Paralelas que se cruzan (la capacidad de estirar límites)
Abdellatif Baka cacheteó al mundo. Tras ganar su medalla de oro en los 1500 metros de los Juegos Paralímpicos el planeta reparó en un detalle: su discapacidad visual no le impidió ser más rápido que el último campeón olímpico Matthew Centrowitz. Mientras tanto, los chicos de La Garganta Poderosa siguen pidiendo que alguien les explique por qué este certamen no es una forma de naturalizar la discriminación.
“Nos van a tener que disculpar, pero para nosotros sigue siendo imposible comprender el paradigma. No tenemos esa capacidad. Somos discapacitados”.
Con la lucidez que los caracteriza, los pibes y pibas de La Garganta Poderosa plantearon hace sólo dos días su mirada crítica respecto a la existencia de los Juegos Paralímpicos. Con la simpleza de las grandes obras de arte afirmaron que no comprenden por qué excluir es incluir.
“Yanina Martínez, que ayer sumó una medalla de oro para nuestro país, no tiene las mismas capacidades que Usain Bolt. A su vez, tampoco Usain Bolt tiene las mismas capacidades que Juan Martín Del Potro, pero fíjense qué curioso: ambos coexisten en la misma Villa Olímpica. Yanina, no”.
Yanina es la rosarina que el viernes dio la sorpresa cuando nadie se esperaba aún celebrar una medalla dorada. Los últimos oros para Argentina en estos Juegos habían sido los de Betiana Basualdo (100m libres natación) y Néstor Suárez (100m atletismo) en Atlanta 1996. La conquista invitó a más de uno a hacer un paralelismo sobre el entusiasmo que despertó el oro de Paula Pareto hace poco más de un mes en el certamen olímpico.
Pero como dicen los chicos de La Garganta, Yanina y Paula no compartieron el evento, ni el ingreso de delegaciones nacionales, ni la convivencia en la villa olímpica, ni nada de eso. Son iguales pero “paralelas”, es decir, no se tocan: “¿Tendrá la capacidad el Comité Olímpico, el INADI o al menos Gonzalo Bonadeo, de argumentar algún justificativo parasemejantediscriminación naturalizada desde 1960?”, se preguntaron los villeros.
Quizá la misma pregunta se hizo Abdellatif Baka mientras cruzaba la línea de meta, aminoraba su marcha y veía que el reloj no sólo indicaba que había marcado un nuevo récord mundial y que era el campeón paralímpico en los 1500 metros. También se enteró que podría haber sido campeón olímpico.
Es que al argelino su discapacidad visual no le impidió ser más rápido y superar el registro que logró Matthew Centrowitz, hace un par de semanas, en los juegos de aquellos deportistas que parecieran tener todas las capacidades. Con un tiempo de 3:48.29 le ganó en una carrera imaginaria a los 3:50.00 del estadounidense.
La paradoja no queda sólo ahí. En la misma final de la categoría T13 que ganó Baka, tres corredores más se impusieron al campeón olímpico: El etíope Tamiru Demisse (3:48.49), el keniano Henry Kirwa (3:49.59) y el argelino Fouad Baka (3:49.84).
“Si alguien te discrimina es problema del otro”, fue la respuesta que les dio Gusti Fernández a los chicos de La Garganta algunas semanas atrás. El cordobés abanderado de la delegación argentina sabe de imposibles posibles desde que un médico le dijo a los 8 años que jugar al tenis le haría mal a su salud.
“A veces voy al shopping a comer con mis amigos y la gente me dice ‘vos sos un ejemplo de vida’. ¡Y estoy comiendo, como cualquier otro! Falta mucha conciencia con respecto a la discapacidad: muchos creen que por estar en silla ruedas no podés hacer nada, te ven comiendo en un lugar fuera de tu casa y vendrías a ser casi un revolucionario. Es fundamental darle entender a la gente que si tenés un hijo discapacitado no hay que limitarlo. Dejalo que encuentre sus límites, esos límites se van a estirar”, dijo en la entrevista.
Con sólo cinco días, los Juegos “paralelos” cruzaron e interpelaron esos lugares comunes que damos por resueltos y que naturalizan la discriminación con escenografías de inclusión. Mientras tanto, Yanina, Gustavo, Abdellatif y los pibes y pibas de La Garganta siguen teniendo la capacidad de estirar los límites de todos.
