
Un relato romántico de la tarde en que conocimos a Calchín y a Julián Álvarez, el campeón de su pueblo
Una niña parada en medio de una calle cortada por la muchedumbre junta su dedo mayor y anular sobre la palma de la mano, imitando el movimiento conocido de Spiderman para tirar telas de araña. Es que llega Julián Álvarez, un jugador con nombre de superhéroe, nacido en este pueblo de casas bajas y horizonte fumigado. Por M Esteve para La tinta.