Barrio Yapeyú: estudiantes en pie de lucha
Estudiantes del IPEM Nº5 Eva Perón de barrio Yapeyú, cortaron el ingreso al establecimiento exigiendo insumos básicos con los que no cuentan desde principio de año . Hubo dos jóvenes detenidos. Y aún no se obtuvieron respuestas concretas.
El pasado martes 3 de agosto, alrededor de las 13:30, cerca de 50 jóvenes cortaron la intersección de las calles Germania y Castañares de barrio Yapeyú, reclamando mejoras para el Centro educativo Eva Perón.
Al poco tiempo de iniciada la protesta se hizo presente el comisario de la Sexta sección de la Policía de Córdoba junto a otros oficiales, que bajo la amenaza de «llevarlos a todos» por incumplimiento de ordenanzas provinciales, buscaron intimidar a los jóvenes.
El corte total de la calle y la quema de neumáticos fueron la razón por la que finalmente dos estudiantes fueron detenidos.
Frente a esta situación, una de las jóvenes expresó la necesidad de dialogar con un funcionario del Ministerio de Educación ante la falta de involucramiento de los docentes y directivos que observaban dentro del colegio.
Finalmente, luego de dos horas de tensión llegó al lugar una vocera que dialogó con representantes del Centro de Estudiantes y el director sobre algunas medidas para destrabar el conflicto. La letrada ofreció contactarse con la empresa encargada del suministro de insumos para coordinar la entrega de faltantes en los próximos días.
Cabe mencionar que el Centro de Estudiantes en el mes de junio elevó una carta-petitorio mediante los directivos dirigida al Ministerio de Educación. En el acta firmada por el director Francisco del Río se visibilizó el reclamo de estufas y pantalles calefactores para las aulas y la instalación de rejillas de ventilación.
A su vez, solicitaron que se coloquen cerraduras en todas las puertas de las aulas y que les entreguen pintura para pintar el frente de la escuela, trabajo que sería realizado por un grupo de estudiantes que se comprometió a colaborar.
La comunidad educativa del IPEM Nº 5, al igual que otros centros educativos, viene sufriendo el desinterés por parte de las autoridades del Ministerio de Educación desde hace ya un tiempo. Durante el 2015, estudiantes junto a padres y vecinos/as del barrio reclamaron por el vaciamiento que estaba atravesando la institución. A los reclamos por falta de insumos se le agregaba la exigencia de mayor compromiso del personal docente por la frecuente utilización de licencias y faltas-ausencias sin justificación. Este escenario aún hoy se repite sin encontrar solución alguna, que garantice y motive procesos de enseñanza y aprendizaje significativos.
Probablemente, sean muchos los colegios que estén atravesando por situaciones similares a la del colegio Eva Perón, ubicados en barrios de sectores populares de nuestra ciudad.
Históricamente el sistema argentino sostuvo formas de integración escolar diferenciadas que acrecentaron las diferencias sociales. El legado sarmientista ubica el «drama argentino» en la dicotomía civilización o barbarie, donde la barbarie era representada por el gaucho, el indio, lo rural y era el impedimento para construir la nación; mientras que la civilización se construía como la referencia para producir sujetos occidentales bajo el instrumento de la educación.
Los «bárbaros» del S. XIX se hacen presente en quienes sufren las desigualdades materiales, geográficas, de género, generacionales, de prestaciones sociales, de acceso al sistema financiero, del sistema tributario, y las desigualdades de los sistemas locales de transporte, educación, salud, etc, condiciones que atraviesan los modos de transitar la trayectoria escolar. Pero también en quienes no tienen la legitimidad social de demandar y reclamar al Estado por sus derechos.
La estigmatización mediática frente a la organización estudiantil recae ya sea desde el prejuicio (tildándolo como si «no quisieran estudiar») o desde el ocultamiento (lo que no parece en los medios «no es real»).
El sociólogo de la educación Emilio Tenti Fanfani reflexiona al respecto: «Los que más capital cultural tienen son los que más demandan y exigen y en el otro extremo los más desposeídos son quienes están en peores condiciones de demandarla. Lo cual refuerza aún más el círculo vicioso de las desigualdades».
Los/as estudiantes de barrio Yapeyú desde hace un tiempo esbozan intentos por romper estos círculos viciosos. El camino que encontraron es la organización y la demanda concreta por el reconocimiento de sus derechos.