“Ninguna religión embandera la guerra”
Abdul Karim Paz es uno de los referentes más notables de la comunidad islámica en Argentina. Durante una entrevista con el programa de radio de Resumen de Medio Oriente, el Sheij brindó definiciones sobre la situación en Medio Oriente, en América Latina, el Islam y la irrupción de la multipolaridad en el mundo.
Medio Oriente es una de las regiones en las que, desde el fin de la Guerra Fría, se define la configuración del poder global. El Sheij Karim Paz analiza en principio que “la guerra en Medio Oriente le fue impuesta a la región. Hace pie con fuerzas que son la cabeza de playa del sistema imperial, que fueron puestas hace mucho tiempo por las colonias, los privilegiados, las monarquías, los regímenes que ellos han utilizado después del proceso de independencia en Medio Oriente como agentes que garantizaban todavía sus intereses”. “Es la Tercera Guerra mundial”, define el Sheij, “porque tiene a muchos países involucrados y muchos intereses en juego. Además, ahí la guerra no es solo por los recursos, es una guerra ideológica”.
El Islam, el ISIS y la guerra
El Islam, la más demonizada de las religiones, está puesta en el centro del conflicto. Karim paz explica que la guerra “es religiosa en un sentido, pero en otro no lo es. No lo es en el sentido de que las religiones no están llamadas a matarse unos a otros y no poder convivir. Cualquiera que tenga una mirada profunda va a saber una cosa: que las religiones, como dice el Papa Francisco, llaman a la paz. Ninguna embandera la guerra como sistema de expansión de la fe. Lo que hay es una manipulación histórica de la religión”.
Seguido a esto, Karim Paz aborda a uno de los actores más destacados y funcionales en el conflicto global: “El Estado Islámico (ISIS), con ese nombre, está mediáticamente manejado para hacer odiar a todo lo que tenga que ver con el Islam que forma un Estado o a un Estado que tenga por religión el Islam. Lo cierto es que ese grupo es de mercenarios, salvajes, fanáticos impresentables. No tienen una fuerza por sí, son un mecanismo, porque tras la caída de algunos agentes imperiales no les quedó mano de obra. Saddam Husein fue el verdugo más importante que tuvo el imperio en la región durante años. La pérdida de Saddam Husein representó el fracaso. Luego, las invasiones de Irak y Afganistán fracasaron también, las ocupaciones norteamericanas no pudieron mantenerse, entonces recurrieron a este último elemento, que retoma lo que hicieron antes en Afganistán: combina un terrorismo ‘islámico’ o ‘de expresión islámica’, que hace hincapié en la ideología wahabbita y las fuerzas imperiales. El resultado de esa combinación es Al Qaeda, ISIS, Boko Haram y toda la porquería que anda suelta por ahí”.
Consultado acerca de los objetivos que persigue la estrategia imperial en Medio Oriente, Karim Paz enumera que “busca recursos estratégicos, energéticos, mercados, explotación de mano de obra. Busca dominio”. Pero el Sheij distingue rasgos propios del conflicto actual: “En Medio Oriente se mezcla un tema ideológico, porque se ha manipulado mucho a la religión. La religión se ha vuelto un instrumento de conquista y de dominio históricamente. Todos los profetas vinieron a contrarrestar esa utilización de la religión. Cualquiera que estudie un poco de cristianismo se dará cuenta que entre Jesús y los religiosos había una profunda discrepancia, de hecho fueron quienes lo persiguieron. Lo mismo ocurre con Abraham. En la historia bíblica y coránica está muy claro”.
Es esa manipulación de la religión en función del poder la que lleva a algunos a estar “convencidos, fanática y dogmáticamente, de que realmente es bueno para Dios y para su religión dominar y conquistar el mundo. En el Estado Islámico mucha gente fue liberada de las cárceles para ir a pelear. Gente, digamos, con poca cultura, con un poco de lavado de cerebro, un poco de plata, un poco de conquista y botín, un poco de sexo. Con todo eso modelaron personas capaces de cualquier cosa, como se está viendo. El antídoto para eso en Medio Oriente lo estamos viendo, en parte, porque es una confluencia de intereses, con la aparición del frente multipolar, que les está infringiendo una derrota al frente imperial en el aspecto militar, que es el decisivo”.
