron con angustia.
En esa planta trabajan unos 120 obreros, quienes tomaron esa decisión luego de que días atrás “en forma inusual” llegaron tres camiones y cargaron toda la mercadería posible. “Ahora nos quedamos acá, no queremos que se lleven todo el queso que está producido”, dijeron con alarma. La crisis de la planta de Balnearia, pueblo de unos 7.000 habitantes, también impacta en su economía. “El consumo está paralizado y hay casi $3,5 millones mensuales menos circulando en el pueblo”, dijeron.
Trabajadores autoconvocados se manifestaron en la planta de la empresa que se ubica en la localidad de Don Torcuato para reclamar ante la desesperada situación de no cobrar el sueldo del mes de marzo y parte de los sueldos de enero y febrero. La asamblea espontánea, resolvió y realizó un petitorio que fue entregado al Ministerio de Trabajo regional Tigre para que otorgue un subsidio de urgencia que abone los sueldos adeudados.
En los últimos meses la empresa cerró 4 plantas en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, despidió 500 trabajadores y trabajadoras y está provocando el hundimiento de pueblos enteros que viven de la producción y la industria láctea en toda la cuenca lechera.
Mientras millones de niños pobres disminuyeron el consumo de leche
Se trata nada menos que de un producto de primera necesidad para la vida e indispensable en el crecimiento de las personas, pero que según los índices oficiales disminuyó la venta.
Las plantas industriales de Sancor procesan 1.300 millones de litros de leche por año (el 15% de la leche producida en el país). En Argentina hay alrededor de 7 millones de niños bajo la línea de la pobreza que necesitan de este producto indispensable para su crecimiento.
Las tazas de leche de millones de comedores que alimentan a los niños en cada colegio en el país pueden ser llenadas por el producto de las manos de los trabajadores de Sancor.
En este marco, sería necesario que se abran los libros contables de Sancor que, teniendo ganancias extraordinarias todos estos años, quiere descargar la crisis sobre las y los trabajadores.
*Por Mario Hernandez para Marcha. Foto portada: Juan José García.