Convocatoria al Paro Internacional de Mujeres

Convocatoria al Paro Internacional de Mujeres
7 marzo, 2017 por Redacción La tinta

El próximo miércoles conmemoramos el Día de la Mujer Trabajadora sumándonos al Paro Internacional de Mujeres. ¿Por qué paramos? Porque si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras. Dos consignas fuertes se complementan en nuestras narices, calles y corazones, no quedes afuera: sumate al paro.

Por Florencia Strasorier para La Tinta

Paramos y protestamos por el destino que nos impusieron y que hoy resignificamos y conquistamos. Paramos porque queremos ser las dueñas de nuestros propios destinos… algo obvio, pero no fue siempre así: se lo debemos a varias locas luchadoras que supieron rebelarse en nombre de todas, saliendo a las calles, armando huelgas, dejando huella.

Aprendimos de ellas. ¿Quién ha conquistado derechos pasivamente? Gracias locas lindas por poner patas arriba nuestro destino. Si no la cosa era simple: de niña a mujer, de la casa de los padres a la casa del marido, transferida de unas manos a otras, como si de un bien pasivo se tratara. Con el hogar como destino y paraíso, nos dijeron que debíamos conformarnos allí… Pero ¿quién se conforma con un destino “tétrico”? como le llamaba Simone de Beauvoir.

“Lavar, planchar, barrer, sacar la pelusilla agazapada bajo la sombra de los armarios es detener la muerte, pero también rechazar la vida” explicaba Simone de Beauvoir; en «El Segundo Sexo». Ese destino pasivo e inesencial desespera a cualquiera. Mientras, los derechos de las mujeres permanecieron encajonados y vedados. Pero un día pudimos salir a laburar, a producir, como personas que algo más querían sentir.

Cuando eso sucedió, el campo laboral nos recibió con muchas ganas de aprovechar nuestra fuerza productiva y explotarnos a su favor. Simone contaba en ese mismo libro que las mujeres de finales del siglo XIX y principios del XX, recibían sueldos increíblemente bajos por jornadas laborales extensas; que sus salarios eran mucho menor al de los hombres y que quienes las contrataban se jactaban de que las sostenedoras de familias eran las más comprometidas con el trabajo. Se aprovecharon de su nobleza, sus jornadas laborales eran extensas, no gozaban de un derecho laboral ni maternal y encima, cobraban la mitad que sus maridos.

Al volver a sus casas, el trabajo doméstico las esperaba. Hacer de comer para los miembros de la familia, lavar tender levantar planchar y doblar la ropa de todos, ordenar y limpiar la casa, atender a los miembros de la familia… tareas que sumaron al trabajo remunerado unas tres horas diarias de trabajo no remunerado, ni reconocido, invisibilizado: “Como el trabajo doméstico se agota en mantener un status quo, el marido, al volver a casa, observa el desorden y la negligencia, pero, en cambio, el orden y la limpieza le parecen cosas naturales, que se dan por supuestas” afirmaba la autora.

La situación de igual trabajo por menor salario es una desigualdad que atañe a hombres y mujeres hasta nuestros días. La mayor de las desigualdades se da en el uso del tiempo: el 90 % de las mujeres argentinas realiza trabajo doméstico contra el 58% de los hombres; las primeras dedican el doble de horas que los segundos.

Día de la Mujer Trabajadora

A principios del siglo XX, fueron aquellas mujeres cansadas -literal y metafóricamente- de la explotación y de la exclusión, quienes reclamaron por los derechos básicos: a una jornada laboral saludable, al derecho por maternidad, al voto, a la participación en espacios de decisión, etc. Fueron ellas las incendiadas, señaladas, maltratadas; fueron las que hicieron algo para cambiar el mundo. Fueron la antesala al cuadro de derechos en donde hoy nos inscribimos. Desde entonces, todas las del mundo conmemoramos el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Por ellas, que somos nosotras y por nosotras que somos ellas, este 8 de marzo llevamos adelante un nuevo Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la productividad de la fuerza femenina en nuestra sociedad, en el mundo entero. Nos unimos en este grito común y mostraremos que movemos al mundo… pero también nos haremos UNA para decir basta de violencia machista, basta de femicidios, de maltratos, de micro machismos; basta de justicia retrograda y patriarca, basta de misoginia, de cosificación, de ridiculización de nuestras luchas. Igualdad efectiva en la casa, en la calle y en el trabajo.

Ahora que hemos decidido “salir de nuestras casas a correr riesgos”, que hemos optado salir a la calle aunque nos acosen, perturben o persigan; aunque haya tantos potenciales femicidas, como los policías; aunque nuestros cuerpos sigan pareciendo como expropiables ante los ojos retrógrados y violadores, nosotras salimos. Como dice Virginie Despentes: “Sí, habíamos salido afuera a un espacio que no era el nuestro…. Habíamos salido de casa, porque en casa de papá y mamá no pasaba nada interesante. Habíamos corrido el riesgo, habíamos pagado el precio (…) víctimas ordinarias de algo que podíamos esperar cuando se es mujer y se quiere correr el riesgo de salir al exterior”.

Hoy y para siempre, salimos a la calle, en manada, nos defendemos unas a otras. Hemos entendido que no estamos solas, nos tenemos a nosotras, y que si tocan a una saltamos todas, porque si tocan a una nos tocan a todas. Es difícil dar a entender lo que como mujeres nos pasa… la empatía, la sororidad y solidaridad. Cada mujer asesinada existe en nosotras como si fuese una hermana, es una de nosotras. Además de lamentarnos, prevenimos y accionamos. En esa estamos, militando el feminismo y queriendo sembrar conciencia en hombres y en mujeres.

Paramos también contra el lado femicida de Argentina… una mujer asesinada cada 20 horas ¿y vos así, como si nada?

*Por Florencia Strasorier para La Tinta

Palabras claves: Paro Internacional de Mujeres

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