Marcha de las antorchas contra el narcotráfico y la violencia institucional en los barrios
Común Unión convoca este viernes a la 7° Marcha de las Antorchas en la Plaza San Martín para denunciar el avance del narcotráfico en los barrios cordobeses y la violencia institucional.
Por María del Mar Job para La Tinta
“Común Unión empezó como una reacción a la violencia policial, a la discriminación, a la estigmatización de los jóvenes en los barrios. El año pasado empezamos con las marchas contra el narcotráfico para que se visibilice un poco la complicidad de los distintos poderes del Estado. Eso nos llevó a ver que en el fondo el problema es el sistema, que genera cada vez más pobreza y que ahora se ha evidenciado con datos oficiales del Gobierno”, explica el padre Mario Otonello, Encargado de la Unidad Pastoral Malvinas Argentinas.
Cuando él y los otros curas que conforman Común Unión hablan de pobreza, de narcotráfico, de violencia policial, saben de lo que hablan. Diariamente, los jóvenes que viven en los barrios donde ellos militan con su trabajo social son víctimas de las redes de narcotráfico que se enquistaron gracias a la pobreza.
“Los narcos se meten en los barrios pobres, en los sectores más vulnerables que no tienen trabajo, aparece como un trabajo fácil, que se gana dinero. Pero lo vemos como una cosa muy compleja que hay que hacerle frente y analizarla a fondo para no caer en las respuestas inmediatas”, asegura el cura que trabaja en los barrios más vulnerables de Malvinas Argentinas.
El seminarista salesiano Mauro Moreno Role asegura que el narcotráfico es un problema que crece en los barrios populares y que lejos de haber disminuido la cantidad de detenciones arbitrarias debido al nuevo Código de Convivencia que rige en la provincia de Córdoba, mutó sus formas.
“Todo lo que tiene que ver con el narcotráfico se profundizó en estos dos años desde que armamos Común Unión, no hubo retroceso, y respecto a las políticas públicas retrocedieron ya que tenemos menos recursos para trabajar en los barrios”, asegura el religioso que trabaja en la comunidad de El Tropezón de la ciudad de Córdoba.
“Respecto a la violencia institucional tampoco disminuyó, el otro día salió una nota en La Voz del Interior que decía que había disminuido, nosotros no vemos disminución en los barrios sino un cambio. Es decir, ya no se dan detenciones por Código de Faltas pero sí otros tipos de prácticas más ilegales, como los patrulleros que pasan y agarran a los chicos, ‘los sacan a pasear’, les pegan un poco y los vuelven a dejar”, explica el “padre Mauro”, como lo llaman los jóvenes del barrio que acuden a él para contarle lo que les toca vivir diariamente.
“En El Tropezón cuando asesinaron a la mujer policía, durante dos o tres días hubo allanamientos ilegales, a algunos pibes los mataron a palos y no tenían nada que ver”, recuerda Mauro.
Trabajo comunitario
Común Unión es un colectivo integrado por diversas personas, organizaciones sociales y curas de la Iglesia Católica de barrios populares que desde mayo del 2015 se reúne ante la creciente violencia policial, la estigmatización de la pobreza y la discriminación como fenómenos socio-culturales.
“En Común Unión somos distintas organizaciones que cada una trabaja en el área que le corresponde. Por ejemplo, está el Encuentro de Organizaciones, Barrios de Pie, nosotros, los curas estamos en parroquias trabajando con la gente pobre pero bueno, la realidad es que cada vez que nos reunimos es complejísima”, asegura el padre Mario de Malvinas Argentinas.
Tanto los curas como las organizaciones venían trabajando desde hace años en distintos territorios y contextos. “Yo estoy en Malvinas Argentinas y casualmente estoy ahora en la villa Costa Canal Arenales y tratamos de acompañar a la gente. El año pasado conseguimos que pusieran agua porque no tenían agua, ahora estamos viendo que le pongan luz porque están enganchados y son muchas casas, pierden mucha tensión y no pueden tener ningún aparato eléctrico. Nosotros como cristianos que somos, desde la fe, tratamos de comprometernos”, explica Mario mientras de fondo se escuchan los perros y niños de la villa jugando.
Mauro por su parte, trabaja con los vecinos de El Tropezón y los atraviesa la misma realidad de pobreza y abandono por parte del Estado. “Nosotros somos salesianos, tenemos un centro juvenil que funciona de lunes a viernes porque los chicos vienen todos los días, propuestas de apoyo escolar, aprendizaje de oficios y catequesis. Tratamos de lograr un espacio donde los chicos puedan estar y generar confianza para que puedan hablar y sentirse escuchados. El año pasado vinieron de la Dirección de Hábitat al Tropezón con promesas, un poco más iban a construir un Shopping acá y no limpiaron ni siquiera el canal”, asegura el seminarista y agrega: “yo también trabajo en la pastoral carcelaria del Complejo Esperanza y puedo ver el recorte de presupuesto”.
Ante realidades y problemáticas en común, los curas con intenso trabajo social, sumado a las organizaciones sociales conformaron Común Unión para realizar un trabajo en conjunto y que el reclamo se sienta con mayor fuerza.
“Tenemos pocos medios pero por eso trabajamos en conjunto con las organizaciones para ir ampliando cada vez con más gente y con otras instituciones, para ver cómo respondemos, pero no hay una respuesta fácil o sencilla”, asegura el padre Mario.
Marcha de las Antorchas
Desde el año pasado, Común Unión comenzó a realizar los primeros viernes de cada mes una ronda en la Plaza San Martín de la ciudad de Córdoba. Con velas, carteles y en silencio se convocan por la noche para reclamar por políticas públicas en la lucha contra el narcotráfico y rechazar la violencia institucional que ejerce el Estado.
“Esta será la 7° Marcha de las Antorchas, hasta ahora fuimos pocos porque la difundimos entre contactos y organizaciones pero es un desafío tratar de darle difusión para que más gente pueda sumarse”, admite Mauro.
“Callamos para escuchar, iluminamos para ver, caminamos para transformar”, es el lema de la convocatoria que Común Unión organiza para esta tarde a las 19 horas en la Plaza San Martín.
*Por María del Mar Job para La Tinta / Foto de portada: Kekey Takaya
*Lic. Comunicación Social / Periodista