Más de un tercio de los trabajadores no está registrado
La informalidad laboral llega al 33,6 por ciento. El último dato oficial corresponde al último trimestre de 2016, aunque la comparación con igual período de 2015 es imposible porque el gobierno discontinuó su publicación al asumir. En total, afecta a cuatro millones de trabajadores.
Por Federico Dalponte para Notas
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) presentó la semana pasada un informe que indica que más de un tercio de los trabajadores de la Argentina no están registrados. El drama no es nuevo, pero tampoco se avizoran mejores tiempos.
Desde que asumió la gestión de Cambiemos, la declaración de la «emergencia estadística» anuló, entre otros, los principales índices laborales. Y si bien es cierto que la fluctuación de la informalidad se mantiene desde el 2010 entre el 31% y el 35%, la falta de datos sobre el cuarto trimestre de 2015 y el primero de 2016 impiden hacer afirmaciones concluyentes. Para peor: la declamada emergencia no cambió la metodología ni advirtió deficiencias en las mediciones anteriores.
Sea como sea, el actual 33,6%, correspondiente al cuarto trimestre de 2016, debiese por tanto compararse con el inexistente dato de 2015. Pero a falta de mejores herramientas, vale decir que el índice se sitúa un 0,2% por encima del primer dato disponible de la nueva gestión. Lo que equivale a afirmar, en rigor, que se incrementó la informalidad laboral en la Argentina luego de la asunción de Mauricio Macri.
Con mayor prudencia, sin embargo, no es menor la identificación de la serie completa en la era Cambiemos: 33,4% en el segundo semestre de 2016; 33,8% en el tercero; y 33,6% en el cuarto. Lejos, bastante lejos, quedaron los últimos índices de un cuarto trimestre con datos ciertos: fueron 34,3% en 2014 y 33,5% en 2013. Difícil hacer comparaciones.
Lo cierto es que a diferencia del desempleo, instalado como el principal problema del mundo laboral desde inicios del año pasado, no parece existir siquiera una preocupación oficial acerca de la informalidad.
Se trata, en suma, de alrededor de cuatro millones de personas sin cobertura de salud,
aportes previsiones ni ley alguna que los ampare.
Aunque no es un problema nuevo. Repasando la historia más reciente, deslumbra ver que hacia el tercer trimestre de 2003 la informalidad laboral rondaba el 50%. Desde allí, el descenso fue brusco hasta alcanzar el 37% en 2008. Pero con todo, en el lustro siguiente el índice se redujo apenas tres puntos, sólo un cuarto del ritmo observado en los años anteriores.
La estrategia desplegada por el entonces ministro de Trabajo Carlos Tomada no pudo en ningún momento perforar la barrera del 30%. Se probó con la reducción de las cargas, con las amnistías y hasta con mayores sanciones, aunque siempre sin éxito.
Las últimas dos leyes dictadas en ese sentido datan de junio de 2014, cuando la informalidad rondaba el 33,1%. Hoy el índice es incluso superior. Ello por sí mismo no significa nada. Pero sin dudas urgen nuevas estrategias.
* Por Federico Dalponte para Notas / Fotografías: Colectivo Manifiesto.