«Estamos en la Cuarta Guerra Mundial»

«Estamos en la Cuarta Guerra Mundial»
12 abril, 2017 por Redacción La tinta

Entrevista a Fernando Moragón, experto en geopolítica y presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, tras el ataque estadounidense a una base militar en Siria.

María Jesús Vigo Pastur para RT

El presidente de EE.UU., Donald Trump, decidió en la madrugada del viernes romper con su prometida política aislacionista y ordenar un ataque sorpresa contra el Ejército sirio. Casi 60 misiles crucero arrasaron totalmente la base aérea de Shayrat, en la provincia de Homs, en represalia por el supuesto ataque químico perpetrado el martes en Jan Sheijun.

El experto en geopolítica y presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón, analiza con RT la decisión del mandatario estadounidense, que fue tomada de forma unilateral, sin contar con la debida autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y sin esperar a las conclusiones del informe de investigación.

-¿Está justificada esta acción unilateral por parte de EE.UU.?

-No, para nada. Absolutamente injustificada. De hecho, está injustificado que tropas de EE.UU. estén actuando dentro de Siria de manera ilegal. Es decir, con los kurdos del norte de Siria hay «asesores norteamericanos», tal y como los estadounidenses los han denominado, que son en realidad unidades de combate. Ellos mismos lo han reconocido oficialmente. Y es ilegal, porque es una intervención militar en una nación soberana reconocida por Naciones Unidas. Es decir, esto EE.UU. lo hace constantemente. Utiliza drones para matar gente en países que tienen soberanía nacional, no solo en Siria, también en Yemen, Somalia, Irak o Afganistán.

-¿A qué crees que se debe este cambio de postura de Donald Trump?

El problema es que hay una guerra interna dentro de EE.UU. Por un lado están Trump y el grupo que le rodea de asesores y de secretarios de Estado y, por otro, los demócratas, sobre todo el grupo de Hillary Clinton, y la mayoría de republicanos. Con lo cual, yo supongo que las presiones han sido muy fuertes. Estos grupos son muy belicistas. Por ejemplo, Hillary Clinton era conocida como la líder del grupo de los intervencionistas liberales. La primera vez que Rusia intervino para garantizar el traslado y la posterior destrucción de las armas químicas de Bashar al Assad, frenando así la intervención militar que tenía prevista Obama, Hillary fue de las que se opuso a esta mediación y quería atacar Siria de todas formas.

Es decir, hay un grupo muy potente entre los demócratas y los republicanos que es belicista y que quieren continuar guerra tras guerra para mantener la hegemonía de los EE.UU., entre otras cosas, para mantener el dólar como moneda del comercio mundial. Y este es uno de los temas fundamentales que subyace detrás de las guerras. Se trata del control del petróleo. Hay una alianza, desde los años 70, entre Arabia Saudí, los Estados del Golfo y EE.UU. para que el comercio mundial del petróleo se haga en dólares, en la medida en la que pueden controlar los países de ruta de salida de gas y petróleo. Así, mantienen el dólar como moneda del comercio mundial, frente a países como China, Rusia o Irán, que cada vez están pagando más su comercio, incluso de petróleo, en monedas propias.

-¿Cómo valoras que el Estado Islámico haya atacado posiciones del Ejército sirio justo después del ataque estadounidense?

-Está claro desde que salieron las famosas fotografías de John McCain de su viaje a Siria en el que se reunió con varios jefes de la oposición rebelde. Hay unas fotografías en las que se está entrevistando con el famoso califa, al-Baghdadi. La gracia es que el senador McCain las colgó en Twitter. Él dijo que no sabía con quién se estaba reuniendo, a mí personalmente me extraña mucho.

Todo sabemos que al-Baghdadi estuvo durante cierto tiempo en Camp Bucca, que es una cárcel que durante la guerra de Irak estaba controla por EE.UU. Hay quien dice que los americanos le ficharon en ese momento. Es que otra de las razones del ataque es que ha fallado el intento de que los yihadistas acabaran con el régimen de al Assad. Entonces ya solo les queda utilizar la fuerza directamente.

-¿No es incongruente atacar al Estado Islámico en Irak y apoyarlo en Siria?

-El problema que tiene EE.UU. es que no tiene una política internacional, va actuando sobre la marcha. Es decir, no tiene una estrategia definida a medio-largo plazo, con lo cuál, lo que hace es ir por detrás de los acontecimientos arrastrándose e improvisando. Eso hace que tenga una política completamente incongruente. Por ejemplo, apoya a Turquía pero también apoya a los kurdos en Siria, que son los enemigos de los turcos. Y Turquía ya ha advertido de que irá a la guerra si se crea un Estado kurdo.

El problema es que no tienen política real pensada y sus propios aliados están enfrentados entre sí porque tienen intereses contrarios. Incluso, los intereses de Arabia Saudí y Catar son diferentes, apoyan a grupos yihadistas distintos. Por ejemplo, Arabia Saudí está en contra de los Hermanos Musulmanes y su gente afín, mientras que Catar los apoya.

El ejemplo más claro de la falta de previsión está en la invasión de Irak. Llegaron e hicieron algo tan absolutamente absurdo como prohibir el partido Baaz, cuando el partido Baaz y el Estado eran la misma cosa. Por tanto, en el momento en que prohibieron el partido Baaz, el Estado desapareció, por lo que Irak se convirtió en un caos. Además, provocaron que todos los militares del partido Baaz tuviesen que pasarse directamente a la oposición y comenzaran a constituir las primeras fuerzas que se dedicaron a atacar a los EE.UU. ya en formato guerrilla.

