«Te cambio 200 mil Miami por la caricia de un pibe»
Hebe de Bonafini, la Presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, describe el primer año de gobierno de Macri, y señala lo que pasó con los jóvenes, las clases medias y las privilegiadas. Sus recuerdos con Fidel, Néstor y la felicidad a pesar de los golpes de la vida.
Por Sol Cialdella para Anccom
Puntual, llega Hebe. Lleva una blusa con vivos rosados que hacen juego con sus labios y sus uñas pintadas. Como siempre, la Presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo lleva puesto en la cabeza el pañuelo blanco, bordado a mano por las mismas madres, una costumbre que dice: «no queremos abandonar».
Hebe, ¿cuál es el balance que hacés de este primer año de gobierno de Mauricio Macri?
La verdad que hay una sola palabra para calificarlo: catastrófico. Primero, la mentira de la que todos sabemos en la que se basó siempre su campaña, el prometer una cosa y hacer otra. Después la ignorancia, porque son muy ignorantes. El tema de la cultura lo quisieron cortar de raíz, desarmando incluso el Museo Nacional de la Casa de Gobierno. El Centro Cultural Néstor Kirchner, le quisieron cambiar el nombre y no pudieron porque Néstor está tan instalado que la gente siempre iba a llamarlo así, pero lo utilizan para cualquier cosa. Lo que hicieron con el ARSAT, fijate que el primero que destruyeron fue el último.
Lo que estaba armado lo destruyeron como nene con bronca que destruye un autito, con la misma ignorancia, pero con mucha más ferocidad que un niño. Fue un trabajo de años, y eso hizo mucho daño porque era un avance tecnológico para todos. En lo económico, dijeron que no iban a echar a nadie, y hay miles de personas en la calle. No hay presupuesto para la educación, no hay presupuesto para la salud, ni para el PAMI. Todo se lo reparten entre unos pocos, unas pocas familias. Para ellos los derechos de las personas no existen, somos todos un número, y ganancia o pérdida.
¿Y qué pasa con los más humildes?
Los trabajadores están siendo súper maltratados. En los barrios están pasando cosas muy graves, y estos tipos hacen propaganda como si la gente fuera tonta y no supiera.
En la villa 1-11-14 la policía misma es la que ingresa la droga y después controla el territorio y a los vecinos les están sacando sus casas. En cuanto a lo mediático, nos dejaron sin nada que nos represente en la televisión, para nosotros, el 49%, no hay medios. Sólo hay tipos a los que se les pagan grandes sumas para que hablen bien del gobierno, o para que hablen mucho de un tema y nada de lo que está pasando.
En la Marcha de la Resistencia el pasado 9 de diciembre, hablaste de la necesidad de tener líderes políticos y dirigentes más solidarios y leales. También dijiste que si cabe analizar los errores del kirchnerismo, no es a Cristina a quien corresponde señalar sino a los que “acompañamos”. ¿El FPV deberá redefinir para el futuro quiénes son esos dirigentes solidarios y leales que realmente pueden representar a las bases populares?
La política es el amor que vos pongas por tu pueblo, y adonde vos pones tu esfuerzo y tus ganas. Es la forma de vivir como uno dice, y tiene que primar la solidaridad y la lealtad porque son dos cosas fundamentales, sino sos cualquier cosa. Para mí no es novedoso que Abal Medina se pase para el otro lado, tampoco el caso de Pichetto, y de Bossio. Estos tipos siempre fueron así, porque eran secos, trataban mal, vos ya lo veías que no eran los compañeros. Pero esto es como en la vida, pasa todo el tiempo. Nosotras las madres hemos sido engañadas por un montón de gente, y nos siguen engañando hoy también, porque vos no podés pasar todo el tiempo por un cedazo a ver quién es mejor o peor. Vos le crees a la gente, si uno no cree en el ser humano, no podés vivir. Que después te estafen o te engañen es parte de la vida. Y concretamente sobre Pichetto, se tendría que ir porque nosotros no votamos a un tipo para que sea oficialista de este gobierno, lo votamos para que represente nuestro proyecto.
