Tres empresas con el poder de la industria agroalimentaria
Tres grandes empresas están a punto de controlar la mayoría de los suministros agrícolas del mundo. Van a expandir su poder y a eliminar de la competencia a las pequeñas empresas.
Si los reguladores de Estados Unidos y la Unión Europea no lo frenan, tres empresas controlarán casi el 60% de las semillas del mundo, casi el 70% de los pesticidas y productos químicos necesarios para cultivar alimentos y casi todas las patentes de los alimentos transgénicos del mundo. Hasta hace poco, seis o siete empresas agroalimentarias competían por el mercado de las semillas y los productos químicos pero si se concretan una serie de fusiones, en pocos meses sólo tres empresas controlarán casi todo.
Las mega-fusiones que en este momento están analizando los gobiernos y la Unión Europea incluyen la compra por 59 mil millones de euros de Monsanto, la empresa de productos químicos, semillas y biotecnología de Estados Unidos, por la alemana Bayer; la intención de la empresa química estadounidense Dow de fusionarse con su rival, el conglomerado DuPont; y el plan de ChemChina de comprar el grupo suizo de semillas y genética Syngenta por 38 mil millones de euros. Todos estos movimientos empresariales llevarán a la agricultura global a una nueva era.
Grupos antimonopolio, medioambientales y de consumidores de Estados Unidos, Europa y América Latina se han mostrado alarmados al advertir que las tres mega-fusiones podrían potencialmente concentrar el poder financiero y político de una forma muy peligrosa y obligarían a más países a adoptar un solo modelo agrícola que excluye y empobrece a los pequeños agricultores.
Con las semillas, los productos químicos, la investigación y el poder de presión política en manos de un pequeño grupo de empresas súper poderosas, los pequeños productores desaparecerían, se reduciría la competencia y los precios de los alimentos y los insumos agrícolas aumentarían.
El informe
Próximamente el Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (Ipes, por sus siglas en inglés), publicará un informe sobre la creciente concentración de poder en la industria agroalimentaria. El informe se refiere a que cada una de las tres grandes corporaciones tendrá acceso a grandes bancos de información genética que son cruciales para el crecimiento en lugares como el África sub-sahariana, que sufren escasez de alimentos y tienen una población en crecimiento.
Olivier De Schutter, antiguo relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación y copresidente de Ipes, señala que las fusiones harán que los países en desarrollo se conviertan aún más en objetivos para la agricultura corporativa. «Estarán en una posición dominante en el mercado. África sub-sahariana se está convirtiendo en el campo de batalla de las grandes corporaciones», indica De Schutter.
«Los entes regulatorios anti-monopolios deberían prohibir estas fusiones en todo el mundo, y especialmente en mercados emergentes del hemisferio sur, ya que estas nuevas mega-corporaciones van a expandir su poder y eliminar de la competencia a las pequeñas empresas locales», afirma Pat Mooney, director de ETC, un grupo que supervisa los negocios y las tecnologías agrícolas mundiales.
«Estos acuerdos no son sólo sobre el control de las semillas y los pesticidas, sino también sobre quién controlará el big data en la agricultura. Las empresas que puedan controlar la información sobre las semillas, la tierra y el clima y calculen nueva información genómica tendrán inevitablemente el control sobre los insumos agrícolas: semillas, pesticidas, fertilizantes y maquinaria» dice Mooney, «el control lo tendrán las grandes corporaciones que manejen mejor la información y el ADN en beneficio propio» agrega.
«Estas grandes corporaciones presionan para que nuestros países tengan leyes y normativas que les permitan dominar el mercado, aplastar los derechos de los pequeños agricultores e ilegalizar las semillas campesinas», señala Silvia Ribeiro, directora de la oficina de asuntos latinoamericanos de ETC en México.
Precios más altos, mayor empobrecimiento
«Todas juntas, estas fusiones van a modificar el mundo agrícola, probablemente elevando los precios para productores y consumidores de todo el mundo», advierte Adrian Bebb, responsable de alimentación, agricultura y biodiversidad de Amigos de la Tierra Europa. «Desde África y Asia hasta América Latina y Europa, el control corporativo de los mercados y las cadenas de suministros está desplazando a millones de pequeños productores agrícolas, esta dinámica ha generado uno de los índices más altos de pobreza y hambre entre pequeños productores de alimentos y comunidades rurales de todo el mundo» dice Bebb.
Bebb argumentan que las fusiones no buscan resolver el hambre mundial. «Las investigaciones han demostrado que el hambre en el mundo no es un problema de abastecimiento, sino de pobreza, de ausencia de democracia y de acceso desigual a la tierra, el agua y otros recursos, especialmente para las mujeres. Para evitar que unas pocas empresas controlen absolutamente el abastecimiento mundial de alimentos, se debería invertir mucho dinero en agricultura de bases», afirma.
«Los pequeños agricultores son la columna vertebral del abastecimiento alimentario del mundo. Representan al 90% de los agricultores de todo el mundo y proveen más del 80% de los alimentos consumidos por los países en desarrollo, especialmente en Asia y el África sub-sahariana», explica Bebb.
Fuente: El Diario