Ilusión y esperanza

Ilusión y esperanza
31 octubre, 2016 por Redacción La tinta

Creer que un día los problemas se habrán solucionado es tener esperanza. Ser capaz de volverlos visibles para uno y para los demás es tener conciencia. Insumir tiempo y esfuerzo en que se solucionen es tener coraje. Creer que los problemas ya están solucionados es vivir en una ilusión.

 

De manera que la esperanza es hija de la conciencia y, a su vez, engendra coraje. Sólo el que es consciente de los males existentes puede tener la esperanza de que serán solucionados; y sólo el que confía en que pueden ser solucionados es capaz de ponerse manos a la obra para que la tarea sea hecha. Por el contrario, la ilusión nubla la conciencia, sepulta la esperanza y vuelve inútil el coraje. Mientras que la esperanza moviliza, la ilusión aquieta.

La esperanza y la ilusión son especialmente importantes en política. Dado que los gobiernos progresistas intentan movilizar a la población, la esperanza es su mejor aliada. Por el contrario, la ilusión es la que mejores servicios presta a los conservadores. No obstante, cuando un gobierno conservador sucede a uno progresista la mera ilusión no basta. Privar a la población de derechos y recursos adquiridos provoca consecuencias – el aumento de la pobreza, el desempleo, la inflación, las tarifas – que rasgan hasta el velo de ilusión más resistente. Es necesario un mecanismo adicional.

«Como la solución a los problemas es presentada como una ilusión, y las políticas de ajuste que los crean son presentadas como un acto de toma de conciencia, ahora el gobierno conservador puede utilizar de manera espuria la esperanza»

El gobierno conservador debe convencer a la población de que la situación de bienestar en la que vivía antes de que sus políticas fueran implementadas era una ilusión. Este movimiento tiene el beneficio adicional de trastocar el sufrimiento infringido a la población por las nuevas políticas en un ejercicio de conciencia. Una vez que la operación ha sido realizada el gobierno conservador no sólo puede proceder al ajuste – y a la quita de derechos y recursos – sino que hasta puede reconocerlo abiertamente y presentarlo en su propio beneficio. Cuando la ciudadanía ha sido convencida de que su bienestar previo era ilusorio las política que directamente la perjudican son presentadas como un acto de toma de conciencia o “sinceramiento”.

Como la solución a los problemas es presentada como una ilusión, y las políticas de ajuste que los crean son presentadas como un acto de toma de conciencia, ahora el gobierno conservador puede utilizar de manera espuria la esperanza. Al presentar a las políticas que desmantelan la solución a algunos problemas como un ejercicio de conciencia, y siendo la esperanza un producto de la conciencia, puede alentar a la población para que apoye con esfuerzo y coraje las políticas que en última instancia la alejarán de la solución. Una vez que la verdad se trastoca en ilusión, la esperanza desorientada se transforma en una fuerza regresiva que es capaz de movilizar a una ciudadanía para seguirse esforzando en soportar las políticas que engendran los males que padece.

Si ud. cree que el aumento de la inflación durante el último año –con la reducción del salario real y el aumento de la pobreza que trajo aparejada– no se debió a la quita de las retenciones agropecuarias y a la devaluación de nuestra moneda; si ud. cree que los ajustes tarifarios han sido un acto de sincerammiento que lo despertaron de la ilusión de bienestar en la que vivió todos estos años; si tiene la esperanza de que las políticas que en el pasado llevaron a la destrucción del empleo y la pauperización de la población esta vez provocarán el efecto contrario; si esta esperanza le da coraje y fuerzas para soportar el descenso en su calidad de vida; me temo que está siendo víctima de una ilusión conservadora.

Adertir que su esperanza es una ilusión no es nada fácil. Ud. verá cualquier acto de despertarlo como una muestra de pesimismo. Cada hecho que se le muestre ud. lo descalificará como una mentira. Las soluciones ud. las verá como las causa de los problemas, y las políticas que han creado los problemas ud. las verá como parte de la solución. Por eso el único que puede sacarlo de donde se encuentra es ud. Para eso debe cerrar una grieta, aunque no se trata de la que tanto le han hablado, sino la grieta que existe entre la realidad que padece y el discurso que le repiten para que la acepte.

Puede empezar por algo sencillo. Compare lo que le han hecho creer sobre la detención de Milagros Sala, con lo que acaba de dictaminar las Naciones Unidas sobre su detención arbitraria. Si la discrepancia entre sus creencias y lo que acaba de señalar el grupo de trabajo de la ONU le parece inquietante, entonces tal vez ya está en camino de despertar a la verdadera conciencia que conduce a la genuina esperanza.

 

*Por Hugo Seleme

Palabras claves: ajuste, economia, Mauricio Macri

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