A un año, volvimos a endeudarnos en más de 90 mil millones de dólares, el tarifazo en los servicios en algunos casos llegó al 400% de incremento, el fútbol para Todos será reemplazado por el codificado, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que llevó tanto esfuerzo colectivo, fue agredida mediante un decreto. ¿Qué pasó con la “batalla cultural” que se creía consolidada para impedir la pérdida de tantos derechos conquistados?
Voy a decir algo que a muchos no les va a gustar, pero bueno, como siempre yo digo cosas que a muchos no les gusta: a mí me parece que hay muchas marchas muy grandes y muy bien hechas, y que salen muy bien y que son bien políticas. Y hay muchas concentraciones, que no son marchas, que están a veces llenas de cholulismo. Entonces van 20 mil o 30 mil porque va un político de turno que es vistoso. Ahora, echan a los compañeros del trabajo o cierran una fábrica, y en vez de ir 20 mil, van 10 personas, y ahí está la falla. No protestamos, ni vamos muchos cuando hay que protestar. La gente a veces se deja ganar por el cholulismo, y no es así. Yo quiero ver la misma cantidad de gente aunque te caguen a palos y te tiren gases y te corran, cuando echan a la gente sus trabajos.
¿Qué responsabilidad tiene la oposición en su conjunto y la dirigencia sindical?
Bueno, la izquierda siempre ha sido así, voluble, dispuesta a darse vuelta como el gallo que está arriba de las casas marcando la dirección del viento. Ellos hablan mucho y tienen cuatro votos. Los radicales siempre fueron una mezcla rara de Museta y de Mimí, que no sabés nunca para dónde van, y después están los traidores dentro del movimiento. Los dirigentes sindicales nunca fueron del movimiento peronista, sino del bolsillo, de cuánto me dan de las obras sociales, pasa todo por ahí. Pero no hay que pensar en ellos, la CGT es una basura, por más que hayan entrado ahora compañeros bastante más sólidos, no va a durar, porque los que están podridos tienen mucho poder. Cuando vos te metés entre la mierda, aunque sea el olor te queda.
En la Marcha de la Resistencia también hablaste de la juventud, de cómo te esperanza y de lo organizada que está. ¿Qué es lo que más te entusiasma de los jóvenes en este último tiempo?
La juventud nunca decayó. Los grandes estaban todos lamentándose, queriendo hacer autocrítica, y los chicos no. Yo fui a cientos de concentraciones por todos lados, y siempre lleno de pibes. Y creo que esto se sostiene, porque si ya todo el año con toda la traición de algunos dirigentes y toda la pálida que nos tiraron, los pibes se mantienen, ya no van a caer. Ahora hay que estar laburando para sostener y conseguir lo que queremos.
¿Qué sentís con la otra fracción de la sociedad, la que está todavía está muy metida puertas para dentro?
Es que tal vez todavía no les tocó tan fuerte. Cuando escucho a la gente que dice ‘a mí no me pasó’, yo tengo un cantito: “súmese, súmese, porque el próximo es usted”. Pero si las madres no tuviéramos esperanza no estaríamos desde hace 40 años en las calles. Siempre fuimos esperanzadas, más o menos agredidas y golpeadas, vamos adelante siempre con esa esperanza de ver y sentir lo que queremos para nuestra Patria. Ese amor que nuestros hijos le demostraron y que nos infiltraron a nosotras, ese amor enorme, sin límites, hasta entregar su vida.
¿Cómo se lucha contra el concepto tan neoliberal de la “meritocracia” que atraviesa a la clase media?
