Soledad
La duda lleva mi mano hasta la guitarra
Mi vida entera no alcanza para creer
que puedan cerrar lo limpio de tu mirada
No existe tormenta ni nube de sangre que puedan borrar
tu clara señal
La soledad de mi mano se da con otras
buscando dejar lo suyo por los demás
Que a mano herida que suelta sus armamentos
Hay que enamorarla con la mía o todas que los van a alzar
Una cosa aprendí junto a soledad
Que el llanto hay que empuñarlo, darlo a cantar
Caliente enero, Recife, silencio ciego
Las cuerdas hasta olvidaron el guaraní
el que siempre pronunciabas en tus caminos
de muchacha andante, sembrando justicia donde no la hay
Otra cosa aprendí con soledad:
que la patria no es un solo lugar
Cual el libertario abuelo del Paraguay
Creciendo buscó su senda, y el Uruguay
No olvida la marca dulce de su pisada
cuando busca el norte, el norte brasil, para combatir
Una tercera cosa nos enseñó:
lo que no logre uno ya lo harán dos
En algún sitio del viento o de la verdad
está con su sueño entero la Soledad
No quiere palabras largas ni aniversarios;
Su día, es el día en que todos digan
armas en la mano: «patria, rojaijú»
*Por Daniel Viglietti
escrito en memoria de la militante Soledad Barret