Carta abierta de Maru Acosta, hermana de Paola
La semana pasada, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ratificó por unanimidad la condena a Gonzalo Lizarralde, el asesino de Paola Acosta y aseveró que su muerte, en septiembre de 2014, se trató efectivamente de un femicidio.
Maru, su hermana, difundió una carta de agradecimiento a quienes acompañaron su lucha por justicia y aseveró que, a partir de esta decisión del TSJ, “la justicia es menos injusta y a los femicidas se les van a otorgar penas ejemplares”.
[GRACIAS]
A mi familia por acompañarme y por enseñarme a no bajar los brazos.
A mis compañeras y compañeros del MST que son y fueron un pilar fundamental en la búsqueda de un poco de justicia. En pasar los tragos amargos del día a día. No me quiero ni imaginar qué hubiera sido de mi sin ustedes en esta situación horrible que me y nos tocó vivir.
A mis amigos y amigas de la vida, del barrio, compañeras/os de la facu, por estar ahí siempre para dar una palabra de aliento.
A ustedes que, quizás, no nos conocemos pero se indignaron y nos apoyaron en esta vuelta difícil de la vida.
A las y los periodistas, productores, fotógrafos, camarógrafos, editores… que siempre nos dieron una mano en la búsqueda y en el posterior pedido de justicia (y que hoy me siguen preguntando cómo está Marti o si necesita algo)
A las organizaciones que nos acompañaron en las movilizaciones, presentaciones, escraches, juicio y que alzaron la voz por justicia para mi hermana.
A los familiares de otras víctimas, entre todos nos apoyamos para seguir adelante. Seguiremos peleando para que lo que nos pasó, no se siga repitiendo.
Hoy tenemos una sociedad un poquito más justa. Hoy siento que tanta pena no fue en vano y que pudimos generar algo positivo para un mejor presente y futuro.
Nada me va a devolver a Paola. Nada. Pero si muchos de ustedes la hubiesen conocido como yo, si hubiesen sabido la hermosa persona que se le arrancó a este mundo… Quizás hubieran peleado por justicia aún con más fuerzas.
Hoy se confirma la condena del autor material del asesinato de mi hermana. Hoy, se reconoció el motivo, el móvil de por qué no está hoy tomando mates conmigo, disfrutando a sus hijos. Hoy, la justicia es menos injusta y a los femicidas se les van a otorgar penas ejemplares.
Falta que la pena quede firme, soy consciente de ello, pero hoy toda la rabia se transformó en “una buena”
Hoy aprendí que si luchas por lo que crees justo -más temprano que tarde- se ven los frutos.
Hoy Martina, Agustín y Tomás viven en un lugar menos injusto.
Por eso, gracias.
Sigamos luchando para que la violencia de género sea un mal recuerdo del pasado.
Un abrazo! Maru.
* Fuente: Zumba La Turba / Fotos: Colectivo Manifiesto