
Pintó Sodoma: desdoblar los clásicos para que vuelvan a decir
Un balde de agua helada, un masaso en la cara (sí, con S de masa), un cuerpo que embiste a otro con el desenfreno del instinto animal. Pintó Sodoma explora la rebelión encerrada, sin dejo de esperanzas, de los que han sido amputados por el “orden” social, una incisión transversalizada por la religión, el género, el consumo y la pobreza. La obra de Paco Giménez volvió a poblar las tablas de La Cochera durante octubre y noviembre, y este fin de semana despide el año con doble función. Por Julieta Pollo.