Jóvenes privados de su libertad que residen en el Complejo Esperanza en Bouwer, decidieron generar un motín a causa de los malos tratos por parte de los penitenciarios. El motín fue el domingo por la noche.
Sólo cinco madres pudieron entrar a ver a sus hijos luego del motín. Afirmaron que están bien, aunque algunos chicos presentan hematomas por balas de goma y “están encerrados y orinando en una botella”.
Lo jóvenes piden que vuelvan sus guardia-maestros, ya que su función involucra asistencia y contención afectiva. Familiares señalan que los penitenciarios no están preparados para tratar con menores de edad y tomarán medidas si la situación no mejora.
En la mañana del lunes, con muchas preguntas y pocas respuestas, los administradores del Complejo Esperanza no dejaron entrar a los guardia-maestros, quienes reclaman la reincorporación de 19 de sus compañeros trasladados.
Por esa razón, José Piñero, titular de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), decidió que Gendarmería y agentes penitenciarios trabajen en el complejo, violando los derechos de los menores contemplados en la Ley 99.44 Promoción y Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes en la Provincia de Córdoba.
Fuente: La Ranchada
