
Apuntes para una biografía de Darío Dubois
Había una vez un héroe del ascenso profundo que salía a la cancha con la cara pintada como metalero. Había estudiado el reglamento y no existía prohibición alguna hasta que la inventaron… por él: “Me da polenta: te pintás y salís a guerrear a los rivales. Soy un payaso que se pinta la cara, pero que se mata por la camiseta”. Denunció sobornos y estafas en el Ascenso. “Sé que esto molesta porque el fútbol es muy fascista: pelito corto, bien empilchaditos, y yo soy metalero, croto, con cadenas y tachas, pero yo digo la verdad y salía con una travesti”. Le pegaron dos tiros y murió en un hospital. A diez años de su trágica muerte, una semblanza que rememora breves anécdotas y curiosidades que lo pintaban de cuerpo entero.