Ajuste y política fiscal en la administración macrista (I)
Desde diciembre de 2015 la administración de Mauricio Macri conduce una nueva ofensiva del capital contra el trabajo en Argentina. Su razón de ser es resolver las tensiones acumuladas en la economía durante los últimos años.
Esa ofensiva se expresó en una política de ajuste que incluyó un shock devaluatorio, la disminución de los derechos de exportación, la aceleración de la inflación, una política de despidos, la imposición de techos a las paritarias, el aumento de las tarifas de los servicios públicos, el pago a los fondos buitre y el inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento.
La política fiscal –la política estatal de ingresos y gastos- ha operado de modo importante en la ejecución de este ajuste, redistribuyendo ingresos entre las clases y fracciones de clase, es decir, de los trabajadores y trabajadoras hacia los capitalistas y entre los mismos capitalistas. A su vez, el resultado fiscal -la diferencia entre los ingresos y gastos del Estado- expresa el desarrollo más o menos exitoso de dicho ajuste, aunque nunca de manera lineal.
El diagnóstico oficial
La administración de Cambiemos asumió la presidencia en un contexto de recesión económica y agotamiento de algunas de las principales políticas económicas implementadas durante el gobierno kirchnerista.
Ninguna fuerza social y política del país desconocía dicho contexto y dichas tensiones. De hecho, buena parte del debate propio de las elecciones presidenciales del año 2015 giró en torno a diagnosticar sus causas y proponer distintas estrategias para resolverlas. Es decir, lograr relanzar la acumulación de capital sin comprometer la dominación política. Ahora bien, ¿cuál es el diagnóstico que la administración macrista hacía de la economía argentina en ese contexto?
El diagnóstico oficial bien podría resumirse de la siguiente manera: los problemas de competitividad internacional de la economía argentina que se expresan en el tipo de cambio real dependen fuertemente del alto nivel de inflación producto de la emisión de dinero para financiar un déficit fiscal creciente debido a un gasto público excesivo .
Pareciera ubicarse en el frente fiscal el núcleo estratégico sobre el cual intervenir con su política económica. En ese sentido, aumentar ingresos, disminuir gastos y reemplazar el financiamiento vía emisión de dinero por endeudamiento interno privado o externo serían los principales objetivos de la política fiscal. Ahora bien, ¿qué es lo que el macrismo hizo efectivamente con la política fiscal durante sus primeros meses de gobierno?
Las medidas de la política fiscal
La política fiscal incluyó, desde diciembre de 2015, una serie de medidas: la modificación del régimen de coparticipación federal de impuestos; la disminución de los derechos de exportación; el cambio en la estrategia de endeudamiento público; el ajuste de las tarifas de algunos servicios y la disminución de los subsidios al sector; la devolución del IVA a jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales y una propuesta de pago a los jubilados en juicio con el Estado nacional; y la política de despidos y contrataciones en la Administración Pública Nacional.
Cada un de estas medidas de política fiscal tuvo su particular impacto en la redistribución de ingresos entre las clases y fracciones de clase. ¿Pero cuál fue el impacto global de estas medidas sobre las cuentas fiscales de la Administración Pública Nacional? A ésta y otras preguntas nos dedicaremos en una próxima entrega.
(*) Por Santiago Buraschi, Julián Fanzini y Lisandro Levstein, integrantes del CoPenCE (Colectivo de Pensamiento Crítico en Economía).