Dónde esconder la basura de Córdoba
Los miembros del Programa de Ética y Teoría Política de la Universidad Nacional de Córdoba comenzaron a trabajar este año en Villa Parque Santa Ana. Lo que empezó como asistencia a un merendero para niños los fines de semana, se transformó más tarde en entrega de leña para calefaccionar en invierno ante la imposibilidad de algunas familias de asumir el aumento de las tarifas de gas. Finalmente, y viendo la necesidad de brindar información y contención, instalaron allí un punto de atención del Consultorio Jurídico.
«Durante este año los vecinos de Santa Ana nos dejaron ser parte de su comunidad. Nos permitieron ser testigos de sus esperanzas y de sus pesares. Santa Ana, como muchos lugares de Córdoba, es un lugar apacible en el que vive gente humilde», expresó Alejandro Berrotarán, integrante del programa.
«Sus aspiraciones son pequeñas. Aspiran a que el Municipio finalmente les conecte el agua corriente para que así dejen de tener que acarrearla desde la canilla de algún vecino generoso. Aspiran a no perder el trabajo o la changa con la que se ganan el sustento. Aspiran a no tener frío en invierno».
Aunque tienen aspiraciones, el pasado les ha enseñado a los vecinos a no tener ilusiones. Saben que es probable que este verano vuelva a encontrarlos sin agua, que en el invierno vuelvan a padecer frío y que el trabajo se vuelva escaso.
Allí, a cinco kilómetros de Villa Parque Santa Ana, la ciudad de Córdoba ha decidido esconder su basura. Ha decidido tirarla lejos porque huele mal y con una operación semántica ha transformado el basural que creará al lado del pueblo en un “Complejo Ambiental de Tratamiento, Valorización y Disposición de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba” (CTVyD). El emprendimiento viene a reemplazar a otros basurales transmutados en “complejos ambientales” que se ubicaron primero en Bouwer y luego en Piedras Blancas y que fueron removidos sólo por la presión de la ciudadanía y las organizaciones sociales.
La evaluación realizada pone de manifiesto el carácter irrazonable y discriminatorio de la autorización para instalar el basural (CTVyD) en la localidad de Santa Ana.
El Programa de Ética y Teoría Política a través del trabajo vinculado de dos de sus áreas –la Clínica Jurídica y el Consultorio Jurídico– realizó una evaluación ético-jurídica de la autorización para instalar el basural conferida por la Secretaria de Ambiente de la provincia de Córdoba. Para exponer los resultados de esta evaluación el Programa a través de su director, el Dr. Hugo O. Seleme, se constituyó como Amicus Curiae el pasado 16 de diciembre ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Primera Nominación en la causa “MUNICIPALIDAD DE VILLA PARQUE SANTA ANA C/ CORPORACION INTERCOMUNAL PARA LA GESTION SUSTENTABLE DE LOS RESIDUOS SOLIDOS URBANOS DEL AREA METROP. Y OTROS – AMPARO – EXPTE N° 2593023.
La evaluación realizada pone de manifiesto el carácter irrazonable y discriminatorio de la autorización para instalar el basural (CTVyD) en la localidad de Santa Ana. Una decisión razonable de la Administración hubiese exigido al promotor del proyecto la presentación de una justificación acerca del predio escogido, en donde fundamente por qué es la alternativa que resulta más apta en términos ambientales y sociales. Exigía comparar todas las alternativas disponibles, lo que no fue hecho tornando a la decisión de infundada e irrazonable.
Por otro lado, y en cuanto al carácter discriminatorio de la decisión, la Secretaría de Ambiente provincial no ha valorado con criterios técnicos ni de equidad la carga ambiental negativa del área seleccionada, siendo que los vecinos de las localidades del sur han soportado por más de 35 años los costes ambientales y sanitarios de estos vertederos, primero el de Bouwer (1980-2010), y luego el de Piedras Blancas (2010-2016).
Ante tal desigualdad en la distribución de las cargas ambientales, la Administración debió tomar medidas que tendiesen a lograr el equilibrio ambiental y no a profundizar el desequilibrio existente.
La decisión no sólo fue infundada e irrazonable sino también antidemocrática.
Sumado a esto, existen condiciones que denotan una situación de vulnerabilidad en la localidad de Santa Ana, según surge del punto III. 3.2.1 del Estudio de Impacto Ambiental, como por ejemplo el alto porcentaje de habitantes que no posee cobertura de salud (1.128 habitantes que representan el 45,14 %), los problemas infraestructurales respecto a la recolección de residuos y la peligrosidad de su cercanía por el acercamiento de los niños y las dificultades para el acceso al servicio de agua potable y de pavimentación de las calles.
Finalmente, la decisión no sólo fue infundada e irrazonable sino también antidemocrática. La audiencia pública establecida por la Ley 10208 para garantizar la participación de los potenciales afectados por el proyecto, tuvo lugar en Barrio los Boulevares de la Ciudad de Córdoba, esto es a más de 30 kms de Villa Parque Santa Ana. Los vecinos de Santa Ana fueron tratados con menos consideración que la basura.
El costo que insumiría trasladar la basura desde la ciudad de Córdoba hasta el predio cercano a la municipalidad de Santa Ana tuvo un peso casi decisivo para seleccionar el lugar del basural. Sin embargo, el costo económico que tendría para los ciudadanos de Santa Ana trasladarse a la ciudad de Córdoba para participar de la audiencia pública fue pasado completamente por alto. No se realizó ninguna evaluación de la factibilidad de que los vecinos de Santa Ana afrontaran los costos del traslado, dada la precaria situación laboral de gran parte de los mismos. Tampoco se adoptó ninguna medida tendiente a facilitar dicho traslado o a aminorar los costos por parte de quienes fijaron el lugar para la realización de la audiencia pública. En una curiosa inversión de valores mientras el costo de trasladar la basura ocupó un lugar central en todo el proceso de selección del lugar para instalar el basural, el costo del traslado de las personas afectadas no fue tenido en cuenta a la hora de seleccionar el lugar de celebración de la audiencia pública. El resultado fue el esperado ningún vecino participó de la audiencia.
Cuando algunos conciudadanos ni siquiera son tratados como basura, esto sólo puede causar indignación en una ciudadanía decente. Si los habitantes de la ciudad de Córdoba no son capaces de reaccionar sino sólo por lo que los afecta directamente, si sólo son sensibles a su propia comodidad, si sólo están interesados en que su basura se esconda lejos para que no sean sus hijos los que la huelan, entonces Córdoba tiene más basura de la que pueda ser escondida en cualquier basural.
* Nota del Programa de Ética y Teoría Política para La tinta.
