Violenta la mujer que reclama sus derechos y no el sistema que la oprime
Ayer fue una de esas jornadas intensas y a la noche lo sería más.
Estar pendiente de lo que ocurría en el Encuentro Nacional de Mujeres y ser parte de la cobertura de lo que sucedía allí de forma online, nunca deja de generarme sensaciones extrañas. Que se sintetiza en esta dualidad que nos imprime las tecnologías actuales y que se enuncia sencillamente en: “estar aquí, pero con la cabeza estar allá”.
Luego de dos jornadas donde miles de mujeres expresaron de cientos de formas como el sistema las oprime (entiéndase; mata, viola, mutila, hambrea, encarcela, contamina, golpea, persigue, secuestra, etc.) la noche del domingo la intensidad subiría varios punto más cuando la represión se desatara en las puertas de la catedral de Rosario, al finalizar la marcha del Encuentro.
Los gritos de una mujer a la Infantería que dispara balas de goma y gases, realmente me impresionó y fue una verdadera síntesis de la jornada sobre lo que tiene preparado el Estado y la Iglesia para las mujeres: “¡¡¡ Nosotras vinimos acá para denunciar que nos están matando, y ustedes nos reprimen!!!”.
De la represión hubo varias mujeres heridas, entre ellas periodistas (hombres y mujeres), si bien ninguna fue herida de gravedad, no deja de ser grave que la respuesta del Estado sea la represión.
Ayer vi muchas imágenes de la represión, pero la que sintetiza los tiempos que corren, es la foto de la herida por perdigón de goma disparado con una escopeta a la corresponsal de la Garganta Poderosa en su frente.
*Por José Fernández.