“El recurso más valioso del mundo no es más el petróleo, sino los datos”. Ciencia de datos para amateurs y cómo las empresas usan, aprovechan o roban nuestra información. Por Walter Alini.
Nueve de cada de cada diez preguntas que se formulan hoy en Internet son resueltas por este intocable del conocimiento. El buscador multicolor ha desplazado en las dos últimas décadas a las fuentes tradicionales del saber, pero olvidamos que se trata de una gran empresa a la que hemos dado el poder de filtrarnos toda la información que nos llega. La “google-dependencia”, advierten los maestros, empieza a ser excesiva, sobre todo porque aún no hemos desarrollado la suficiente capacidad crítica para manejarla. Por María José Carmona
Nacido en “un tiempo feliz después de la tragedia”, según sus propias palabras, Franco Berardi ‘Bifo’ fue comunista desde su infancia. En su país se le persiguió por incitación al crimen por su trabajo al frente de Radio Alice, una emisora libre de la conflictiva Italia de los 70. Hoy, reivindica el internacionalismo y alerta del poder del algoritmo y de la necesidad de que los trabajadores del conocimiento y los procesos mentales trabajen para la liberación de la humanidad y no para Facebook y Google. Por Pablo Elorduy.
Mientras las corporaciones mediáticas hegemónicas desarrollan sus estrategias en nuevos campos de batalla donde se pelea con nuevas armas, los medios populares todavía parecen enfrentarlas con arcos y flechas. Por Aram Aharonian.
La Comisión Europea sancionó a Google con una multa récord por abuso de su posición dominante con Android. Ahora bien, es preciso preguntarse en qué medida son efectivas este tipo de batallas contra los gigantes tecnológicos que actualmente controlan nuestra experiencia en la Red y, por lo tanto, también nuestro propio modo de existencia en el capitalismo informacional contemporáneo. Por Jacinta Gorriti.
Nuestra creciente incomodidad con nuestras plataformas sociales más grandes se refleja en las encuestas. Pero sería un error lavarse las manos y asumir que tiene que ser así. Si realmente queremos cambiar el funcionamiento de las redes sociales, se requieren intervenciones radicales. Aquí hay algunas maneras posibles de rescatarlas de las presiones basadas en el mercado que nos trajeron hasta acá.