Juntar la rabia
La familia, las madres -siempre las viejas empujando para cambiar el destino- empiezan a juntarse y ven que la historia de sus hijos asesinados por la policía no son hechos aislados.
No es cuestión de azar cuando un policía decide disparar por la espalda a un pibe. O cuando se tortura hasta el final en una cárcel. Tampoco es casualidad que la Justicia se calle y mire para el costado. Ni que los medios sean los que condenen.
Entonces, contra todo ese poder -el de la Policía y su mafia, el de los jueces y fiscales cómplices, y el de los medios masivos- solo queda gritar. Organizarse y gritar. Juntar la rabia desde lo más profundo, allá donde quedan guardados los llantos y las risas arrebatadas, y gritar.
Ni un pibe más asesinado por la policía. Ni uno más.
Colectivo Manifiesto[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]