Es difícil. Yo creo que es porque hay una sociedad que es muy egoísta, que cree que sólo ellos pueden comer bien, que nada más ellos pueden ir a comer afuera, ir a Miami, o ir al Colón. Es una clase que le llaman privilegiada, yo le tengo mucha lástima porque son muy ignorantes. Y hay una parte de la clase media que quiere ser más de lo que es, donde la clase alta tampoco quiere que esa clase media suba. Eso tiene que ver con que no saben lo hermoso que es hacer política, y la tienen como si fuera una mala palabra, no saben de lo que se pierden cuando uno trabaja y lucha para los demás. Cuando en el cuerpo, alma y cabeza es de verdad que el otro soy yo, que el otro vale mucho más que uno. Cuando uno siente eso y está con el otro, es más lo que recibe que lo que da. Así que les tengo lástima porque no disfrutan de eso. Te cambio 200 mil Miami por la caricia de un pibe, por la plantita que me trae un pibe. Vos pensá cuánto se gasta para Navidad, para año Nuevo y es muy difícil que esa gente ponga algo para que haya compañeros que puedan comprarlo. Yo hablo mucho con las cartoneras y gente que gana poco y ellos sienten esa necesidad de comprar la comida, aunque sea por $10 ó poca plata pero que nadie les regale porque es otra forma digna de recibir.
¿Cuál es el posicionamiento que tienen desde Madres sobre los Derechos Humanos?
Nosotros no somos más una Organización de Derechos Humanos, porque se banalizaron y baratearon mucho por muchísimas cosas. Desde ir a comer con Mirtha Legrand o salir en la tapa de Gente, es ir en contra de los intereses de los propios hijos que entregaron su vida. Así que somos una organización política que defiende la vida, antes sin partido y ahora con partido porque somos kirchneristas.
Nosotros nunca dejamos de luchar y de pelear, pero no cobramos la reparación económica, no tenemos ninguna pensión por nuestros hijos, ni queremos ponerle precio a la vida. Socializamos la maternidad, somos madres de todos los desaparecidos. Y creo que eso es un salto muy importante para esta sociedad que tenemos hoy. Jamás vamos a decir ‘mi hijo no hizo nada’, se lo llevaron porque hizo y mucho y entregó su vida por la Patria. Estamos orgullosas de haber tenido hijos revolucionarios, aun en la lucha armada. A veces los pueblos tienen necesidad de defenderse como se puede. Y todo eso no tiene nada que ver con los demás organismos que no defienden eso. A los que están con nosotros les enseñamos quiénes eran nuestros hijos, qué querían, por qué luchaban. No se los llevaron ni por ser médicos, ni trabajadores, ni físicos. Se los llevaron por revolucionarios. Y entonces con ese criterio les enseñamos a los jóvenes que hay etapas de la vida donde es necesaria la lucha armada y hay etapas que no, que no se puede entregar la vida porque sí. Les explicamos cuánto entregaban nuestros hijos: cantaban, estudiaban, trabajaban, vivían y dieron lo mejor que tenían, que era su juventud. Esa es la mejor herencia que tienen esos chicos, saber de dónde vinieron.
Y ese posicionamiento de luchar por la vida desde la política, les permite plantarse con mayores libertades…
Nosotros no tenemos nada que ver con este Gobierno, siempre fue nuestro enemigo, yo no me voy a juntar nunca con ellos, nunca les voy a pedir nada. Al enemigo ni agua, y como tal lo tratamos desde el principio, porque es el enemigo del Pueblo, el que está dejando sin trabajo, el que les está diciendo a los científicos y médicos que se vayan del país de nuevo, que no los necesitan. Yo no puedo ni cruzar una palabra con esa gente.
¿Dijiste que los indispensables nunca mueren, ¿cómo lo recordás a Fidel?
Fidel era grande como su altura con todo lo que hacía. Era el tipo que estaba en todo. Un día le conté que estaban por operar a mi mamá. Pasó un tiempo y fuimos a la asunción de Lula como Presidente, entonces Fidel iba en la fila de los presidentes, y yo iba en la fila de los invitados. De repente me vió y empezó: “¡Hebe! Y tu madre, ¿la operaron? ¿Salió bien?” Y yo pensaba ‘¡Pero este tipo acá se acuerda de mi mamá, Doña Pepa que vivía en el Dique de Ensenada’. O sea que él estaba en todas las cosas, desde las grandes hasta las chiquitas. Se fijaba qué te ponías qué no te ponías, me preguntaba si ahora ya mayor me cuidaban. “A mi ahora en vez de whisky me dan té”, me decía.
