
El genocida tiene quien lo siga
En tiempos adversos donde muchos de los genocidas lograron el privilegio de la prisión domiciliaria, Gustavo Molfino lleva adelante un trabajo de memoria, denuncia y justicia. Fotografía a aquellos genocidas a la cuales no se les conocen la cara, que pudieron esconderse por ser de las cúpulas intermedias. Gracias a los registro de Molfino se pudo ver como muchos de los genocidas condenados violaban su prisión domiciliaria.