Las Madres en la piel
Central Ballester milita en la Primera D. Sí, allá en los confines de las ligas del fútbol argentino. Desde esas lejanías, dónde las cámaras televisivas y los medios gráficos de mayor tirada no llegan, grita por Memoria, Verdad y Justicia. Como a los colores, el compromiso se lo lleva en la piel.
Este jueves las Madres de Plaza de Mayo recibieron a representantes del Club Social y Deportivo Central Ballester. El último diseño de la casaca que viste al equipo que disputa el torneo de la Primera D, fue el motivo de la reunión.
Además del escudo y algunas pocas publicidades, el humilde club del ascenso estampó en su camiseta oficial el pañuelo que simboliza la lucha de esas ancianas que siguen militando por la verdad histórica de uno de los periodos más sangrientos de nuestra historia.
Mientras otros clubes se pelean por nombrar socios honorables a estrellas de la música y del cine internacional, Ballester homenajeó a las Madres haciéndolas parte del club con un carnet honorífico para cada una.
«Me emocioné muchísimo cuando me enteré que habían decidido poner el pañuelo de las Madres, esa creación de las Madres, ese pañuelo que usamos apretado a la cabeza como el abrazo de nuestros hijos. Ese que no se cambia por nada», confesó Hebe de Bonafini días atrás cuando la noticia de la nueva indumentaria tomó relevancia en las redes sociales.
«Es muy bueno que un deporte tan popular, y que hayan sido ustedes, decidiera poner el pañuelo de las Madres. Con ese pañuelo en la camiseta ustedes le están dando el valor a la vida que le dimos las Madres. Una canchas de fútbol se llena con mucha gente, así que tiene una connotación para nosotros sumamente importante», agregó Hebe con promesa incluida de ir a ver «cómo esa camiseta está apretada en el brazo de ustedes».
No es la primera vez en el año que la institución se posiciona de forma comprometida sobre estos temas que difícilmente son asociados al rol de un club de fútbol. A mitad de año presentaron una casaca alternativa en homenaje a las víctimas de los fusilamientos de José León Suárez, aquellos que Rodolfo Walsh visibilizó con su histórica obra Operación Masacre.
Es que Central Ballester sabe de luchas y de prevalecer a la adversidad gracias al compromiso social de sus hinchas que son, más que hinchas, parte de una institución que no perdió lo “Social” de su nombre.
En 1974 el Club Atlético Central Argentino decide no participar más en torneos de fútbol y convoca a una asamblea de socios para decidir la desafiliación. Ante la aprobación de la medida, un grupo de socios comienza a trabajar para no perder el cupo en AFA y fundan en octubre de aquel año el Club Social y Deportivo Central Ballester. Entre sus páginas más gloriosas se encuentra el ascenso a la Primera C en la temporada 1995/96 tras consagrarse campeón del Torneo Apertura 1995 de la Primera D.
En la actualidad, mientras dan pelea por entrar en el reducido que otorgará una chance de ascenso a la C, el club también participó del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, convocado por su plan comunicacional en defensa de los derechos humanos y en contra de la violencia institucional.
Allí fueron invitado por los realizadores de la película «Hay un Fusilado que Vive», que cuenta la historia de los fusilamientos. Esos que también llevan en el pecho y pegado a la piel.
