Las claves discursivas para entender a Podemos
Por Pablo Weber para La Tinta
El quince de Mayo del año 2011, en el contexto de una profunda crisis económica y política, miles de españoles salieron a protestar en las calles de más de cincuenta ciudades a lo largo y a lo ancho de toda la península ibérica. Ese enorme movimiento popular, hoy recordado como el 15M, constituyó el inicio de una profunda crisis del régimen político bipartidista español nacido en el año 1978, posterior a la muerte de Franco .
Tres años después, un grupo de profesores de la Universidad Complutense de Madrid firmaba el manifiesto político “Mover Ficha”, en el cual se anunciaba la creación de una nueva formación política llamada Podemos. Hoy, el joven partido morado gobierna en los ayuntamientos más importantes del país y tiene una base de cinco millones de votantes con una sólida representación parlamentaria y serias perspectivas de gobierno
¿Cómo ha podido un pequeño grupo de intelectuales sacudir de esa manera un régimen bipartidista petrificado en la sociedad en tan poco tiempo? Para responder a esta pregunta, es importante poder reconocer los elementos comunicativos a los cuales han apelado, su inteligente uso de las redes sociales, sus símbolos e incluso el diseño gráfico que utilizan: es decir, para entender a Podemos tenemos que entender el discurso de Podemos.
El 15M puso sobre la mesa del debate político y mediático español la cuestión de la representatividad política, los ajustes económicos y la corrupción como parte estructural del funcionamiento de las instituciones españolas. Es en este contexto en el cual la figura mediática de Pablo Iglesias comienza a causar revuelo en los platós televisivos, diarios y radios populares. Iglesias era un profesor universitario de politología, fuertemente influenciado por la corriente de izquierda obrerista italiana y el pensador Antonio Negri. Sin embargo, a medida que su imagen comenzó a tener mayor alcance en los medios, éste adopta un discurso que se corre de las nociones clasistas y sus apelaciones a los trabajadores, los sindicatos, etc. tan comunes en los discursos de la vieja izquierda. En cambio, propone una nueva manera de entender la geografía política española: ya no dividida entre izquierda y derecha, PSOE y PP, sindicatos y empresas, etc. sino entendida a partir de otra grieta discursiva: los de abajo, el pueblo y los de arriba, la casta. Esta operación discursiva en clave populista le permitió ir articulando progresivamente en su discurso demandas insatisfechas por el orden político de distintos sectores de la sociedad tales como las minorías sexuales marginadas, los afectados por las burbujas financieras hipotecarias o la lucha por los derechos humanos de los inmigrantes que, si bien no se identificaban como de izquierdas, si lo hacían con el significante pueblo.
La extravagante personalidad de Iglesias y el profundo calado que su discurso tuvo en la sociedad le dieron una enorme fama, dándoles picos altísimos de rating a cualquier programa televisivo que lo tuviese como participante. En este contexto, con un liderazgo mediático muy fuerte, y sin ninguna estructura política que lo sostenga, nace Podemos: sin dinero, sin bases geográficas, sin militantes, solamente con un provocador de pelo largo y barba como líder y su cuenta de Twitter.
Las clases medias que vieron sus niveles de vida caer estrepitosamente debido a la crisis económica de 2008, los jóvenes profesionales que se vieron obligados a emigrar a Alemania y a Gran Bretaña, los empleados explotados en call centers, cadenas de comida rápida, oficinistas, camareros, etc. que salieron a protestar en contra de un sistema político que los había olvidado no lo hicieron con banderas de Lenin, ni banderas republicanas que recordaban a los derrotados en la guerra civil española, ni con remeras del Che Guevara, sino que lo hicieron con las máscaras de Anonymous y con carteles con frases de películas como El Club de la Pelea o con frases que previamente se habían hecho virales en las redes sociales como “no hay pan pa’ tanto chorizo” o “nos sobra mes al final del sueldo”.
Identidad visual
Podemos interpretó que esto constituía un viraje de la gramática discursiva con la cual debía ser entendida la política española; las viejas etiquetas habían muerto. En este sentido, la centralidad del tablero poco tiene que ver con el centro ideológico, sino más bien consiste en la utilización de un lenguaje plebeyo, directo, sin las marcas de la corrección política y sin dejar que el adversario encuadre las demandas populares dentro del margen izquierdo del tablero político: en definitiva, hablar de los problemas de la gente común con la voluntad de construir una mayoría social transversal en sentido progresista y con posibilidades de gobierno.
Para ello, la nueva formación política construyó una identidad visual claramente disruptiva con respecto al resto de las formaciones políticas. En su diseño gráfico se alejan del color rojo, clara señal identitaria de la izquierda tradicional, para utilizar el morado. Evitan las figuras geométricas bien marcadas, las aristas, las largas líneas rectas: todo ello es reemplazado por figuras curvas, trazos marcados y tipografías robustas y cálidas. En sus programas, incluyen terminologías que apelan a la motivación, siempre en plural; hacemos entre todos, soñamos un país, construimos derechos, etc.
“No queremos ocupar el espacio a la izquierda de la socialdemocracia, no nos conformamos con el 13% de los votos, queremos gobernar” decía Pablo Iglesias a sus seguidores en un acto parlamentario luego de las elecciones europeas en las que el partido morado debutó electoralmente con cinco escaños en el parlamento europeo. Un año después, ingresaba al parlamento español la gente común. Diputados con rastas, diputadas con sus hijos en brazos y cochecitos.
“Podemos es la razón por la cual no tenemos un Trump o una Marine Le Pen en España” decía Íñigo Errejón luego de las elecciones estadounidenses que condecoraron la victoria del neo-fascismo americano. La crisis económica del año 2008 sacudió la vida pública de las democracias occidentales. Los sistemas de partidos se reorganizaron de diversas maneras dependiendo de las particularidades de cada país.
Solamente Podemos ha sido capaz de capturar ese descontento social generalizado en una causa popular, con perspectivas de gobierno y con un sentido progresista, que pone en el centro del debate público la defensa por los derechos humanos porque pudo ver la incapacidad de la vieja izquierda para interpretar políticamente la crisis: en el resto de los países la izquierda mira anonadada el ascenso del fascismo y regaña desde las redes sociales y los medios de comunicación a las clases populares por haberse derechizado.
Asimismo, Podemos nos recuerda a los argentinos la importancia que tiene en política el debate ideológico mediático y la necesidad de no encerrar a los discursos, de abrirlos, de no apelar solamente a los que ya piensan como uno, de integrar, de construir una mayoría, con sus gramáticas, sus símbolos, con sus luces y con sus sombras.
Íñigo Errejón sobre Mauricio Macri
"Macri es de los suyos"En el marco de la visita ofical de Mauricio Macri a España, el diputado de PODEMOS Íñigo Errejón hizo uso de la palabra en el parlamento para marcar las diferencias con la gestión de Cambiemos.
تم نشره بواسطة La tinta في 22 فبراير، 2017
*Por Pablo Weber para La Tinta