Juan Grabois: “En el 2016 hubo un enorme deterioro del tejido social”
Para el referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois el 2016 fue “un año pésimo” desde el punto de vista de la situación social y económica “porque se deterioró el poder adquisitivo de los sectores populares”. En este sentido, señaló el crecimiento del desempleo en el sector público y privado y su repercusión “en una ampliación por exclusión de la economía popular que, paradójicamente, cuando la economía se contrae es un sector que se amplia y a la vez se empobrece”.
“Son más los compañeros que tienen que ir a juntar cartones a la calle, pero hay menos cartón y entonces hay que dividirse los 100 kilos que había el año pasado. Ahora son 80 y en vez de juntarlos uno, los juntan dos”, ejemplificó.
A este proceso lo calificó como “un enorme deterioro del tejido social”. “Lo que en otro momento de la historia argentina se expresaba con explosiones sociales hoy son múltiples explosiones familiares, implosiones sociales que se viven muy en la base, que no se reflejan en las estadísticas, como el sufrimiento que genera este golpe en la autoestima que es no poder ganarte el pan con el sudor de la frente”, profundizó.
“La lucha por la tasa de ganancia y por el salario de los obreros ha quedado disociada. Por eso nosotros creamos el concepto de salario social. Si la redistribución de la tasa de ganancia del capital sólo se realiza en los sectores asalariados formales alcanza al 30 o 40% de la clase trabajadora”, explicó. Por lo tanto, “la redistribución de la tasa de ganancia del capital concentrado se tiene que pensar como una lucha de la clase en su conjunto que incluye a sectores de la economía popular y no sólo de los trabajadores de las ramas industriales de mayor productividad”.
Con respecto a los sindicatos, Grabois dijo que “pudimos llegar a un nivel de coordinación interesante con los sindicatos del sector privado formal que son los de la CGT, más allá de nuestro trabajo histórico con la CTA, con quien seguimos manteniendo muy buena relación”.
En este sentido, se centró en el debate sobre Ganancias. “Los trabajadores formales que están en la cúspide de la pirámide salarial tienen una reivindicación muy legítima que es la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias sobre el salario. Pero eso es menos recaudación. Y nuestra lucha es por más gasto. Entonces si la plata no sale de algún lado, que son los sectores concentrados del capital, nos estamos peleando por la base salarial”. Y sintentizó: “termina siendo una disputa intraclase por la masa salarial, que es a lo que de alguna manera el sistema nos quiere llevar, una división entre trabajadores integrados y trabajadores excluidos”.
En perspectiva, para Grabois “hay una primer pelea que es fundamental y estratégica que es no pelearnos entre trabajadores. Nos podemos equivocar, nos vamos a equivocar, va a costar mucho, pero lo que no podemos permitir es que siga habiendo una fragmentación, no ideológica, no política. Eso también está y se va a saldar”.
“Lo cierto es que ‘a la hora de los bifes’ la discusión se reducía a impuesto a las ganancias versus programas sociales, que es un concepto que está demonizado y que en realidad no es otra cosa que un reconocimiento a la naturaleza laboral de las actividades de la economía popular. Porque ningún compañero que recibe una transferencia de ingresos del Estado es un tipo que vive panza para arriba de la caridad pública. Todo el mundo labura, todo el mundo construye riqueza y contribuye a la riqueza nacional”, agregó.
“Ahora se abre un enorme abanico de nuevos conflictos para la implementación. Y muchos de esos se van a disputar en la calle sin lugar a dudas”
Grabois resaltó que existe además “un problema de fondo, estructural”. A esto se refiere con la participación política de los trabajadores. “Tiene que ver con la proyección de un país donde los trabajadores tienen que tener una participación protagónica. Pero no están dadas las condiciones para que esto se desarrolle, entre otras razones, porque incluso los partidos populares niegan el protagonismo político de los trabajadores a través de sus organizaciones”, enfatizó.
“El viejo esquema de peronismo de los tres tercios, con todas sus imperfecciones, garantizaba un tercio del poder político. Así como estaba el fifty-fifty del PBI, un tercio del poder político estaba en manos de los trabajadores. Después podemos discutir si eran burócratas o no, pero eran representantes de los trabajadores. Eso desapareció, no existe más”, reflexionó.
Y agregó: “En el Congreso hay muy pocos diputados de extracción sindical y ni un sólo pobre, ni un sólo trabajador de la economía popular. Una subrepresentación aún dentro de la política liberal burguesa de nuestro sector. La misma comparación se puede hacer pensando que en la Legislatura porteña no hay un solo villero cuando el diez por ciento de la sociedad porteña son villeros”.
“No hay representación política de los sectores subalternos. Y eso es un problema que no se salda únicamente en la lucha reivindicativa y que es una tarea que tenemos por delante y que va a tardar. La mejor manera de hacerlo fructificar es en la unidad reivindicativa de estas luchas como las que dimos en las última semanas”, sentenció.
Esto se evidenció con el debate en torno a la Emergencia Social. Grabois se refirió a este tema y dijo que “la emergencia social ahora está en el Parlamento. Nosotros a este conflicto puntual lo damos por cerrado pero que tenemos un montón de otros conflictos”.
Sobre las críticas que llovieron desde algunos sectores identificados como “progresistas”, Grabois respondió: “Nosotros nunca podemos renunciar al conflicto hasta que no vivamos en una sociedad distinta porque nuestra razón de ser es el desarrollo de los conflictos. Desde la perspectiva de la CTEP nosotros desarrollamos los conflictos para resolverlos”.
En este sentido, especificó que los conflictos “tienen que dejar un saldo económico, político y organizativo para los sectores populares. Y nosotros creemos que esas tres condiciones se cumplieron, que se dejó un saldo favorable para los sectores populares. Por lo tanto es un conflicto resuelto”.
Sin embargo, la Emergencia Social es apenas un parte de una larga lucha. En perspectiva, Grabois afirmó que “ahora se abre un enorme abanico de nuevos conflictos para la implementación. Y muchos de esos se van a disputar en la calle sin lugar a dudas”.
*Por Federico Araya para Notas. Fotos: En Movimiento TV.
