Rosario Smowing: las viejas obsesiones
Las bandas que llevan su sonido siempre por un mismo camino llegan a un punto donde ese sendero se bifurca en dos: uno es “uhh, éstos siempre con lo mismo” y el otro es “wow, lo hicieron de nuevo”. Para Rosario Smowing su nuevo disco “No te prometo nada” tiene la respuesta. Lo presentan mañana en la Fiesta Bubamara.
La verdad sea dicha: el nuevo disco de Rosario Smowing suena a Rosario Smowing. No hay golpes de timón, no hay metamorfosis, pero tampoco hay fatiga. Es que la continuación de un estilo, la construcción de un sonido propio puede derivar tanto en cansancio como en la reafirmación de lo que una banda es. Y la Rosario Smowing es un cóctel que sigue siendo tan encantador como en los tres discos anteriores.
Para los que no la conocen, Rosario Smowing es una banda que hace swing, be bop, ska, rockabilly, bolero, jazz, algo de blues, rumba, tumbao, milonga, música balcánica, centroamericana y un infinito etcétera. Todo empapado de un color melancólico portuario, porque adivinen: Rosario Smowing es una banda de Rosario. Y créanme, se nota mucho. En sus letras hay una clave poética bien tanguera («Yo en la noche de mi alma, solitario / Te escribiré mis silencios») y por sobre todo pareciera haber una obsesión: la luna y el río, siempre como telón de fondo y acompañante de los protagonistas de las historias que sus canciones cuentan. “Si, lo estoy trabajando con un equipo de psicólogos (risas). Tengo esa obsesión. Yo vivo en el agua, así que trato de excusarme con eso. Pero cuando uno vive en el agua el paisaje permanente es la luna y el río”, explica Diego Casanova, cantante, trompetista y la garganta más whiskera de la orilla del Paraná. “No soy un tipo con mucha imaginación. Soy de describir el paisaje. Me doy vuelta y veo la luna salir por la laguna, me doy vuelta y la veo ponerse en el río a veces no se me ocurre otra cosa”, agrega.
En cierto modo, las historias son la manera en que las contamos. Ahí está el secreto: hay que tener una destreza, saber el yeite. “Es que eso es lo que disfruto. Yo tengo una vida muy normal, con vecinos…(risas) vivo con esas cosas así que no puedo escribir desde otro lado. La parte con la que me gusta jugar es esa: a ver como puedo hacer de todo eso algo divertido”, cuenta Casanova.
La formación de la Smowing es una big band flexible, de goma. Encaja perfecto en un ambiente de café concert con una comida con nombre en francés puesta a la mesa y pecha como una locomotora cuando llega la hora de atarse la corbata a la cabeza y bailar como desquiciados.
El disco que presentan mañana en Córdoba ya cumplió un año pero luego de presentarlo en Rosario, la banda lo llevó a distintos puntos del continente europeo. Casanova cuenta cómo fue que empezó la costumbre de hacer giras transoceánicas: “Uno de nuestros músicos fue hacer una gira con su hermano a Suecia. Llevó material, lo dejó y nos llamaron. Dijimos sí y empezamos, la verdad es que nos fue bien”. Es que la Smowing ya hizo pata ancha del otro lado del charco, lo que los llevó a tocar en varios países distintos. “Nos tocó ir a países donde uno piensa que va a encontrarse con cosas muy raras, como Armenia. Pero en realidad lo único raro es que uno no sabe bien nada de Armenia. Es un país como cualquier otro. Conocimos cosas que tienen que ver con el origen de la humanidad que está bueno conocer. Pero después es un lugar donde uno sale y toma cerveza y la pasa bien, como todos”.
Habitués de nuestra ciudad, habían desaparecido de la escena cordobesa por el impasse que supuso la grabación de este último disco sumado a la gira europea. Más de un año después de su última visita, los rosarinos se ponen el traje balcánico que propone la Fiesta Bubamara. “Va a ser un set de fiesta, un set de cumpleaños”, promete Casanova.
Buenas noticias, amiguitos: la Rosario Smowing le vuelve a cantar a la luna y el río. Wow, lo hicieron de nuevo.
Para verlos
Fiesta Bubamara
Ameniza: Rosario Smowing
Sábado 10 de septiembre a las 23.30 hs. en Art Decó – Humberto primo 401
Anticipadas en venta en Lado B a $100