Conservadurismo

Conservadurismo
4 abril, 2017 por Redacción La tinta

El conservador ama a la Patria y odia a sus conciudadanos, no grita para ser escuchado sino para que otros callen, se moviliza para que todo permanezca inmóvil.

Por Hugo Seleme

Los valores morales y políticos poseen un enorme poder revulsivo frente a situaciones de injusticia. Si uno valora la igualdad, no puede permanecer impávido frente al aumento de la pobreza. Si se valora la democracia, no se puede dejar sin castigo al que incumple promesas de campaña. Si se valora la honestidad, debe escandalizar que un funcionario posea empresas en paraísos fiscales. Si se valoran los derechos humanos, debe condenarse que alguien permanezca arbitrariamente detenida. Los valores mueven a la acción.

Por esta razón, sostener una moralidad política conservadora en
una situación de injusticia no es más que otro modo de ser inmoral.

El conservador pretende preservar lo que la justicia exige cambiar. El conservadurismo ve con recelo el poder movilizador de los valores. Representan una amenaza para el mantenimiento de sus privilegios que necesita ser neutralizada. La amenaza es grave porque cuando los valores son combatidos de manera frontal y directa, su poder revulsivo se potencia.

Si la desigualdad, la estafa electoral, la deshonestidad y la vulneración de derecho humanos es defendida abiertamente, la resistencia generada sería formidable. Los valores morales son resilientes frente al mal.

Por esta razón la estrategia conservadora usualmente es diferente. Consiste en enfrentar un valor moral con otro. Cuando un gobierno democrático amenaza sus privilegios, son republicanos preocupados porque los derechos individuales – básicamente sus derechos de propiedad – no sean tocados. Cuando se reclama porque los derechos humanos no sean transgredidos, son federalistas respetuosos de la autonomía provincial, aún la autonomía de violar garantías individuales. Cuando se protesta por el aumento de la desigualdad y la pobreza generada por las mismas políticas gubernamentales que perpetúan sus privilegios, son demócratas convencidos dispuestos a defender la voluntad popular con su propia vida. Cuando se pretende regular el mercado para evitar sus excesos, son fervientes defensores de la libertad. Cuando se defiende la libertad de vivir de acuerdo a las propias preferencias, orientaciones y convicciones, son defensores del orden y la regulación.

El conservador ama a la Patria y odia a sus conciudadanos, no grita para ser escuchado sino para que otros callen, se moviliza para que todo permanezca inmóvil.

* Por Hugo Seleme 

Palabras claves: macrismo, manifestacion

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