El travestismo como arma
«Siempre me interesaron las personas que viven en los márgenes de la historia, lejos de la moralidad, del poder social y político, que no son percibidas como normales», explica el director de cine francés Sébastien Lifshitz. «Y por eso he coleccionado estas imágenes que ofrecen un perspectiva distinta de la sociedad».
Tomadas en estudios al final del siglo XIX, o entre bastidores de los cabarets de los años treinta, en la intimidad de una habitación o bajo el flash de una Polaroid, las imágenes descubiertas por Lifshitz componen una colección preciosa e insólita.
Obtenidas en mercados de pulgas o en internet, son retratos de hombres y mujeres que usan el travestismo como forma de rebelión y señal de libertad, en un contexto en el cual la apariencia y el género definían el rol a asumir en la sociedad.
No es solo travestirse para exhibirse en algún espectáculo. En aquella época, muchas de las mujeres que se vestían de hombre, lo hacían para reclamar el reconocimiento de la igualdad de derechos. Si querían mostrarse trasvestidas en público, debían obtener la autorización de la policía. Quién lo hacía sin permiso, podía perder la reputación, los amigos o el trabajo. Es por eso que muchos de los retratos coleccionados por Lifshitz fueron ralizados en lugares privados.
Fuente: internazionale.it