
#UnMesSinRamona: “No te calles una mierda, compañera”
Ya no sirve ningún lamento retroactivo, sirve que activen, ahora, ya, en vivo, porque Ramona no pataleaba, ni reclamaba para que le pusieran su nombre a una calle, a una orga, a una pared, a una ley. No le alcanzó gritar durante toda su vida, por suerte. Y entonces, aquel día, comenzó a gritar con toda su muerte. Por Nacho Levy.