El Estado Islámico, al igual que Al Qaeda, asume una versión sectaria del Islam que se llama wahabismo, que además es abrazada como religión oficial por Arabia Saudita y buena parte de las monarquías de la península arábiga. Pero, ¿cuáles son las raíces y razones de su surgimiento?
“El wahabismo como tal -explica Karim Paz- surge hace tres siglos, con el incentivo de Inglaterra y raíces en los enemigos históricos del Profeta. Son raíces pseudo-islámicas. Sería muy fácil y superficial decir que esto es un tema de afuera del mundo islámico y que Estados Unidos es el culpable. Pero en la historia del Islam se han enfrentado al Islam en nombre del propio Islam, como pasó en el judaísmo y en otras religiones. Distingamos paja y trigo. El wahabismo fue fomentado por los ingleses, que luego se asociaron a ellos para dominar y dividir al mundo islámico. El wahabismo nace de los sectores que los ingleses apoyaron dentro del mundo árabe. Lo mismo hicieron con el bahaísmo en el mundo persa y con el ahmadismo en el hindú, para contrarrestar al Islam. Los ingleses se dieron cuenta de que enfrentar al Islam directamente, como enfrentar al cristianismo en masa, es imposible. Sería enfrentar a la gente que cree en eso, y eso es imposible e insostenible. Entonces fragmentan, dividen, separan aquello de estas religiones que no pueden dominar. El wahabismo nace así. Tiene cosas que son islámicas, creen en el Corán. Pero la interpretación que hacen del Corán es brutal. Por supuesto, hay gente sensata con la que se pueden discutir ideas dentro de un marco de respeto. Pero hay otros que están fanatizados y son un instrumento político, manipulados, una fuerza de choque imperial”.
Arabia Saudita, Turquía, Siria, Israel e Irán
Karim Paz también describe que la reducción del conflicto en Medio Oriente a un choque entre Irán y Arabia Saudita “le sirve al imperio para ocultar su propia mano, que es la más activa” y agrega que “lo mismo quisieron hacer reduciendo todo al tema de los sunitas y chiitas, o en su momento, con Saddam, que decían persas contra árabes. También otro reduccionismo muy afín es el de judíos contra árabes, o judíos contra musulmanes. Como si fuesen perros y gatos que no se pueden entender, entonces ellos van a venir a enseñarnos un poco de civilización, de racionalidad, democracia, derechos humanos. Todas son falsedades en una región que durante siglos convivió sin problemas. En Arabia, en la milenaria península arábiga, han convivido desde hace muchos siglos todos estos actores sin producirse enfrentamientos”.
En definitiva, resume el Sheij, “las diferencias que existen no implican todos los intereses tan fuertes que hay en la región. El hecho de que Estados Unidos esté metido, muestra que no viene preocupado por la unidad del mundo islámico y la solución de los problemas musulmanes”.
Karim Paz define a dos de los principales actores de la región: Irán y Arabia Saudita. “Irán cometió el pecado de que su pueblo se levantó contra una monarquía que se ufanaba de ser agente norteamericano -el Sha Reza de la dinastía Pahlavi, en 1979-, que consideraba a Occidente como algo mejor, que debía dominar y llevar su cultura a Irán. Arabia Saudita está gobernada por una monarquía que es aliada de Estados Unidos y Europa, y mantiene la industria de armas de Gran Bretaña. Es suficiente con ver quiénes estaban en el funeral del Rey Abdalá (Bin Abdulaziz): el Rey de Inglaterra, Obama, todos ellos. Desgraciadamente la monarquía saudí juega un rol. No es el pueblo de Arabia Saudita. Es notable con lo que sucede en Yemen. Ellos le tiran la culpa a Irán, porque dicen que se está entrometiendo. Estados Unidos ataca a un país y dice que el otro se está entrometiendo. Pero el otro no atacó al país, es el vecino y tiene relaciones”.
También brindó definiciones sobre la política real de ISIS en la región: “La constante mentira y desinformación acá son muy fuertes. Yo llegué a escuchar que Irán apoya al Estado Islámico, que es una cosa inexplicable. Los mártires en Irán llegan todos los días. El Estado Islámico, Al Qaeda, los talibanes, todos esos son históricos enemigos de Irán, acérrimos, reconocidos, que dicen que Irán es el peor enemigo. Como musulmanes eso no lo pueden decir, menos cuando el mundo islámico está ocupado por potencias extranjeras como Europa, Estados Unidos e Israel. Sin embargo, dan vuelta todo y dicen que hay que vencer a Irán y que después se van a ocupar de los demás”.