El problema que yo creo que hay en el fondo, pasaba con los ‘neocon’ de Bush y está pasando ahora, es que a esta gente les pierde la ideología. Hay un momento en que si tú tienes una ideología muy fuerte, recordemos que Bush decía que era un renacido y hablaba con dios, llega un momento en que pierdes la conexión con la realidad, y lo que haces es adaptar la realidad a tu ideología. Y el resultado es que como la realidad siempre se impone acabas cometiendo errores estúpidos y perdiendo. La pasó a Bush y ahora a los belicistas tanto del Partido Demócrata como del Partido Republicano. La ideología imperial no les deja ver la realidad, y se equivocan continuamente. Van de desastre en desastre.

-Sin embargo, hay muchos países que han mostrado su apoyo a la decisión de Trump.

-Hay que tener en cuenta una cosa. Los países de la UE o de la OTAN, que no es exactamente lo mismo pero casi, están subordinados a Estados Unidos, especialmente en cuestiones relacionadas con política exterior. Es decir, van a hacer lo que mande EE.UU. y no van a condenar ninguna acción de EE.UU.

Imagínate a España, ¿cómo va a condenar España una acción de EE.UU.? Tenemos dos bases en suelo español. Una en Morón de la Frontera, donde tienen una fuerza de despliegue rápido para intervenciones en el norte de África, y otra en Rota, en donde tienen cuatro destructores con el sistema de defensa antimisiles Aegis. ¿Quién tiene estos sistemas? Rumanía, Polonia y España. Esto la gente no lo sabe, pero si hay un conflicto con Rusia importante y EE.UU. sigue presionando con el sistema de defensa antimisiles, los rusos ya lo han advertido, se verán obligados a destruir este sistema antes de que pueda impedir una defensa de Rusia ante un ataque norteamericano.

-Hoy se habla mucho de III Guerra Mundial, ¿valoras esta posibilidad como algo real?

-Yo aquí tengo una teoría. Hay una confusión entre Guerra mundial y Guerra Total. La I y la II Guerras Mundiales son mundiales en cuanto afectan a la mayor parte del mundo y, además, son totales, porque los países ponen todos sus recursos al servicio de la guerra, lo que se llama economía de guerra. De ahí, que las victorias y derrotas sean totales. El que pierde lo pierde todo y el que gana lo gana todo. Pero este tipo de guerras ya no van a volver a existir porque al final de la II Guerra Mundial aparecieron las armas nucleares. Por ello, este tipo de guerras totales no se van a volver a dar.

Pero las Guerras Mundiales sí. De hecho, yo considero la Guerra Fría como una Guerra Mundial. Nunca hubo enfrentamientos directos entre las dos grandes potencias nucleares porque hubiese sido muy grave, hubiese llevado a una guerra mundial nuclear que hubiese acabado con todo. Por eso el concepto tan importante de ‘destrucción mutua asegurada’, que los rusos intentan mantener y que EE.UU. intenta romper con el sistema de defensa antimisiles.

Esa es la clave. La guerra fría fue una Guerra Mundial y ahora estamos en la IV Guerra Mundial. No es una Guerra Total porque no se ponen todos los recursos al servicio de la guerra, pero es una Guerra Mundial en la que llevamos ya desde el 2001. Lo dijo hasta Bush cuando habló de la guerra contra el terror, cuando dijo que esta sería una guerra que duraría décadas. Lo que estaba diciendo es que es una guerra por la defensa de la hegemonía mundial de EE.UU. a cualquier precio.

En 2007, el general de 4 estrellas Wesley Clark dijo en una entrevista que cuando era parte de la administración de George Bush, en el 2001, se le reveló el plan de invadir 7 países: Iraq, Siria, Líbano, Libia, Somalia y finalmente Irán, como parte de la estrategia bélica a largo plazo. Justo los países que luego han atacado, y esto está grabado.

Pues siguen con esa política imperial, pero van al desastre absoluto. Yo tengo muy claro que esto lo que favorece, esencialmente, es que se acelere aún más el que China sea la próxima potencia hegemónica mundial en el mundo.

-¿De verdad lo ves fácil?

-Yo lo tengo clarísimo. Los chinos son los únicos que tienen ahora mismo una política estratégica a largo plazo. De hecho, el gran proyecto de la nueva ruta de la seda es un proyecto económico y al mismo tiempo geopolítico. Es un proyecto que está elaborado desde el 2013, cuando se hace público, y abarca hasta el 2049. Eso es una estrategia a largo plazo, no improvisan sobre la marcha, que es lo que hace EE.UU.

-¿Cómo crees que va a influir la intervención de EE.UU. en las conversaciones de Ginebra?

-Hay que tener en cuenta que la oposición es una oposición de títeres; es decir, está vinculada a Turquía, o vinculada a quienes la financian, Arabia Saudí, Catar y, en última instancia, a EE.UU. Es decir, harán lo que les diga EE.UU. No hay una oposición real digamos más o menos independiente. Son grupos yihadistas más o menos brutales apoyados por diferentes actores, con el agravante de que en la coalición que lidera EE.UU. esos actores como Turquía, Arabia Saudí o Catar, están enfrentados entre sí. No hay rebeldes o oposición independiente, eso no existe.

*Por María Jesús Vigo Pastur para RT

Palabras claves: Donald Trump, guerra, imperialismo, siria

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