
Cambiar el mundo sin querer
Estamos arribando a la mitad del año más insólito de nuestras vidas. La historia, finalmente, dio un vuelco, pero esa mutación fue involuntaria. Ni una revolución ni un acontecimiento, tampoco una guerra. Ni la clase obrera ni el Estado ni siquiera Dios: fue la naturaleza. Ahora bien: lo relevante no es tanto saber qué pasó, sino averiguar cómo sigue esto.