“Si Estados Unidos y Europa se retirasen, -continúa el Sheij- las diferencias que hay no conllevarían ese grado de violencia y problemática. Rusia no se metería tampoco. Se resolvería todo en el marco del mundo islámico, que es como debería ser. En América Latina también tienen esa estrategia de hacernos pelear entre nosotros: Chile contra Argentina, Venezuela y Colombia, todas esas manipulaciones son muy peligrosas”.
Karim Paz también explica la errática política de Turquía, que sin embargo mantiene altos niveles de beligerancia: “No se sabe bien para dónde quiere ir, lo que quiere hacer. Quiere jugar en serio, obviamente, tiene intereses en Siria. Pero un día se recuesta sobre Estados Unidos, otro día trata de hacer una alianza con Rusia. En Siria el conflicto es serio, pero no es tan problemático: hay que respetar la voluntad de los sirios. Lo cierto es que dividir a Siria es peligrosísimo, porque se puede transformar en una metodología para ser aplicada en todos lados, lo mismo que ha pasado aquí: cuántos países somos en América Latina, cuál era el proyecto de los patriotas y qué deriva de las políticas imperiales. Imaginemos que si no podemos conservar a Argentina, Colombia o Brasil como son hoy en día, entonces ya, realmente, es el final, es la esclavitud. A Medio Oriente le pasa lo mismo. Ya fue dividido y quieren seguir fragmentando. Si Turquía se presta a ese rol, realmente, los pueblos no van a acompañar ese proceso”.
Consultado acerca de la actualidad de la guerra en Siria, Karim Paz destaca que “las victorias que se adjudicó el pueblo sirio, su ejército y sus aliados, contra Israel, Estados Unidos y el Estado Islámico han preocupado bastante al imperialismo. Entonces la política de Trump y los movimientos de Israel en el último tiempo son una reacción, pero no les alcanza, porque también tienen sus limitaciones internas. No van a poder. Trump, de hecho, hizo una campaña diciendo lo contrario a lo que está haciendo, dio vuelta sus promesas de campaña y ahora está siendo muy activo en el frente militar mundial. Creo que eso le va a acrecentar la grieta, porque el pueblo norteamericano también se ve afectado en su calidad y su modo de vida, también en la economía y la seguridad. Además ya no son creíbles y eso va incrementando la consciencia de la gente. Yo creo que están perdidos. Pero que estén perdidos no quiere decir que no vayan a dañar. Hay que estar atentos, porque los últimos golpes antes de la caída pueden ser los más peligrosos si uno no está muy atento”.
“En Siria veo un claro-oscuro -describe Karim Paz-. Lo claro es que veo una victoria de los pueblos, avance en la organización, triunfos muy fuertes contra el imperialismo en el terreno militar, que es el decisivo, desgraciadamente, porque no domina la sabiduría ni la moral. En Naciones Unidas tienen derecho a veto los más fuertes, no los más sabios. Así que es el terreno que han elegido ellos y donde perdieron”.
El fantasma del Estado Islámico en Argentina
“No creemos que haya nada de Estado Islámico en Argentina. Pero también sabemos que en la aldea global que vivimos, puede brotar en cualquier lado este tema, más porque es un tema artificial y pueden plantarlo donde quieran en el momento en que lo crean útil”, analiza Karim Paz.
“Lo que ha salido a la superficie hasta ahora es bastante tonto: chicos jugando con la computadora, diciendo que iban a volar esto o lo otro. Pero hay un tema que es importante: hace 25 años que están con la propaganda de que la Triple Frontera es un antro de terrorismo, que hay que tener mucho cuidado porque de ahí salieron los atentados, que ahí está el terrorismo internacional. Hasta llegaron a decir que Bin Laden estuvo ahí. Ahora resulta que un grupo comando roba 40 millones de dólares y hace un desastre. ¿Dónde están los controles que se supone que estaban haciendo? La verdad que no entiendo. Hace 25 años están hablando de la Triple Frontera. Uno creería que ahí no puede moverse un alfiler sin que inmediatamente lo detecten, porque es una zona que, según ellos, es un centro de terror. Sin embargo viene una banda de presos y hace un robo, tal cual hasta ahora dicen que sucedió, y eso habla de que el sistema de seguridad, de inteligencia, no alcanzó para detectar los helicópteros y antitanques con los que fueron. A no ser que esto signifique que el lugar que ellos dicen que es un centro del terrorismo se convierte en una zona liberada donde puede hacerse cualquier cosa. En este sentido, creo que hay que tener cuidado, porque, como se mueve el mundo hoy, tanto el terrorismo como la droga son instrumentos manipulados para penetrar. Me acuerdo de Evo Morales cuando dijo que para luchar contra la droga había que sacarse de encima a la DEA. El otro día Atilio Borón decía que hay un proyecto de una base militar en Salta, porque Bolivia no les deja poner bases militares. Lo mismo en Misiones con relación a la Triple Frontera. Esto es delicado”.
