
Flan y circo
Del Parakultural a la concentración del 21A, Pablo Marchetti escribe sobre Alfredo Casero como símbolo de la patria opinadora e indignada que supimos conseguir. “A veces tiene destellos de aquella gloriosa gesta absurda y a contracorriente. Como el ´¡Quiero flan!´. Y otras invoca demonios, resucita muertos, empodera a los zombies. Como cuando se mete con las Abuelas de Plaza de Mayo y la ´manipulación´ de nietes restituides. También puede ser un sobrador machirulo antifeminista o un denostador serial de la militancia. Las redes, el hashtag, la tendencia. Todo eso llevó a Casero a concitar una atención enorme por parte de un público que no lo descubrió en los márgenes. Pero que lo sigue en primera, donde está jugando ahora, parado en una trinchera muy clara: la del oficialismo”. Por Pablo Marchetti.