Lautaro Torres, 16 años
Cuando le avisaron a sus familiares y llegaron hasta el lugar, encontraron a Lautaro tirado en el suelo, esposado y con cuatro disparos; dos balas perforaron sus pulmones, otro proyectil impactó en su hombro y un cuarto plomo entró por su nuca y salió por su cuello cuando aún estaba con vida. Lautaro se habría cruzado con una mujer policía de civil que estaba paseando su perro y efectuó los disparos a quemarropa porque, según la versión de la policía civil, le quiso robar su celular. Lautaro murió la madrugada del día siguiente en el hospital de Urgencias. La Cabo Eliana Soledad Rinaudo fue imputada como sospechosa leve de homicidio agravado por el uso de arma de fuego por la fiscal, de ese momento, Dolores Romero Díaz.
Días después del asesinato, la madre de Lautaro, Natalia Suárez, se presentó al programa de televisión “Justicia Legítima” emitido por Canal 10. Allí declaró de manera contundente que su hijo no había participado de un intercambio de disparos, que era víctima de persecución policial y que había sido asesinado por la espalda. Minutos después de retirarse de los estudios de los SRT, recibió la llamada de su madre, la abuela de Lautaro, contándole que luego de la aparición en la tele, balearon la puerta de su casa en barrio San Roque desde un móvil policial.
El 20 de septiembre del 2016, hace apenas algunos meses atrás, Facundo Torres de 16 años, hijo de Natalia y hermano de Lautaro, salió de noche de su casa para comprar una gaseosa. Cuando estaba regresando, notó que era seguido por policías. Facundo comenzó a correr y los uniformados ingresaron a su hogar en el medio de procedimiento violento. Natalia Suárez, en ese momento, se encontraba recostada en su cama con su hija de cuatro años cuando escuchó a Facundo entrar corriendo a la casa. La policía se llevó a Facundo de su casa a través de golpes y amenazas. Natalia presentó una denuncia por esta situación. En la Comisaría 2da “le pidieron disculpas” y desvincularon a Facundo de un supuesto robo. Luego de dos días lo dejaron en libertad con marcas de golpes en el rostro.
Natalia Suárez ya tiene una cicatriz profunda que nunca va sanar, a su hijo Lautaro lo fusilaron por la espalda. No quiere que esto repita con ninguno de sus otros hijos, ni con ningún pibe más. En el día de la 10º Marcha de la Gorra, hay que recordar que el gátillo fácil es violencia estatal y tiene que acabarse.
¿Cuántos pibes más? ¿Cuántas marchas más?[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid element_width=»6″ gap=»10″ initial_loading_animation=»none» grid_id=»vc_gid:1479436430244-f7c0c3c0-7f44-10″ include=»13360,13358,13361,13351,13353,13356,13354,13352,13357,13359″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid element_width=»12″ gap=»0″ grid_id=»vc_gid:1479436914913-c7d6a600-f290-4″ include=»13355″][/vc_column][/vc_row]