“La derecha quiere que Venezuela sea la estrella 51 de Estados Unidos”
El politólogo, sociólogo Atilio Borón analizó, entrevistado por “Llevalo Puesto” (FM La Tribu), la actual escalada de violencia en Venezuela. Afirmó que ya “se rompieron todos los puentes de diálogo” y que la derecha del país caribeño está siendo digitada desde Washington para desestabilizar al gobierno con el objetivo último de hacerse con el petróleo.
–Hemos visto como en los últimos meses se ha recrudecido la situación en Venezuela a partir de las denuncias de la oposición, las distintas movilizaciones y los asesinatos que se han dado en situaciones poco claras y ya suman 28 víctimas fatales ¿qué análisis haces de todo esto?
–Creo que es muy claro. Se ha llegado a un punto donde se han roto todos los puentes de diálogo a pesar de que el gobierno hizo un esfuerzo enorme para sentarse a conversar con gente cuyo único objetivo es derrocarlo de cualquier manera.
Algo parecido hubo en el Chile de Salvador Allende. La derecha, sabiendo que no podía ganar las elecciones, pasó a implementar un ejercicio sistemático de la violencia, actos terroristas. Eso terminó con el golpe militar de Augusto Pinochet.
Me parece que ahora estamos entrando en una fase donde la derecha ha optado por una vía violenta. La mayoría de esos muertos -por no decir todos- son o bien gente de las fuerzas de seguridad, chavistas o gente suelta que iba por la calle. Eso es una señal de que la oposición no quiere transitar por ninguna vía institucional para reemplazar al gobierno.
Y me parece que al gobierno no le queda otra opción que reprimir fuertemente a quienes llevan a cabo estos crímenes.
Si no, nos enfrentamos a una guerra civil como la del Líbano en los ’80, donde prácticamente una comunidad entró en un conflicto de una ferocidad inaudita y con un resultado que fue catastrófico para ese país. Me parece que lo que se abre en Venezuela ante la intransigencia de la oposición, más o menos transita por ese mismo carril.
–¿Hay algún antecedente en la historia del continente que nos sirva para pensar la Venezuela de hoy? ¿Algún proceso similar?
–Hubo algo parecido pero no de la misma intensidad en el Chile de Salvador Allende. La derecha, sabiendo que no podía ganar las elecciones, pasó a implementar un ejercicio sistemático de la violencia, actos terroristas, operaciones salvajes de agresión a funcionarios del gobierno. Eso terminó con el golpe militar de Augusto Pinochet.
Acá la situación es diferente porque los militares, por lo menos hasta ahora, han manifestado su apoyo al gobierno bolivariano. Esto es facilitado por el carácter absolutamente apátrida de una derecha que lo que quiere es que Venezuela se convierta en la estrella 51 de EE.UU. Eso en los militares ha caído muy muy mal. Entonces el restablecimiento del orden pasa por tomar medidas para castigar a los revoltosos, a los líderes y a los instigadores de esta insurrección. Ante eso el gobierno tiene que ser muy firme. Yo no lo veo otra salida.
Si pretenden apaciguar a esa derecha golpista cuyo único objetivo es derribar al gobierno, el resultado es que ese sector se va a envalentonar y va a ser mucho más difícil de resolver.
–¿Cuánto ha tenido que ver el aumento de esa violencia los cambios políticos que hubo en el continente con la llegada de gobiernos más hostiles a la Revolución Bolivariana como el caso de Argentina, de Brasil?
–Tuvo un cierto papel, pero creo que no fue muy determinante. Eso agravó un poco la situación pero está lejos de ser el factor causal.
La causa es que hay una derecha alentada por EE.UU. porque el plan es recuperar para el gobierno de Washington el petróleo de Venezuela. Ahí no puede haber ninguna confusión: ese es el objetivo.
Entonces el hecho de que haya ganado Mauricio Macri o esté Michel Temer en el gobierno de Brasil no es demasiado significativo.
En Venezuela hay peones del imperio que han recibido indicaciones de agudizar la lucha. Para mi hay un dato muy significativo que es la designación como número dos del Comando Sur de Liliana Ayalde que es la que dirigió y alentó los golpes de Estado en Paraguay y Brasil cuando era embajadora de EE.UU. en esos dos países.
Ahora apareció en el Comando Sur, lo cual es un mensaje muy claro para la derecha venezolana de que hagan lo que hagan van a tener apoyo militar aun cuando haya un enfrentamiento que sería dramático para Venezuela y toda América Latina.
–En relación al pedido de la oposición tanto de que Maduro renuncie como de que se llamen a elecciones ¿cuánto peso pueden tener los organismos internacionales como la OEA o el Mercosur? ¿Cómo creés que marca la cancha esto?
–No marca mucho. La OEA tiene tanto nivel de desprestigio que carece de autoridad para inducir los hechos de Venezuela en uno u otro sentido. La OEA está muy venida a menos, así que no creo que pueda tener un papel importante.
Hay peones del imperio que han recibido indicaciones de agudizar la lucha. La designación como número dos del Comando Sur de Liliana Ayalde que es la que dirigió y alentó los golpes de Estado en Paraguay y Brasil cuando era embajadora de EE.UU. en esos dos países.
El Mercosur por otro lado está muy debilitado también por las políticas que han tenido Macri y Temer. Lamentablemente estamos en un escenario bastante vacío. No hay muchas mediaciones posibles.
Además hay una cosa fundamental: para que haya una mediación y un diálogo tiene que haber dos dispuestos a negociar. Y la derecha venezolana ya ha dicho que no quiere dialogar, que quiere que se vaya Maduro.
Si Maduro se va y el país queda en manos de la derecha, será en un caos total porque los chavistas van a salir a la calle a dar pelea.
O el gobierno reprime y aplasta a la sedición de la derecha y restablece un cierto orden en medio de condiciones muy difíciles. Que además van a generar el griterío de toda la derecha mundial y los medios hegemónicos que siempre están del lado del imperio.
Fuente: Notas