Lecturas de enero
Amigas tinteras y tinteros, aprovechamos el calendario para darles las gracias. Despedimos este 2016 pidiendo la hora al árbitro para que lo termine, con colosales ojeras, bronceado pantalla de computadora y nuevos tics nerviosos, pero con el corazón ensanchadísimo por la satisfacción que nos ha dado hacer La tinta estos meses.
Ha sido un año duro para la gran mayoría de nosotrxs (no hace falta enumerar) pero también han sido días de resistencia y lucha, de conciencia y organización, de aprendizaje y crecimiento.
Reconforta saber que -contra todo manual de nuevo periodismo- ustedes están del otro lado, dispuestos a leer, a informarse, a discutir argumentos, a asumir posturas y a compartirlas. En estos meses quedó demostrado de que somos muchas las que estamos hartas de la manipulación de los grandes medios, que somos más de los que imaginan los que elegimos producir y consumir otro tipo de medios.
Queremos y necesitamos hacer periodismo desde otras lógicas y nos pesa la responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias. Por eso frenamos en enero, para tomar envión y repensar La tinta 2017.
Somos lo que leemos. Y es un placer que ustedes sean parte de esta Tinta que la hacemos entre todxs.
Salud y brindemos por cosas imposibles porque de lo posible ya se sabe demasiado.
Para sobrevivir enero, diseñamos Lecturas de Verano, una serie de artículos que han sido publicados a lo largo de estos meses y que creemos -y confiamos- que van a poder disfrutar en estos días, aún con más perspectiva.