Pero además, la construcción masificada por los medios de comunicación del fantasma del Estado Islámico alimenta el odio. “Todo el tema del Estado Islámico, que no es un Estado ni es islámico, está manipulado para atacar al Islam. La gente que no está informada tiene miedo por una mujer con un pañuelo o por un hombre que dice ser musulmán. Todos nos convertimos en sospechosos. Es normal que tengan miedo, porque es producto de esa propaganda. Nos preocupa, pero a todos nos afecta el imperialismo, no sólo en lo económico. En Argentina el efecto de islamofobia es superficial, porque no hay una realidad en el terreno y se vuelve muy mediática. El efecto es superficial pero está. Tiene todo el efecto que los medios tienen en cualquier terreno, que no es poco: hasta ganan elecciones con ese trabajo”, afirma Karim Paz.
Multipolaridad, religión y la actualidad de América Latina
El Sheij destaca que la derrota del imperialismo en Siria “es muy buena para Latinoamérica, porque la multipolaridad es hoy el camino de los pueblos. En Venezuela, por ejemplo, no es tan fácil invadir, porque Rusia y China enviaron sus buques también. Ya está todo muy relacionado y es así porque si el imperialismo es global, la defensa de los pueblos tiene que ser global. Otro punto que quiero destacar es el tema de la religión bien entendida, que es un tema de discusión: quiero rescatar un mensaje religioso, profético, que es un mensaje de liberación, no es el opio de los pueblos. El opio del pueblo es la religión manipulada, que es el mejor opio, porque si dormís a la gente con la promesa del más allá, tenés para divertirte bastante tiempo. Pero si la religión es instrumento de liberación, entonces la fuerza y la masividad de la movilización y la motivación que genera es tremenda. Por eso hay una particular sensibilidad contra la religión”.
“Me acuerdo que cuando Fidel fue a Irán -relata Karim Paz- le dijo a Jamenei, el líder de la Revolución Islámica, que ‘nosotros admiramos la épica de Irán’, y me detengo porque lo dice Fidel Castro, un hombre que tuvo una épica impresionante, un valor muy especial, entonces Jamenei le contesta que lo que tenemos lo tenemos por el Islam, por la inspiración del pueblo. Jamenei decía que el pueblo tenía que movilizarse y el proceso debía ser masivo, porque a una elite después la dan vuelta, la derrotan. La base tiene que ser el pueblo y Dios. Este es un mensaje que en Latinoamérica tiene que abrirse: el legado de los mártires cristianos tiene que debatirse y sumarse a la lucha por la independencia de los pueblos. El Che también decía que los cristianos tienen que tener un rol revolucionario, tienen que movilizarse. En Cuba me pasó de recibir un enorme respeto de la gente por una visión más profunda de Jesús y del Islam. Eso, ojalá, quede como un obsequio para los oyentes, porque en este capítulo hay que entender la importancia de las motivaciones; porque el frente multipolar viene venciendo al Imperio pese a una desigualdad de fuerzas increíble. Venezuela resiste en una desigualdad muy grande. Hay que profundizar en estas motivaciones para resistir: deseos de justicia, de libertad y de dignidad. Un mensaje que alimente estas fuerzas a nivel masivo no tendría que ser desdeñado. De hecho, la derrota que tuvimos en Latinoamérica tuvo que ver con la moral, porque hubo fallas en la moral del frente popular. No alcanza con explicar que el manejo mediático, judicial y económico -que existen- le han torcido el brazo a al pueblo para traer gobiernos que profundizan los problemas de la gente. Evidentemente hubieron fallas morales que, si no se asumen, vamos a repetir la historia cada vez con mayor debilidad: hay que ver dónde hubo fallas y superarse, porque en esta etapa hubo mucho de bueno”.