Cromañón: cuando la noche es más oscura
La fotografía está movida, se evidencia mucho grano y el foco está apenas sobre el protagonista: un joven que en su cuello lleva atada una remera que posiblemente usó de barbijo. En su cara se puede descifrar un gesto de urgencia y desesperación. Sobre sus hombros lleva a otro joven desvanecido, con sus brazos vencidos, su rostro y su remera están manchados con cenizas. La imagen fue realizada por Gustavo Castaing, la noche del 30 de diciembre de 2004, cuando ocurrió la tragedia en el boliche República de Cromañón.
Era el recital con el que la banda Callejeros cerraba un año próspero en todo los sentidos. Cerca de las 22:50 inició el show con “Distinto”. Después, alguien del público lanzó una bengala que prendió fuego la media sombra del techo y desató un infierno.
Castaing contó que la primera foto que realizó fue de unos chicos que llevaban a otro hacia las ambulancias, lo que generó que los jóvenes lo increparan. “En ese momento decidí que no era buena idea hacer mi trabajo como cualquier otro día, era más importante no llamar la atención. Ya que no iba a colaborar, tampoco iba ser un estorbo”.
La imagen, que fue tapa del diario Clarín, fue tomada en una de las entradas por donde los jóvenes y rescatistas sacaban a las víctimas. Parado contra la pared y con su cámara apoyada sobre su bolso, Castaing disparaba tratando ser lo más discreto posible.
Lo sucedido en Cromañón, puso en evidencia una cadena de corrupción de la que formaban parte funcionarios del gobierno porteño, la policía federal y empresarios. Corrupción que lamentablemente, se pagó con la vida de 194 jóvenes y miles de heridos.
La tragedia tampoco generó una verdadera autocrítica en el movimiento rock. No se revisaron en profundidad los valores que circulaban dentro del campo y que legitimaban algunas prácticas sin medir las consecuencias.
Sobre la cobertura de esa noche, Castaing contó que le significó replantearse muchas cosas sobre su profesión y sus límites. Claramente afectado explicó: “por lo menos me di el aliento de fotografiar gente viva, los chicos que estaban trabajando para mantener la vida”.