En otra oportunidad, cuando la torturan a mi hija, él fue el primero que me llamó preguntando qué le pasó. Yo le conté que habían entrado a mi casa y que estaba con ataques de pánico. Me dijo: “mandamela, mandamela que acá la curamos” Y estuvo 5 meses largos allá. Y eso no lo hace cualquier presidente. Por eso digo que Fidel es tan infinito en lo grande y en lo chiquito.
¿Cómo te convenció de que confiaras en Néstor?
Habían pasado más o menos 20 días de que Néstor había asumido la presidencia. Fidel tuvo la enorme grandeza de que cuando terminó de hablar como una hora con Néstor, me llamó y me dijo: “mirá, tenele paciencia porque ese tipo le va a dar mucha felicidad a su pueblo”.
En octubre se cumplió el sexto aniversario de su fallecimiento, ¿hay algo en especial que extrañes de él?
En la política no extraño nada, porque lo que hizo Cristina es una maravilla, así que no tengo nada que extrañar en lo político. Tal vez en la forma del trato, pero no porque con Cristina no sea cercano, nos queremos mucho nosotras. Lo que tenía Néstor es que era más parecido a Fidel en el trato, venía y te pegaba en la espalda o te despeinaba, era como más chiquilín, se permitía chiquilinadas. Siempre estaba por embromarte. Una vuelta, yo estaba en casa de mi mamá por su cumpleaños y Néstor sin decir nada, la llamó para saludarla. Averiguaba las cosas y después te sorprendía. Después conmigo lo mismo, sabía que yo quizás pasaba la navidad sola con mi hija, y siempre llamaba para ver cómo estábamos.
Con 88 años estás siempre organizando alguna Marcha, hablando con medios compañeros, ¿qué tiempo te queda para descansar o para distraerte?
Estoy entregada a la lucha de lunes a viernes y a veces sábado y domingo también. Para mí me doy el tiempo de hacer la gimnasia que tengo que hacer, del kinesiólogo, de la pedicura, de atenderme con los médicos que tengo.
Yo digo que me arreglo no sólo para mí, me arreglo para Macri, para que piense: – “¿cuándo se va a morir esta vieja de mierda?”
Me gusta cocinar, siempre me hago la comida. Tengo muchísimas plantas y me gusta a veces escuchar música. Me gusta mucho leer, leo, leo cualquier cosa. Y me gusta mucho el mar, yo daría cualquier cosa por tener una casita al borde del mar, aunque no me meta eh, puedo estar dos horas mirándolo.
¿Si tuvieras que elegir un tango en el que te identifiques?
A mí me gusta mucho el tango de Piazzola. Pero uno de los tangos que siempre me caló hondo fue Uno, que no tiene que ver con lo nuestro pero si vos le das una vuelta, que dice “uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias”, y en esa parte me siento identificada. Me gustó siempre mucho Sandro y la música clásica, Cecilia Bartoli. Depende para qué, claro, a veces para cocinar me gusta más la pachanga. La música como las plantas te liberan, te dan felicidad.
¿Cómo se construye la felicidad?
A veces la gente cree que cuando a uno le pasa todo esto que nos pasa uno no puede ser felíz. Y vos sabés que cuando se llevaron a mi hijo mayor yo me veía con mi hijo menor en una confitería. En la primer entrevista con él después de que se lo llevan a Jorge, me dice: “mirá mamá yo te voy a decir una cosa, si vos vas a luchar, tenés que seguir haciendo lo que estabas haciendo. Escuchá música, salí, andá al cine. Si vos te dejás ganar por la tristeza, por la angustia, no vas a poder hacer nada, vas a terminar rezando en una iglesia”.
Y se trata de eso, de luchar acompañada por la vida que es lo que te da la misma fuerza. Y yo soy felíz, yo las marchas las disfruto. No dejo de mirarlas, no puedo caminar como antes que caminaba 24 horas pero la miro todo el tiempo, acompaño los cantos de los compañeros y me dura varios días en el cuerpo eso.
*Por Sol Cialdella para Anccom/ Fotos: Néstor J. Beremblum.